Se usaron siempre, se siguen usando mucho. Y muchas.
Oscuras flores gigantes bordean la abotonadura del sweter con gigante devoción.
O éstas pequeñas, espolvoreadas igual que las estrellas, preciosas rositas rococó más hippies que románticas y viceversa.
¿Que no tienes donde llevar una flor? Pues mujer, ¡puedes llevarla en el dedo!
El poder del glamour, según Steven Meisel. Gigante flor en la nuca, sosteniendo el escote Halter, en el mismo tono que la blusa. Otra a juego en la muñeca y otra en el dedo
Dos fantásticos ramos de flores hechos bib, uno en versión color shocking y el de abajo mucho más suave, con pétalos de nácar y centros perlados.
Una flor verdaderamente strong: cristales y cadenitas en plata vieja
Claro que hay flores heavy-metal. ¿Porqué no?
Como este collar de varias vueltas en latón dorado
Más discreta, esta gargantilla de perlas en forma de V rompe la monotonía combinando en su caída pétalos y flores de filigranas doradas y plateadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario