Si hay un elemento básico en indumentaria, es la textura: tejidos y telas aportan visual y táctilmente superficie y volumen... interés. Las texturas añaden suavidad y relieve, dimensión y riqueza para crear un ánimo y en consecuencia, estilo y personalidad, pues como elemento compositivo visual, la textura tiene un peso muy importante.
Hay texturas exquisitas, como el terciopelo, las sedas, los encajes, puntillas, cueros diversos, brocatos, pieles, tejidos y piqués. Otras más rústicas, como las gamuzas y denim.
Los accesorios y la bijouterie contribuyen fundamentalmente a la textura y son imprescindibles por dar consistencia a tu look. Empezando por sus formas y relieve, su brillo u opacidad, que son elementos de la textura.
Los accesorios te dan una excelente oportunidad para aprender a mezclar con libertad y determinar un estilo. Pero antes de salir pasá frente al espejo y si parece que hay algo de más, posiblemente así sea: evitá verte como si el placard se te hubiera caido encima. Aún con mezclas y texturas, tu look tiene que ser relajado, y no importa lo que lleves… parecerás natural.
Los colores netos, las telas lisas y las ropas de corte muy simple piden a gritos textura, o sea, bijoux y accesorios. ¿Ves cómo cambia este aburrido look "oficinista" con el chal y la flor?
El mix de texturas enriquece el estilo minimalista, que sino puede resultar bastante bobo. Por lo tanto, jamás lo que elijas debe ser muy uniforme ni “invisible”. Es importante que las prendas se vean distintas entre sí aunque dentro de cierto equilibrio.
En cuanto a las telas, aplicarás la misma regla de lograr cierta diferenciación: no uses un jean con una campera de jean.
Un color sólido con un saco en print de leopardo te hará lucir como una estrella de cine.
Otro modo de añadir textura a colores netos es buscar superficies entramadas: trenzas y matelaceados en cintos y carteras, tejidos vaporosos o encajes en chales.
Hay superficies que aportan profundidad: volados, frunces, tablas, bordados, botones… La bijouterie, con sus cadenas, sucesión o superposición de perlas y profusión de pequeños detalles y relieves enriquece tu imagen y detiene las miradas.
Cuando el atuendo es monocromático, quebrar la monotonía toma una importancia superlativa. En este caso tenemos un mix en la misma paleta de colores. La sola variación de texturas puede darte un look muy sofisticado.
También aquí los accesorios serán infaltables. ¡Pero cuidado! Porque así sean metálicos y brillantes, tienen un tono determinado. Los dorados pueden verse más rosados, verdosos o naranjas, los plateados más grises, blancos o azulados.
Las maderas acompañan a la perfección los tierras y neutros.
Las piedras semipreciosas y cristales tienen una enorme variedad de tonalidades y brillos que aportan mayor superficie si brillan o profundidad en el caso de los pulidos mate.
Si el mix de estampados, buscá que estos compartan la paleta de colores.
Un mito tradicional es que no se mezclan estampados y texturas; sin embargo hay texturas que repiten características del estampado y lo refuerzan, dan más consistencia al atuendo. Por ejemplo, accesorios cuya forma y dibujo siguen algún detalle del motivo elegido quedan muy bien.
Como en este ejemplo, respetá el dibujo de una tela: si es geométrico, o si es orgánico, o si tiene motivos de la naturaleza, o de alguna etnia.
Finalmente, para combinar texturas, entramados y estampados, el secreto es que uno se vea muy de cerca mientras el otro se note a simple vista. Si uno es dominante debe ir con otro pequeño y sutil. Esto evita que el ojo deba registrar distintos “focos”.
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