La sutileza de Oriente es proverbial. Gran parte de esa sutileza tiene su punto de apoyo en el concepto de vacío. Los nudos chinos, por ejemplo, son una de sus materializaciones.
Aude Tahon realizó con esos nudos etéreas joyas de naturaleza vegetal que quitan la respiración. En ellas combina lazos y lazadas de la cultura tradicional coreana, llamados "maedup", que forman delicadísimos encajes, cuyos juegos de luz y sombra producen flores de poesía eterna y efímeras formas.
Estas joyas hechas con maravillosas fibras de algodón teñido de diversos colores han sido presentadas en el 2010 en Francia en "Ultradentelle" (ultraencaje).
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