El carnaval es una antigua fiesta cuyo significado es la culminación y renovación del tiempo sagrado. De hecho, durante esos días se suspenden casi todas las reglas cotidianas y el tiempo se vive intenso y profano.
Las máscaras no solo sirven para otorgar una nueva identidad y proteger así de las habladurías la conducta del portador, una conducta de licencia moral otorgada por el carnaval. Aunque tu disfraz tenga gran encanto y pueda ser muy glamoroso, la máscara refuerza la mirada y añade la exacta dosis de misterio que refuerza la atracción y el sex-appeal. Casi casi diría que el glamour de los carnavales no está en cómo te vistas tanto como en la máscara y la forma en que la lleves...
Una máscara que contiene un antifaz pintado en color rojo.
Inocente, apetesible e indefensa, esta muñequita de carne y hueso parece lista para desear.
Y lo logra con apenas una puntilla ancha de encaje sujeta alrededor de la cabeza con un moño de raso negro vuelto hacia un lado.
Con apenas un pañuelo negro de gasa ya tendrás este sugerente look "pirata"... ¿haría falta agregar algo más?
Adelantada: puntilla de guipure sobre el hermoso rostro de Awdrey Hepburn. Batman caería en picada a los pies de esta fulminante Gatubela retro.
Esta es fácil y muy tentador: un pañuelito o rectángulo de encaje sobre los ojos con dos puntas anudadas alcanzan para convertirte en ¡la super chica-murciélago del baile!
Sobre el perfil izquierdo se recorta la silueta de una mariposa.
Tentadora transparencia de este antifaz de encaje gris a juego con el inquietante vestido de cortesana.
Y si todavía no te convenció el glamoroso misterio que crean, aquí va una máscara blanca que resalta la mirada cubriendo casi todo el rostro mucho más afrancesada, ultrafemenina, enigmática y chic. Esta portentosa máscara que corona y contiene el peinado fue diseñada en encaje blanco para Lady Gaga.
¿Convencida ahora?
¿Convencida ahora?
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