Gracias a su originalidad, su técnica impecable y su audacia, la empresa de Miriam Haskell no necesitó seguir estrictamente la moda: marcó tendencia en los ´40s y los ´50s. Hizo furor con sus detalladas y coloridas piezas de plástico y baquelita, aunque luego fue volcandose hacia materiales más costosos.
Gustó diseñar conjuntos que a menudo incluían brazalete, collar, pendientes y broche haciendo juego, con motivos vegetales y curvilíneos, destacándose por su delicadeza y exquisitos detalles.
Aros y brazalete tejido en fornituras metálicas y perlas de plástico turquesa
Interesante bib confeccionado con mostacillas tejidas.
Las características distintivas de sus piezas son las siguientes:
perlas barrocas grises
metales antiguos
superposición de fornituras filigranadas
oro ruso
vidrios de alta calidad y cristales austriacos
terminaciones con toques muy finos
bases de bronce estampado
consistencia en el color
asimetría
broches muy detallados
vidrios prensados livianos
primaverales anillos y pulseras sólo en sogas y cuerdas con enganches metálicos
Verdaderamente audaz en sus mezclas, podría decirse que
mucho de lo que se usa ahora proviene de la creatividad mágica de Miriam Haskell.
Sus joyas acompañaron a la perfección la prosperidad norteamericana de post-guerra. Entre sus clientas más famosas estaban la Duquesa de Windsor, Lucille Ball, Joan Crawford. Abajo, un collar de cristales diseñado a pedido de Paul Getty:
Abajo, dos collares torsade, de diseño muy actual:
Las bellas piezas atestiguan la simple y suntuosa forma de hacer marketing de Haskell y de su gran talento de empresaria: hacer piezas de alta calidad para un público de alto poder adquisitivo.
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