viernes, 25 de noviembre de 2011

Encargate de cargar pulseras

 


Vienen en alza desde el invierno y sigueeeennnnn... hacia el intenso verano!
¡Las pulseras llegaron para reinventar los guardarropas en crisis!
Delgadas estilo Madonna o anchas -si son anchísimas mejor-, nunca menos de tres o cuatro en el mismo brazo... simples de materiales naturales o sofisticadas hippies, las suntuosas de perlas, o las cadenas siempre chic , o las motockeras de cuero, las románticas florales, las más pop de plástico en colores netos y gigantescas formas audaces... todas sirven y deben abundar. Y los collares enrollados, cadenas, dijes colgantes: el asunto es que cubras por lo menos un tercio de tu brazo. ¡Ni sueñes con la mesura! Revisá los cajones de tu tocador y el tocador de tu abuela también. Si es necesario, llevarás con orgullo las mejores pulseras de la familia (con un guiño confiesa que son "vintage"). Y recordá sobre todo que el refinamiento jamás pasa de moda.


Llevarás entonces muchas pulseras: allí donde las capas de abrigo no dejan asomarse un collar y donde los frunces y estampados de verano no permiten distinguir un accesorio, estan los brazos, libres para recibir lo que en otro sitio de tu atuendo sobrecargaría o pasaría desapercibido.


Al sacarte la campera, este arreglo sería demasiado aburrido si no rompiera su formalidad con la algarabía de sus coloridas pulseras

Las pulseras son especiales para llevar con ropa sin mangas, mangas cortas o tres cuartos: aportan color, textura, forma y brillo, sofisticación, femineidad... y si tenemos en cuenta que el maximalismo es la tendencia, con ellas y su sonido enseguida repararán en tu presencia.
Unico consejo: si sos delgada, tu figura se alarga hasta allí donde tintinean las pulseras, si sos gordita, no sobrecargues tanto, manejate con algo más de discreción -recordá que las miradas irán hacia allí-. Podés entonces seguir a la moda y redirigir la atención hacia tu cabeza con unos aros, hebilla o broche super llamativos.
Aquí van algunas ideas:

Chic, muy chic: pura textura acumulada entre metales y encajes para lograr la sofisticación de un popular jean.


De Chanel, el rosa en todos sus tonos que tanto se usa este invierno pasa al verano sin ningún problema, se suman las pulseras hacia arriba y ¡ya está!


Estas esclavas negras de alto contraste: van directo al corazón de la fiesta estival. Suman mil puntos a un vestido blanco.


Púas, tachas y cadenas para un estilo de chica-pesada
y sin desprejuicios.

 

Dos anchísimas, metálicas, que tranquilamente podrías haber llevado durante los días oscuros y fríos y contrastan con la textura del conjunto

 

Otras que de invierno a verano no sufren ninguna restricción: metales en dorado y plata vieja, con centros marcados a veces por flores extremas. El jardín de la mente baja al brazo.



Una Valentino de 1940. Vintage, re-vintage de altísimo nivel, que por su color combina muy bien con cualquier estampado.



Dior no pierde la ola y pone en el mercado esta que es super chic, pero también ecológica, étnica y hasta un poco bohemia.
Color shocking, textura extrema y glamour en esta pulsera que brilla por donde la mires y no dejará de brillar.


¿Que mejor para acompañar las rayas de colores netos, que subrayar el look con pulseras formando rayas también?


Y si de colores saturados se trata... acompañalos como aquí, con tus pulseras neutras: contraste blanco y negro en el brazo sobre el rojo cereza. Podría ser dorado y plateado también, si hemos de destacar ccon audacia la simplicidad de nuestro atuendo.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿QUE SIGNIFICA TENER "ESTILO"?



Es cierto que "por más que te vistas de seda... ¿mona quedas?"
El estilo... ¿se puede adquirir?
¿Qué es el estilo?
El estilo se define como una diferencia individual en relación a la norma, una elaboración específica que tiene por objetivo dotar al sí mismo de propiedades distintivas, un ser-percibido. O sea que en principio, es una cuestión de imagen, -aunque no solo eso ya que la imagen es una consecuencia- . El estilo contribuye a producir " el mensaje", te distingue, y cuando es auténtico, dota de máxima intensidad al efecto que produce, remite a la singularidad de la experiencia o... a eso que mi abuela llamaba "personalidad".
¿Cómo se logra?


He aquí a dos reyes del "estilo", en este caso, el estilo surrealista. La fotografía es en sí misma una declaración de principios. El perfil de Gala, tomando por el cuello la cabeza entera de su amado Dalí, domina la situación. Luce una joya que es todavía "avant-garde": una pulsera gigante le envuelve parte del brazo y antebrazo como si fuera la protección de una guerrera. Dalí, con sus bigotes característicos, esta paralizado.
La pose, era impensable para una pareja en esos años, y por cierto, parte del aura de Dalí era la imagen  inalcanzable de su mujer Gala.
Entonces...   

Comenzá mirando en la calle y a las famosas. Verás de todo, pero hay gente que rápidamente podrías distinguir del resto por..., ¡por su estilo! O sea: porque mientras habla, anda o te mira, se percibe su seguridad, transmite comodidad consigo misma, ninguna falsedad. En definitiva, que su estado se corresponde con su imagen y su look LE SIENTA BIEN.
El estilo es algo así como la traducción sensorial del ¡"Tú puedes"!
¿Qué significa esto? Que si sos un marciano a lunares verdes y lo llevas y vivis con gracia y orgullo, y además te vestís de seda, porque la seda te hermosea y además ya tiene un prestigio ganado, es muy posible que nadie te vea ridícula, sino "muy personal" -como decía mi abuela-.

Bijouterie, arte y cultura

La palabra bijouterie viene del francés, que tomó de la palabra romana BIZOU (anillo) su prefijo.
En general, se la considera una copia devaluada de la joyería, o un modo masificado de imitar piezas valiosas con materiales no preciosos. 
Los usos, significados, técnicas constructivas y materiales que usan la joyería y la bijouterie, las vincula tanto y tan constantemente que hace necesario revisar este "reparto" del valor artístico y material a favor de las joyas.
Siendo dos grandes industrias, joyería y bijoutería suelen compartir técnicas y materiales: las soluciones de una son rápidamente incorporadas por la otra en una carrera inerminable por la captación del público.
El motivo es el "negocio", que se sostiene en el profundo sentido cultural de joyas y bijouterie, no importa la clase social a la que se pertenezca. Ambas conjugan arte y belleza con un solo fin: el simbolismo y la magia.
Joyería y bijouterie nacieron de la mano de elementos naturales (valvas, piedras o flores agregados a su vestimenta como accesorios) reunidos en torno a un primordial significado mágico o religioso, trabajado plásticamente en forma de ornamentos personales.
Por avatares económicos e históricos, esta raiz fue bifurcandose: valor monetario y artístico para la joyería y caracter de "falsificación barata" para la bijouterie.
      Elizabeth Taylor en Cleopatra, cargada de atributos reales y religiosos


Durante la Edad Media las joyas se reservaron a los religiosos, los soberanos y los comerciantes ricos. Entonces fueron símbolo de autoridad, función naturalizada en las joyas que la bijouterie de hoy comparte: diferenciar, distinguir y otorgar prestigio social. Luego se usó como regalo y adorno para la persona amada, glorificando el amor cortesano.
Sea como adorno utilitario o embellecedor, conjuro, protección, señal de superioridad o vínculo con la deidad, la industria de la joyería y de la bijoutería han seguido caminos paralelos, uno al alcance de pocos, otro al alcance de todos: hoy su uso esta generalizado y todos vestimos orgullosamente adornos corporales o en nuestros ropajes.
Sea como talismanes para conjurar algún mal, como atributos de un poder que nos inviste o como arma de seducción, joyas y bijouterie cumplen estas funciones no importa su valor monetario. Pero gracias a su versatilidad la bijouterie logra abrirse camino hacia nuevas formas, impensados materiales y colores que han dado entidad propia a la joyería de fantasía y a nosotros un recurso estético de posibilidades infinitas.