viernes, 2 de septiembre de 2011

Glamour para todas, ¡viva CHANEL!

La historia parece de Perogrullo pero ocurrió en la Europa de entre guerras. Apenas salida de la adolescencia, del orfelinato, Gabrielle Chanel se tenía a sí misma, con sus dos manos y algunos conocimientos de costura impartidos por las monjas. Comenzó a hacer sombreros y al poco tiempo sus clientas eran las más adineradas. Por necesidad, por instinto y quizás porque sabía lo que era estar desamparada, fue inventando una moda acorde a las nuevas necesidades sociales de sus congéneres: mujeres que de buenas a primeras y casi sin pensarlo salían del claustro doméstico a trabajar, a reparar motores y fábricas porque los hombres o no habían vuelto de la guerra o iban de nuevo hacia ella.
Cocó les dió las alas que necesitaban: las liberó de la ropa ajustada, les puso lo que había de cómodo en el ropero, camisa, traje sastre, pantalones... dejó sus manos libres colgando sus carteras a los hombros, y por sobre todo, las hizo sentir bellas y seguras.
Gabrielle Chanel, la huerfanita que mendigaba cariño, la última entre todas, en vez de legitimar la pobreza y la dependencia, puso sobre esas ropas masculinas y económicas las joyas que ellas jamás habían soñado.
Brillantes, elegantes, principescas, legitimó sus perlas falsas y cadenas doradas y con poco las vistió de alta moda. La "bijouterie" de Cocó completó un atuendo por demás sencillo e incoloro y democratizó la aristocracia, colocando a las mujeres en el mejor lugar: ahora todas eran tan femeninas como siempre pero sorprendentemente poderosas.

lunes, 29 de agosto de 2011

Las increibles perlas combinadas de Miriam Haskell

 


Miriam Haskell cableó y bordó manualmente todo lo que puede cablearse y bordarse en bijouterie junto a las perlas de río: cristales y mostacillas austríacos, vidrios de Murano, metales antiguos y nácar. Su influencia primera y directa fue el art-nouveau, con sus formas y materiales orgánicos.


Jamás tuvo dificultades en mezclar lo que estuviera disponible para hacer más atractivo un collar, o un broche o unos aros: fué la reina de las combinaciones desprejuiciadas y de la bijouterie asimétrica y floral. La elegancia estaba dada por el flujo visual creado por el minucioso ocultamiento de las uniones.





Gracias a su originalidad, su técnica impecable y su audacia, la empresa de Miriam Haskell no necesitó seguir estrictamente la moda: marcó tendencia en los ´40s y los ´50s. Hizo furor con sus detalladas y coloridas piezas de plástico y baquelita, aunque luego fue volcandose hacia materiales más costosos.



Gustó diseñar conjuntos que a menudo incluían brazalete, collar, pendientes y broche haciendo juego, con motivos vegetales y curvilíneos, destacándose por su delicadeza y exquisitos detalles.



Aros y brazalete tejido en fornituras metálicas y perlas de plástico turquesa


Interesante bib confeccionado con mostacillas tejidas.

Las características distintivas de sus piezas son las siguientes:
uso de perlas de río
perlas barrocas grises
metales antiguos
superposición de fornituras filigranadas
oro ruso
vidrios de alta calidad y cristales austriacos
terminaciones con toques muy finos
bases de bronce estampado
consistencia en el color
asimetría
broches muy detallados
vidrios prensados livianos
primaverales anillos y pulseras sólo en sogas y cuerdas con enganches metálicos












Verdaderamente audaz en sus mezclas, podría decirse que
mucho de lo que se usa ahora proviene de la creatividad mágica de Miriam Haskell.


Sus joyas acompañaron a la perfección la prosperidad norteamericana de post-guerra. Entre sus clientas más famosas estaban la Duquesa de Windsor, Lucille Ball, Joan Crawford. Abajo, un collar de cristales diseñado a pedido de Paul Getty:

Miriam Haskell, hija de inmigrantes rusos, nació en Indiana en 1989 y en 1924 abrió su primer local: "Le bijou de l´heure", en el Mc Alpine Hotel (New York), el más grande del mundo en ese momento.


Detalle de un pendiente de plástico, años ´50, en el que se observa la cuidadosa factura en base a varias técnicas (enhebrado, bordado y cableado)




Dos años después estaba lista par fabricar en gran escala. No obstante, nunca produjo demasiadas piezas; sino que las cobró muy caras. Para ese entonces, Frank Hess era el diseñador, pero las piezas siguieron llevando el nombre de la emprendedora.


En 1951 se retiró por problemas de salud pero continuó su hermano. Pese a que pasó por varias manos, su empresa opera actualmente con el nombre de Haskell Jewells Ltd.

Abajo, dos collares torsade, de diseño muy actual:



Las bellas piezas atestiguan la simple y suntuosa forma de hacer marketing de Haskell y de su gran talento de empresaria: hacer piezas de alta calidad para un público de alto poder adquisitivo.

jueves, 25 de agosto de 2011

Vuelve el gaucho look para marcar tendencia


Corrían los fabulosos ´60s también por estos lares, y muchas prendas de los hombres y mujeres de campo eran asimilables a esa onda folk que venía del hemisferio norte como una variante de la indumentaria española pero con impronta texana.

Mientras nuestra moda jugaba con el folk fashion o toque étnico, el gaucho look se imponía en una especie de show vaquero o tanguero que despertó más de una suspicacia acerca de lo autóctono.




Típicas botas de piel de potro, con los dedos al aire y atadas con faja pampa. Parecen el antecedente más inmediato de tus peep toes.

Mira la vestimenta de estos dos gauchos... ¿No crees que son sexys?


Haciendo honor a la verdad, podría decirse que  los inicios de una moda vernácula, criolla o gaucha, pertenecen a un tiempo inmemorial con un mito de origen: cuando el vanguardista director del Instituto Di Tella, Jorge Romero Brest, invitara a Mary Tapia a exponer sus vestidos y accesorios norteños como expresión del arte pop.



Una versión gaucho-look de Medora Manero, una de las dueñas de la Boutique Etcétera.


Este pantalón del gaucho look vernáculo años 70, tiene las proporciones que lo diferenciaban del internacional "capri" . La cintura debe ir sobre los huesos isquiones, sin llegar a la cadera y el largo pasa por abajo de la rodilla cubriendola.

Un poquito antes y más cerca del jet set nacional y más lejos de la vanguardia artística, el modisto argentino Paco Jamandreu (que entre otras famosas vestía a Evita Perón) llamó gaucho look a un estilo que de su mano revolucionó las pasarelas de New York.
Si fue él o vino del exterior, o de la legendaria Medora Manero que patrullaba los pasillos del Di Tella y luego vendía en su boutique Etétera. la creatividad nac & pop hecha indumentaria, lo cierto es que en nuestras pampas la idea prendió: había mucho de qué agarrarse para crear tendencia y reinventar nuestro  "gaucho look".


Medora en su casa de Buenos Aires, envuelta en un hermoso rebozo de picote con flecos en macramé de seda.

Más allá de la vertiente de los pueblos originarios que Tapia había exaltado al mezclar sus magníficos textiles hechos en telar a mano con los finos hilados bajados de los barcos, la hibridez de los vestidos gauchos tenía lo suyo.



¿Hacia donde evolucionó el gaucho look? Un diseño de Pablo Ramirez: el típico sombrero de copa alta y redonda, la blusa de amplias mangas con chaleco ajustado a la cintura, sobre espectacular falda de piel de potro. 



 

La modelo lleva a la cintura, la característica rastra: cinturón ancho de cuero con incrustaciones de monedas y enorme cierre central en plata labrada 


Detalle de los cierres en plata labrada y cincelada de tres rastras (cinturón de cuero orlado en monedas y tachas) 



Bombachas de campo y alpargatas de yute industria argentina, una moda vernácula que se perpetúa desde fines de los años sesenta.


Estilizadas bombachas y poncho, usados con impactante glamour.


En la foto, dos magníficos ponchos araucanos y uno postcolonial, pampeano. La modelo lleva, como los gauchos que la acompañan, pañuelito atado al cuello.

Cinco básicos: camisa,  pantalón gaucho o "bombacha",  rastra, poncho y botas de cuero de media caña o alpargatas de tela y suela de yute... y muchísimos  accesorios, algunos de ellos lo suficientemente identitarios para determinar el estilo: pañuelo al cuello o anudado bajo la garganta, cinto de cuero jalonado con monedas, remaches y cuentas de plata, detalles de alpaca, asta, cuero trenzado, puntillas blancas, fajas con motivos geométricos...  le pusieron marca nacional al "gaucho look", una tendencia que volvió más autóctona, elegante y refinada a Paris y a New York.

  Conjunto super chic de camisa blanca, sombrero de copa sin abollar, pañuelo estilo pirata y otro pañuelo al cuello, chaleco entallado y pantalones "gaucho look".




Un glamoroso mestizaje del gaucho look foráneo y nacional: Pablo Ramirez crea su "bombacha bataraza", acompañada por botas stiletto de caña alta, rastra y chaqueta tipo torero.




Muñequitas creación de Pablo Ramirez



De su viaje por el sur de América del Sur, John Galliano tomó inspiración haciendo de las monturas y los arneses de los caballos criollos una fabulosa estilización en forma de bolso de mano llamado "Gaucho", para Dior.




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