Hagamos una auditoría de tu tocador.
Vamos a revisar, analizar y organizar su contenido teniendo en cuenta cuales son tus necesidades y cómo podrías sacar el jugo de tu tocador al máximo. Las preguntas que intentaremos responder son:
1-¿Tu tocador guarda armonía con tu estilo de vida?
2- ¿No hay más lugar en él pero jamás te ves bien arrglada ni tenés qué ponerte?
Si la respuesta de la pregunta 1 es SI, vale que igual respondas las dos siguientes. Tal vez descubras que todavía hay mucho por ver y organizar dentro de tu tocador para mejorar tu imagen y ahorrar tu tiempo y dinero.
La segunda pregunta te concierne si aún estando llena de recursos tardás mucho en vestirte, o no podés crear conjuntos realmente atractivos … En estos casos, la solución va por el lado de la organización de tu tocador.
Solo la organización nos llevará a resolver la tercera pregunta, que esta relacionada con tu estilo de vida. Para saber qué necesitas, y sobre esta base cómo le das cabida a la vida que llevas, debes saber en base a tus actividades, que hacés en tu vida cotidiana.
La segunda pregunta te concierne si aún estando llena de recursos tardás mucho en vestirte, o no podés crear conjuntos realmente atractivos … En estos casos, la solución va por el lado de la organización de tu tocador.
Solo la organización nos llevará a resolver la tercera pregunta, que esta relacionada con tu estilo de vida. Para saber qué necesitas, y sobre esta base cómo le das cabida a la vida que llevas, debes saber en base a tus actividades, que hacés en tu vida cotidiana.
Distribuyamos las tareas que nos ayudarán a encontrar estas respuestas en varios días.
Día 1- Poniendo orden en tu tocador
Vacía todos los cajones y puertitas de tu tocador. Limpiá a fondo con un trapo húmedo y detergente o jabón blanco sus paredes, los fondos, y dejalo abierto para que se airee y seque bien. Mientras tanto, teniendo en cuenta que no tenés lugar y que no podés conservar nada que te sea superfluo, revisá todos tus accesorios.
Separá tres montones:
Uno con lo que hace más de un año no usás.
Otro con lo que usás una vez al año.
Otro con todo lo demás.
No te preocupes por los estilos de esas cosas, el color, etc. Eso lo dejarás para la segunda parte.
Accesorios especiales: los usas una vez al año. Estan desgastados, desteñidos o muy pasados de moda? ¿Los usarás alguna vez más? Si pensás que te serán útiles y son adaptable a los nuevos tiempos, conservalos. Si no, habiendo cumplido ya su misión bien podrían pasar a la historia. Dejalos en una bolsa.
Lo que no usaste en el año, ¿es un clásico que podrías aggiornar o que por su gran calidad merece el adjetivo de “vintage”? ¿Puede formar parte de algún nuevo equipo para completar inteligentemente tu vestuario? Si cumple con alguna de estas opciones, ¿está limpio y en buen estado?
Los accesorios que conservarás, revisalos y devolvelos al tocador luego de ponerlos en perfecto estado.
Día 2- Reconociendo cómo es tu vida
Ahora organizarás tooooodo el contenido de tu tocador: echarpes, anteojos, bijouterie, bolsos, adornos para el celular, paraguas, sombreros… separando por “rubros” y dentro de cada rubro, por estilos.
Al final repasa: ¿viste muchos accesorios deportivos pero la mayor parte de tu tiempo se va dentro de la oficina? Error solucionable. Necesitás ropa que te siente bien y te guste, que puedas lavar con facilidad y te permita moverte en libertad, pero que te haga ver más clásica y urbana.
Entonces, lo que harás ahora es examinar cómo está armada tu vida. Para eso esta semana harás una lista: a cada cambio de actividad, anotarás la hora, qué hiciste, incluyendo durante el fin de semana, y qué llevabas puesto. Pero TODO lo que llevabas puesto: desde la ropa interior hasta los aros y el paraguas. Es un trabajito tedioso pero muy rendidor.
Día 3- Buscando tu estilo
Tomá un respiro, lo mereces. Cuando te sientas repuesta, pensá en tu próxima tarde libre, y si te acompaña alguna amiga o amigo que sea objetivo, tanto mejor.
Prepararás un té o un refresco, ambiente agradable, con buena luz y espejo, porque esta vez pondrás manos a la obra: vas a “estudiar” muy detenidamente el contenido de tu tocador... con las tres "bolsas" de todo lo que separaste el día 1 a la vista.
Prepararás un té o un refresco, ambiente agradable, con buena luz y espejo, porque esta vez pondrás manos a la obra: vas a “estudiar” muy detenidamente el contenido de tu tocador... con las tres "bolsas" de todo lo que separaste el día 1 a la vista.
Irás al placard. Empezá por ponerte esa blusa o camiseta que te queda bien ( posiblemente su color sea uno de los que armonizan con vos) Ahora combinala con polleras y pantalones, y para completar el look, abrigos tejidos, bleisers, saco o sacón, y... ¡los accesorios! incluida la bijoux.
Mirate al espejo. ¿Te queda bien? ¿Qué dice tu amiga?¿Es necesario algún cambio? Bien: ahora que sí te gusta, anotalo.
Mirate al espejo. ¿Te queda bien? ¿Qué dice tu amiga?¿Es necesario algún cambio? Bien: ahora que sí te gusta, anotalo.
Probá otra camisa, vas cambiando de a poco el conjunto, siempre empezá por la pieza de arriba y luego abajo, abrigo, accesorios hasta quedar enteramente vestida. Cuando te guste el equipo logrado lo anotarás para no olvidarlo y seguirás así con todo tu vestuario. Entre los dos primeros conjuntos es muy posible que ya tengas armada tu paleta de colores.
Recordá que no a todo el mundo le quedan bien los mismos tonos y que un guardarropas con mayoría de neutros es muuuy aburrido. ¡Tratá de dar colorido sobre todo con los accesorios de tu tocador!
Seguramente tendrás prendas en tonos neutros que combinan con los colores surtidos de tu abultado tocador y ¡listo! Las “cartas” básicas para arreglar tu tocador ya estan echadas.
Seguramente tendrás prendas en tonos neutros que combinan con los colores surtidos de tu abultado tocador y ¡listo! Las “cartas” básicas para arreglar tu tocador ya estan echadas.
Ahora notarás mucho mejor qué necesitás agregar o quitar de tu tocador para reforzar el estilo.
Puede haber accesorios que te gusten, pero que estan un poco solos. ¿Qué deberías agregar para completar el look?
Revisá la bolsa donde habías apartado lo que no te interesaba conservar. ¿Es realmente así?¿ Nada de lo que hay allí combinaría bien con tu “estilo”?
Esta vez sí es definitivo: lo que ya no funciona, ¡FUERA!
Día 4- Configurando el tocador “ideal”…
¿Cómo organizarás todo lo que redescubriste, revaloraste y quisiste conservar o “enriquecer” acompañado con nuevas adquisiciones?
Orden, orden y más orden. Orden es igual a espacio. No permitas que tu armario sea un agujero negro… del que no se sabe qué nueva “estrella” surgirá..!
Sé selectiva ya que nunca hay demasiado lugar: “lo cortés no quita lo valiente” y conservá SOLO AQUELLO QUE TE QUEDA BIEN.
Primero por color y dentro del color por estilo, agruparás collares, aros, pulseras, anillos, guantes, echarpes y chalinas, anteojos, bolsos, etc., etc.
Así, cada vez que surja un acontecimiento y tengas que rearmar esos equipos que tanto estudiaste y ahora tenés en mente, encontrarás sin dificultad las piezas necesarias.
Entonces, aquello que no tiene que ver con nada de tu guardarropas, ¡AFUERA! Lo mismo con lo que esperas que en 15 años vuelva la moda: si no es de calidad, parecerá anticuado. Sólo lo de muy buena calidad puede seguir siendo usado como “vintage”.
“Merecés un tocador de diva”, entonces vas a acomodar solo aquellos accesorios que realmente te sirvan porque completan un vestuario que ya pensaste, además de ser de tu gusto, tu estilo y quedarte muy bien.
Día 5- ¡Socorro! ¿Cómo almacenaré todo esto?
Día 5- ¡Socorro! ¿Cómo almacenaré todo esto?
Bien, esta parte parece engorrosa pero ´puede ser divertida: vas a acomodar todo lo que separaste y decidiste conservar…
Es bueno tener siempre a mano y listo lo que gustes ponerte, de manera que el almacenamiento se vuelve un punto estratégico para tu vestimenta .
Fundamental: la adecuada conservación de sus piezas, sin amontonamientos que puedan romperlas o rayarlas.
Lo que se capta a primera vista es lo que más se recuerda, y que tu imagen es tu “logo” , el objeto privilegiado del marketing. Pulir tu estilo está enteramente en tus manos, de manera que cómo conserves y dispongas de todo esto que le da a tu arreglo el toque de chic que te hace diferente no puede estar en tercer, cuarto, o décimo plano. Pero no desesperes: cuando estén juntos tus aros, carteras, echarpes, pulseras, etc. Etc., ¡verás cuanto más provecho les sacarás!
Fundamental: la adecuada conservación de sus piezas, sin amontonamientos que puedan romperlas o rayarlas.
Lo que se capta a primera vista es lo que más se recuerda, y que tu imagen es tu “logo” , el objeto privilegiado del marketing. Pulir tu estilo está enteramente en tus manos, de manera que cómo conserves y dispongas de todo esto que le da a tu arreglo el toque de chic que te hace diferente no puede estar en tercer, cuarto, o décimo plano. Pero no desesperes: cuando estén juntos tus aros, carteras, echarpes, pulseras, etc. Etc., ¡verás cuanto más provecho les sacarás!
Ahora... sentate a pensar, toma un tecito y en vez de usar el cuerpo, poné el ingenio en acción.
Empecemos por la bijoux y joyería que suele estar desperdigada por toda la casa, anudada, sucia y rota, mezclada con otras cosas… Si te esmerás, verás en cuantos lugares conservabas cosas que tenías totalmente olvidadas.
Empecemos por la bijoux y joyería que suele estar desperdigada por toda la casa, anudada, sucia y rota, mezclada con otras cosas… Si te esmerás, verás en cuantos lugares conservabas cosas que tenías totalmente olvidadas.
Seguramente tenés una colección de pequeñas cajitas o canastos, que fuiste dejando por ahí porque te gustaban. ¡Ese galimatías de objetos puede ser el comienzo de tu nuevo e inteligente tocador!
Por supuesto, el comercio te ofrece otras opciones: desde arbolitos de alambre hasta pequeños maniquíes, pero estudiá un poco cómo almacenan los comercios dedicados a la venta de accesorios. Descubrirás “novedosas” y económicas formas de conservar en buena forma tus bijoux sin gastar demasiado.
Este es demasiado espacioso para ser real, ¿no es cierto?
Dejemos de soñar: aquí van algunas sugerencias de almacenamiento y perfecta conservación para esos detalles del vestir que nunca tenemos a la vista.
Dejemos de soñar: aquí van algunas sugerencias de almacenamiento y perfecta conservación para esos detalles del vestir que nunca tenemos a la vista.
En principio, una pequeña bandejita o plato al lado del lavabo o sobre tu mesita de noche, recogerá hasta la mañana siguiente la bijoux que te sacás al regresar a casa.
Los cajones de algún mueble son utilísimos para guardar tus delicadas bijoux, siempre y cuando el vaivén de abrirlos y cerrarlos no raye las cosas que contiene. Para eso colocá adentro divisiones, hay envases maravillosos para esto. Por ejemplo, la parte inferior y compartimentada de las cajas de bombones, o en su defecto… ¡de una huevera! Viejos corbateros o esos percheros de pared también pueden servir para guardar cinturones, cintas, foulards y bolsos.
Si no tenés un mueble que haga las veces de tocador, muchas piezas de bijoux son excelentes adornos que no hay porqué esconder. Los broches luciendo como preciosas esculturas junto a tus guantes pueden componer pequeñas y decorativas escenas en un estante pequeño.
Al igual, los aros enganchados en un chal que haga las veces de tapiz o en una pequeña red o cinta tras la puerta de tu guardarropas pueden formar un bello "cuadro" con relieves. Los collares colgados sobre el espejo de tu tocador o de la cabecera de tu cama darán árboles de luz colorida a tu habitación. Los paraguas en el paragüero de la entrada, los sombreros en el perchero del pasillo o de la recepción, anillos, pulseras y otros enseres en pequeñas vasijas sobre la tapa de tu cómoda o chifonier. Las hebillas, peinetas y vinchas para el cabello pueden prenderse de una cinta que cuelgue dentro de una puerta del placard. Las gafas para el sol pueden estar enganchadas en el marco de un cuadro, en el borde de un florero…
En fin ... verás que las posibilidades son muchas y bellas: ya inventarás la solución para poder decidir de una rápida mirada lo que ha de darte el look que buscás.
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