viernes, 17 de junio de 2011

El cinturón y los clásicos de tu placard


Mirala bien: apenas una pollera, una camisa blanca y un cinturón ancho y ajustadísimo marcando y remarcando el cuerpo. En esa creación de la silueta femenina que hiciera Cristian Dior al final de la Segunda Gran Guerra, ¡cuan importante fue esa faja y sujetar la cintura de una forma definida! ¡Generó un "new look"! 
¿Sorprendida? No tanto. Porque los clásicos de pura cepa no nacen, se hacen.


Genial composición que recrea el estilo "María Antonieta" con prendas de absoluta actualidad ¡gracias a un cinturón de cuero con tachas francamente subversivo!  

Los creadores cuestionan y repiensan a los clásicos según sus conceptos de lo que éstos deberían representar. En este proceso, ciertas piezas son aceptadas como representantes imperecederos de su clase, especie o grupo; entonces son actuales sin estar de moda y aunque antiguas resultan eternas...


Un verdadero clásico se invisibiliza por cotidiano. ¿No vemos acaso las proporciones del new look en esta escultura de una antigua mujer minoica? Ella traspasó los umbrales de su época... y podría haber sido la musa de Dior. Cada tanto el tiempo, como el diablo, se muerde la cola: la tendencia ahora es de túnicas grecorromanas (como la que se muestra abajo, sostenida por un cinturón que lleva el color de los tiempos dorados del origen).



Durante el siglo XX el cinturón fue lanzado al más brillante estrellato por ese gran clásico de la moda que fue Cristian Dior.  Desde entonces es un clásico que reinventa y revitaliza tus clásicos. 

Giorgio Armani -otro adicto al clacisismo- hace de algo actual un clásico, gracias al chal sobre un solo hombro, la faja anchísima y ese collar que semeja un amuleto y atributo imperial.

Rebuscando en tu placard...
...seguramente hay un jean, una blusa blanca, un pequeño vestidito negro, un traje sastre, un traje de baño enterizo... ¿me equivoco?







Con un jean de cintura estrecha y para un look casual, es mejor el cinto de cuero en color crudo, con o sin tachas. Aquí, a fin de estirar la figura, se colocó sobre la chaqueta y la blusa un cinto ancho elastizado que marca muy bien la cintura y da a este outfit un aire muy práctico. Las zapatillas completan el estilo.
Arriba, un cinto de piel de potro con el original toque de falsos brillantes para chicas más audaces.


Las cadenas son otra opción que da a tu jean el toque chic.


Dos conjuntos formados por varios y disímiles clásicos reunidos en audaces  y "chanelísimos" ensambles.  


Una faja ancha se verá genial con un traje de corte masculino.



O con un traje sastre de impecable corte y factura. Recordá que las caídas de lazos y fajas te alargan y adelgazan , sobre todo si son asimétricas.



Un pañuelo doblado en diagonal y arrollado, rodeando el talle con un cinturón que ajuste por encima será una maravillosa faja estilo oriental para tu traje sastre:











Abajo, el simple detalle central "fija" con delicadeza la cintura de esta faja que por tener el mismo tono que la chaqueta pasa casi desapercibida. Ideal para las gorditas.



Sobre un vestido camisero, como este de aquí abajo, una faja ajustada junto con las mangas llevadas hacia arriba hasta el codo dibujan un estilo que pasa de sport a elegantísimo.



En cambio el cinto de cuero crudo le da a este camisero un estilo mucho más casual.


En 2011 el turno es para el cinturón, que dando forma y estilo a tu pequeño vestidito negro (LBD) te permitirá aggiornarlo una vez más. ¡Ahora imaginá el mismo vestidito con un cinturón dorado!¿Lo ves?


Se transformó en un sofisticado trendy, ¿no?


Para la camisa blanca oversize ( no muy grande, no estrecha), un cinturón ancho en color oscuro le devuelve actualidad. Si su tela es suave y el cinto tiene una hebilla metálica mejorará notablemente tu look.


 ¡Woooooooowww! El vértigo de las delicadas curvas femeninas a full en esta romántica versión clásica.



 Este sí es un difícil acierto: casual y chic a la vez con prendas muy muy triviales. Sin duda aquí , son los accesorios los que hacen la diferencia.

Abajo, el aristocrático chabot de la blusa se vuelve glamoroso y rockero gracias a las tachas del cinturón.


Con un pañuelo o fajín tipo pirata o rockero tu camisa se verá moderna y genial.



¡Fajas tan anchas como un corset en este ejemplo del look pirata, aunque este luce más bien gitano!


En cuanto al traje de baño enterizo le cabe lo mismo. No olvides que el cinturón, por su sola presencia, genera cinturas de avispa. En el cuadro de abajo un delgado cinto que se destaca apenas por su hebilla, ayuda a mantener semicerrado un liviano sweter.


Aquí, un arriesgado conjunto para las más jóvenes, donde el disruptivo short de lentejuelas se acompaña con una chaqueta estilo Chanel y un delicado cinturón bijou. Para las feminísimas provocativas.


Un último comentario sobre el cinturón y los clásicos. Hemos dicho que los clásicos se hacen.
Si llevas accesorios que traigan a tu entorno reminiscencias y significaciones intensas e interesantes, tu más subversivo outfit se hará un clásico. Anclarás a tu figura no sólo las miradas, sino también las emociones, los recuerdos y la más secreta sensibilidad. ¡Animate a probar!
 Precioso cinturón estilo "gaucho" hecho enteramente a mano en cuero trenzado y hebilla de alpaca grabada con motivos campestres tradicionales del campo argentino

lunes, 13 de junio de 2011

¿Qué collares son los básicos para un look actual?



La oferta de collares hoy es tan amplia que hay que tener la cabeza muy fría para no errar en la elección al comprar. Se ven cosas osadas, llamativas y muy lindas, pero antes de llevarte a casa lo primero que te gustó, ve a tu tocador.
¿Es ese el collar que en realidad te hace falta? ¿Cuales son los collares que sin gastar demasiado necesitás para seguir usando los que ya tenés y tanto te gustan, para no desperdiciar ese tesoro de piezas que con tanto amor has acumulado?
Tomando como plataforma lo que hay en tus cajones, vamos a tratar de armar una bijouterie básica. He aquí una pequeña guía para que optimices tu inversión.


Primero hablemos de lo que se usa en bijouterie. Volumen, variedad y mezcla: gran tamaño, cantidad de collares, varias piezas en combinaciones insólitas, piezas unidas con cintas y... un toque retro.
para esto, por supuesto, seguí mis pasos y ¡andá al tocador de tu abuela!
Te muestro un primer collar que tiene mucho de todo eso. Solo basta que rebusques un poco entre tus piezas rotas, reúnas lo que puede servirte y vuelvas a armar con ellas una nueva cuerda trenzando cinta negra y cinta dorada (en terciopelo, organza, lurex o lo que quieras) y... ¡ya está! Tenés una nueva gargantilla lista para todos los días en el nuevo look.


Ahora vayamos a lo prometido, los BASICOS:


1- Cadenas doradas que iluminan, son usables tanto para vestir casual como para ir a trabajar y combinan perfectamente con muchos otros collares, sean de cadenas o no.
Una cadena ancha y dorada tipo gargantilla puede ir sobre un saquito tejido, o con una camisa, o combinado con otros más largos. Este es un modelo de Versace, adecuadísimo para ese aire retro que tan de onda está:

2- Un collar de cadenas de varias cuerdas, cada una con su dije correspondiente, que caiga sobre el pecho. Aquí ves dos fabulosos collares cuyos dijes combinan magníficamente. Todo es cuestión de ensayar frente al espejo para estar muy segura en el momento de comprar.

Pueden combinarse las alturas de estos para que los dijes queden bellos a la vista. Cuando lo que se lleva es muy sencillo esta combinación con otros collares logra que te veas muy especial.

3- Un collar de perlas elegante pero informal, no el simple collar enhebrado que te daría apariencia demasiado clásica. Este es encantador, muy dulce y femenino sin ser antiguo: tiene interesantes fornituras con strass y mezcla dos colores.


Este otro es bastante informal por la variedad de perlas y separadores que combina con distintas cadenas, pero al mantenerse en una gama muy reducida (plateado, blanco y rosa pálido) resulta igualmente elegante
 

4- Un collar de perlas larguísimo puede dar varias vueltas a tu cuello de modo que lo puedes usar de varias maneras. Si eliges cuidadosamente el color es fácil de combinar. Este es gris claro:


Los rosados, crema o beige van muy bien con cadenas doradas. Los blancos combinan estupendamente con cadenas plateadas o peltre.

Arriba y abajo, versión Chanel para toda ocasión
 

5- Otro collar en perlas coloridas y gigantes que vaya muy bien con algo de lo que ya tienes. Solo o acompañado te hará lucir muy casual.

Aquí te muestro uno de esos collares de varias cuerdas combinadas, pero lógicamente es una combinación que puedes lograr con los básicos que se estan enumerando aquí:


6- Un collar moderno negro, largo princesa. Este es muy usable, fácil de combinar y agrega el toque chic que requiere un vestido ultra sofisticado o ultra minimalista. He aquí uno muy actual, ya que aquí el negro es la cinta que va pasando a través de la cadena. Su originalidad consiste en que esta cinta une dos cuerdas de eslabones diferentes.


Este es muy avant-garde, una bijou textil que va con todo:
 

7- Un collar espectacular y de muy buena calidad, largo, que pueda llenar tu delantera de modo que por sí sólo te vista para una fiesta, cocktail o salida importante. Es necesario que inviertas en este y que se vea de alto nivel.
He aquí uno de tela y seda plateada y beige revistiendo unos bolones que hacen las veces de perlas, adecuado al diseño y los colores nude que son de rigor en esta temporada:


Este collar importante puede ser en plateado o dorado, con piedras al tono y con formas raras, o muy trabajadas, o de tamaño llamativo, o en una combinación de colores que se vea muy muy lindo.

Aquí hay uno super elegante, también de varias cuerdas sujetados con informales moñitos pespunteados, en cristales y strass.


8- Una gargantilla casual de varias cuerdas con perlas de algún color que te quede muy bien para usar durante el día. Ilumina tu rostro y va con diferentes prendas ya que por ser corto siempre estará a la vista.


Aquí perlas doradas para un arreglo diurno más chic:
 

Creo que con estos tips no pasarás por ese horroroso momento de "tengo el tocador lleno de cosas y no hay nada que me pueda poner"

jueves, 9 de junio de 2011

1950: el avance de la bijou. Moda retro.

La moda que hoy se conoce como retro abarca nuestro pasado inmediato, pero la palabra "retro" se utiliza sobre todo al referirse a la década del ´50. La época se caracterizó por una vuelta hacia la mujer con sus curvas y coquetería. Se trata del segundo período de auge de la bijouterie: las joyas se volvieron populares pues reproducían el clima distendido del momento y marcaban fuertemente el regreso a la femineidad.


Terminada la guerra, el estado de bienestar se generalizaba. Los gobiernos se ocuparon de atenuar las secuelas y de custodiar el retorno a los valores tradicionales: las mujeres dejaban felices el rigor de los años anteriores, los trajes masculinos y las fábricas para volver a sus hogares, tan valorados por quienes habían tenido a alguien fuera de casa, en "el frente". Había además muchos enfermos, mutilados, niños huérfanos que cuidar. Las mujeres retornaron así a su rol tradicional y se abocaron al cuidado del hogar, el marido y los hijos. Y a una vida que prometía ser menos estricta, más colorida y alegre.

Para cumplir a la perfección con su rol, ellas, que ya no desconocían los beneficios de la autonomía, resignaron independencia y se refugiaron en el placer sensual y la seducción, siempre con cierto recato. La elegancia y el embellecimiento dejaron de ser patrimonio de las frívolas y pasaron a ser un "deber" al servicio de la causa matrimonial. La provocación estaba prohibida: entonces primó la insinuación.

El arreglo enfatizó la belleza del cuerpo femenino. Para dar forma, las faldas cobraron volumen y se acortaron un poco, se impuso el corset bajo los vestidos, y el cinturón ancho, que había reinado por aproximadamente 10 años, cedió paso al angosto porque era un complemento clave de la nueva cintura extra small. Las mangas de desaparecieron y los brazos se cubrieron parcialmente con guantes. Los pantalones se feminizaron haciéndose muy anchos, fueron pollera-pantalón.
En estos años surgen con nombre propio los diseños de alta costura : Balenciaga, Balmain, Givenchy... Un ícono de esta nueva silueta es el vestido-camisa, camisero o chemisier, que ya había “inventado” en los ´40 Christian Dior, pero que ahora, por su corte sentador para cualquier silueta y por su practicidad, entraba en auge.

En esta versión actual pueden observarse el cuello de camisa, la abotonadura delantera y la cintura ajustada.

Las telas eran de suaves texturas y sutil transparencia: terciopelo, algodón, seda, satén, organza, encaje y tul. Los estampados, en blanco, negro y delicados tonos pasteles en las gamas otoñales y primaverales tuvieron dibujos absolutamente abstractos, o flores y mariposas. Dior hizo furor del color rosa en su famosísima versión: el Rosa Dior. En la reproducción de abajo vemos a Audrey Hepburn vistiendo por entero ese color.
Otra mujer- ícono de ese tiempo: Grace Kelly el día de su casamiento, llevó mucho encaje, cintura de tela con brillo muy marcada por ancha faja y maquillaje discreto, pero no invisible. Y elegantes perlas en los aros.

Para formatear el cuerpo de la mujer los bustos se hicieron prominentes, las piernas estilizadas con largos tacos “aguja” o stilletto y las pantorrillas visibles aunque cubiertas con medias transparentes fabricadas en un material innovador: el nylon.
Todo esto se completaba con infaltable maquillaje y abundantes bijoux brillantes aún para el día, de formas envolventes, estilizados lazos o agrupaciones florales.

He aquí dos pendientes componibles enun broche con forma de lazo.

En este tiempo hicieron su entrada triunfal los falsos diamantes hechos con cristales, las filigranas metálicas bordadas con materiales brillantes y un novedoso material plástico: el celuloide. Comienza a verse el brillo del cristal de roca en la bijouterie,y para la gala diamantes, esmeraldas y rubíes. Una cara bijou negra se llevó sobre todo para para el cocktail, en piedras de azabache.
Los aros y broches de fundición con cuentas de celuloide, cristales de Bohemia, marquesita (piedra que brilla) o strass coloridos fueron de rigor. Estaban en los peinados "colmena", recogidos sino totalmente hacia arriba o a un costado, para que las orejas quedaran libres. Así se lucían también aros grandes y brillantes incluso para el día.
Los broches no solo se usaron en los peinados o en las solapas: posaron en los bolsillos, los breteles, los guantes, las estolas, las carteras... He aquí un elaborado y alegre broche para el día de estilo campestre, con marquesitas y frutillitas de celuloide.

Los collares de perlas de una o dos vueltas, junto a las pulseras, terminaban el look. En esta época tuvieron su auge las perlas japonesas Akoya.
El plástico aportó muchísimo, puesto que no tenía límites en cuanto a color, peso ni matricería y llegó a ser bastante brillante. Se pusieron de moda livianos collares de muchas vueltas retorcidas llamadas “torzade”. Aquí un torzade fabricado con cristales de Murano en 1950 por Coppola y Toppo , famosos joyeros de la Italia de esa época:


 
El brillo también vino de la mano de la pasamanería y los botones bordados con piedras, lentejuelas y cuentas de plástico.
Los pañuelos se hicieron fundamentales para ocultar el peinado y el pelo arruinado por la falta de cosméticos imperante en el tiempo de posguerra. También para que el viento los ondulara en torno al rostro, como se ve en muchas películas que reproducen la época, plenas de motonetas, autos descapotables y mujeres bellas. En la foto de abajo, la moda actual, que apela al mismo accesorio colocado del mismo modo en que se usó alrededor de 1950.
Los labios y uñas debían ser absolutamente rojos, y los ojos se destacaron con alargadas líneas negras estiradas hacia las sienes .

Un esquema típico de color fue blanco-negro: si la vestimenta era blanca los accesorios negros, y viceversa. Otros colores de la época fueron los pasteles en sus gamas otoñales y primaverales, y el amarillo o el rojo con a acentos blancos. En esta combinación "española" imperaron los sombreros de torero y los saquitos cortos o toreritas.


Gafas y guantes fueron los accesorios obligatorios del glamour. Los guantes eran de la misma tela que el vestido y acompañaban cualquier atuendo de día o de noche, variando sólo su largo que podía llegar al antebrazo en los vestidos de fiesta y sin mangas. Las gafas eran muy grandes, oscuras y con marcos coloreados, tapando casi todo el pómulo.

Las divas de Hollywood fueron íconos de moda y femineidad seguidos con fruición. Así, podemos ver en los distintos estilos de Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Grace Kelly Briggitte Bardot marcaron las principales tendencias de aquellos años.
Los diseñadores de ropa y de joyas contaron con ellas para difundir sus creaciones, que luego reproducían y vendían al por mayor.


En esta tapa de revista, una reconocida actriz de cine: Sofía Loren. Su brillante bijou combinan el color esmeralda con blanco y negro. Pero lleva un turbante, ícono de glamour de ese tiempo y accesorio indispensable para ocultar cabellos maltratados por la falta de productos. Pese a la industria de posguerra diezmada, primaron la elegancia, el buen gusto y un retorno al lujo traducido en un avance de la bijouterie hasta el momento sin precedentes, y el comienzo de un intenso uso .