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viernes, 15 de julio de 2011

El Torsade: collar a la medida de tu imaginación.

Torsade viene del francés y significa giro, cable en espiral o trenzado. Se trata de una pieza de joyería -collar o pulsera- con varios hilos retorcidos juntos o entrelazados para producir un efecto similar a una cuerda. Estos hilos se enhebran con cuentas y terminan en un cierre.

Se trata de un accesorio muy versátil: por su audacia, puede usarse con ropa de calle y como su volumen es importante, también puede ser de gran vestir.


Arriba un modelo original de Ornella Bryel, en cristales de Murano y perlas de río, con aros. Y este otro es un clásico Chanel que mezcla cadenas doradas y perlas falsas:

He aquí un modelo estilo africano, muy audaz, que combina los abalorios de igual modo en todas sus vueltas. Tiene un increíble cierre de fundición con esmaltes y aplicaciones en brillantes imitando la cabeza de una girafa.
El torsade surgió en el siglo XIX como un adorno para reemplazar la cinta de los sombreros. Remontandonos en el tiempo, se han encontrado algunas versiones originales del antiguo Egipto.
Los más famosos son los torsade de Italia, que pueden estar retorcidos o "tejidos" . Este que ves aquí abajo es un Coppola e Toppo, en cristales de Murano.


La producción italiana ha sido tan prolífica que por sí sola merece un post. Como aproximación, estos modernos Swaroski la imitan:

Puede simularse un torsade con un collar largo doblado en dos o más partes, o con varios collares de perlas o cadenas combinados, y aprisionando todas las “vueltas” con un cierre de tipo oval o redondo llamado twist. En este caso, el twist se hace un adorno visible gracias a que esta revestido en cristales.

Las combinaciones que admite un torsade son múltiples, y en realidad dependen solo de tu imaginación. Este espectacular torsade mezcla perlas de río, turquesas y cadenas de oro.

Actualmente son habituales los torsade hechos con cristales Swaroski, a veces mezclados con perlas o con cuentas de vidrio en colores netos, sean similares o contrastantes.
Hay modelos muy audaces y super variados que suelen combinar en un trenzado prolijo o no, cintas con cadenas e hileras de cuentas en cristal, metal o cualquier otro material. Aquí, cadena "trenzada" con cinta de raso negra y cristales:

Otros pueden llevar adornos colgantes, como dijes o amuletos, lográndose torsades muy diferentes, según el caso.
Elaborado torsade en cinta de terciopelo azul, cristales, cadena dorada, plateada y cuentas de coral.
Una bella versión italiana, ultra moderna, hecha con tubos de plástico y perlas de río insertas dentro.

sábado, 2 de julio de 2011

Espectacular tendencia retro: la bijou reciclada


Siempre tuvo aires de reina callejera y las mujeres con alma de artista jamás han dejado de producir piezas de gran belleza y provocación. Y cada vez son más los hombres que se avienen a este uso impertinente de joyas de fantasía. ¡Nadie se las quieren perder! 
Porque si bien es presentada muchas veces como plebeya, la bijou reciclada retoma fielmente su mejor tradición: la de que no hay ocasión, clase social ni bolsillo que deba privarse del adorno, la belleza y la autoexpresión.
Así, las grandes casas de la "Moda Consagrada" han tomado para sí esta tendencia y recuperado este sentido popular como a una vieja herencia querida y un poco olvidada. Reciclada, deconstruida, mixturada, pervertida y puesta en valor, así es la bijouterie de las últimas colecciones de las grandes casas:


Un collar que reúne cadenas, organza y dijes con pedrería. De Lanvin, que basó en esta mezcla de materiales y laxitud formal toda su colección de bijou 2011. 
De Chanel, este raro collier de estilo egipcio y colores audaces que se unen con lana amarilla, terciopelo índigo y madroños de algodón turquesa pasando a través de los eslabones de cuatro líneas de chanelísimas cadenas doradas.
Gucci recurre a una estrategia similar, que mezcla cadenas de strass, cinta de algodón y un trenzado de tientos de cuero para una preciosa pulsera en azules y oro.

 
Pero no le hace falta una firma reconocible para deslumbrar: la bijou de estilo reciclado toma de lo viejo lo mejor para renovarlo, con la frescura y el desparpajo que se necesitan cuando deseamos que lo ya conocido vuelva a sorprender.   


Podrías llevarlo a la coronación de una reina o podrías ser vos la reina a coronar. Todo indica que las viejas glorias de la bijouterie tradicional no tienen porqué dejarse de lado. Simplemente es cuestión de recuperar sus virtudes con un significado nuevo y técnicas ad-hoc. Casi como una banda monárquica o presidencial, este largo collar tiene las cocardas combinadas con flores y partes de juguetes cual trofeos del corazón, ¿porqué no?


Francesísimo, decadente y romántico diseño que recupera perlas y cadenas en un estilo absolutamente actual y decontracté.



Algunos broches con florcitas de brillantes imitados y un pañuelo negro que interrumpe y aliviana estas dos vueltas de perlas falsas. Todo el conjunto se refresca con un juvenil aire informal. 

 

Otra audaz composición de aires románticos, en el que retoman protagonismo unas pocas piedras talladas. Lo demás, es pura fantasía distribuida con gusto y sin miedo a la añoranza ni al qué dirán.


Strass, cadenas, perlas y piedras sólo son la excusa para poder usar una linda pasamanería como accesorio, y los restos de temporadas anteriores suman brillo, complejidad, interés y riqueza expresiva. Pero el reciclaje no desperdicia nada, e incluso aquellos materiales u objetos que antes no se habían prestado a la bijouterie, son ahora empleados con gran logro para divertimento, adorno y expresión artística.



Este es un impactante e irreverente collar plástico, confeccionado con tres hilos torsados de los tacos altos rosas de Barbie, no solo es ingenioso, sino también muy bello. Digno de un auténtico Schiaparelli, ¿no?

Más increible aún es esta gorra tejida que recupera cintas, objetos de goma y ... las torneadísimas piernas de la famosa muñequita Barbie



Recortes de encaje unidos como por arte de magia en esta muñequera muy romántica, hecha con todo lo que diera ese look y extrema feminidad


Esta otra muñequera retoma terciopelos, raso y encajes que une con el tema de las plumas en el bordado con canutillos.



Novedoso y arriesgado uso de encajes y puntillas aplicadas al brazo y al cuello como un tatuaje en relieve, con brillo y la dosis de espectacularidad necesaria para que nadie deje de mirar.

martes, 28 de junio de 2011

Doce maneras de llevar dos broches



Imagenes retro, publicadas en figurines de moda a mediados del siglo 20.
Muestran cómo usar esos broches gemelos que se enganchan en un borde del calzado o la ropa: en un cuello, en los vértices de las solapas, las tapas de los bolsillos, el ángulo de un escote, sobre una cinta a modo de gargantilla, en los breteles, en el sombrero, trabando un moño, adornando los hombros, el peinado, el cruce de un vestido... ¡Y cuantas más pudieras imaginar!

jueves, 9 de junio de 2011

1950: el avance de la bijou. Moda retro.

La moda que hoy se conoce como retro abarca nuestro pasado inmediato, pero la palabra "retro" se utiliza sobre todo al referirse a la década del ´50. La época se caracterizó por una vuelta hacia la mujer con sus curvas y coquetería. Se trata del segundo período de auge de la bijouterie: las joyas se volvieron populares pues reproducían el clima distendido del momento y marcaban fuertemente el regreso a la femineidad.


Terminada la guerra, el estado de bienestar se generalizaba. Los gobiernos se ocuparon de atenuar las secuelas y de custodiar el retorno a los valores tradicionales: las mujeres dejaban felices el rigor de los años anteriores, los trajes masculinos y las fábricas para volver a sus hogares, tan valorados por quienes habían tenido a alguien fuera de casa, en "el frente". Había además muchos enfermos, mutilados, niños huérfanos que cuidar. Las mujeres retornaron así a su rol tradicional y se abocaron al cuidado del hogar, el marido y los hijos. Y a una vida que prometía ser menos estricta, más colorida y alegre.

Para cumplir a la perfección con su rol, ellas, que ya no desconocían los beneficios de la autonomía, resignaron independencia y se refugiaron en el placer sensual y la seducción, siempre con cierto recato. La elegancia y el embellecimiento dejaron de ser patrimonio de las frívolas y pasaron a ser un "deber" al servicio de la causa matrimonial. La provocación estaba prohibida: entonces primó la insinuación.

El arreglo enfatizó la belleza del cuerpo femenino. Para dar forma, las faldas cobraron volumen y se acortaron un poco, se impuso el corset bajo los vestidos, y el cinturón ancho, que había reinado por aproximadamente 10 años, cedió paso al angosto porque era un complemento clave de la nueva cintura extra small. Las mangas de desaparecieron y los brazos se cubrieron parcialmente con guantes. Los pantalones se feminizaron haciéndose muy anchos, fueron pollera-pantalón.
En estos años surgen con nombre propio los diseños de alta costura : Balenciaga, Balmain, Givenchy... Un ícono de esta nueva silueta es el vestido-camisa, camisero o chemisier, que ya había “inventado” en los ´40 Christian Dior, pero que ahora, por su corte sentador para cualquier silueta y por su practicidad, entraba en auge.

En esta versión actual pueden observarse el cuello de camisa, la abotonadura delantera y la cintura ajustada.

Las telas eran de suaves texturas y sutil transparencia: terciopelo, algodón, seda, satén, organza, encaje y tul. Los estampados, en blanco, negro y delicados tonos pasteles en las gamas otoñales y primaverales tuvieron dibujos absolutamente abstractos, o flores y mariposas. Dior hizo furor del color rosa en su famosísima versión: el Rosa Dior. En la reproducción de abajo vemos a Audrey Hepburn vistiendo por entero ese color.
Otra mujer- ícono de ese tiempo: Grace Kelly el día de su casamiento, llevó mucho encaje, cintura de tela con brillo muy marcada por ancha faja y maquillaje discreto, pero no invisible. Y elegantes perlas en los aros.

Para formatear el cuerpo de la mujer los bustos se hicieron prominentes, las piernas estilizadas con largos tacos “aguja” o stilletto y las pantorrillas visibles aunque cubiertas con medias transparentes fabricadas en un material innovador: el nylon.
Todo esto se completaba con infaltable maquillaje y abundantes bijoux brillantes aún para el día, de formas envolventes, estilizados lazos o agrupaciones florales.

He aquí dos pendientes componibles enun broche con forma de lazo.

En este tiempo hicieron su entrada triunfal los falsos diamantes hechos con cristales, las filigranas metálicas bordadas con materiales brillantes y un novedoso material plástico: el celuloide. Comienza a verse el brillo del cristal de roca en la bijouterie,y para la gala diamantes, esmeraldas y rubíes. Una cara bijou negra se llevó sobre todo para para el cocktail, en piedras de azabache.
Los aros y broches de fundición con cuentas de celuloide, cristales de Bohemia, marquesita (piedra que brilla) o strass coloridos fueron de rigor. Estaban en los peinados "colmena", recogidos sino totalmente hacia arriba o a un costado, para que las orejas quedaran libres. Así se lucían también aros grandes y brillantes incluso para el día.
Los broches no solo se usaron en los peinados o en las solapas: posaron en los bolsillos, los breteles, los guantes, las estolas, las carteras... He aquí un elaborado y alegre broche para el día de estilo campestre, con marquesitas y frutillitas de celuloide.

Los collares de perlas de una o dos vueltas, junto a las pulseras, terminaban el look. En esta época tuvieron su auge las perlas japonesas Akoya.
El plástico aportó muchísimo, puesto que no tenía límites en cuanto a color, peso ni matricería y llegó a ser bastante brillante. Se pusieron de moda livianos collares de muchas vueltas retorcidas llamadas “torzade”. Aquí un torzade fabricado con cristales de Murano en 1950 por Coppola y Toppo , famosos joyeros de la Italia de esa época:


 
El brillo también vino de la mano de la pasamanería y los botones bordados con piedras, lentejuelas y cuentas de plástico.
Los pañuelos se hicieron fundamentales para ocultar el peinado y el pelo arruinado por la falta de cosméticos imperante en el tiempo de posguerra. También para que el viento los ondulara en torno al rostro, como se ve en muchas películas que reproducen la época, plenas de motonetas, autos descapotables y mujeres bellas. En la foto de abajo, la moda actual, que apela al mismo accesorio colocado del mismo modo en que se usó alrededor de 1950.
Los labios y uñas debían ser absolutamente rojos, y los ojos se destacaron con alargadas líneas negras estiradas hacia las sienes .

Un esquema típico de color fue blanco-negro: si la vestimenta era blanca los accesorios negros, y viceversa. Otros colores de la época fueron los pasteles en sus gamas otoñales y primaverales, y el amarillo o el rojo con a acentos blancos. En esta combinación "española" imperaron los sombreros de torero y los saquitos cortos o toreritas.


Gafas y guantes fueron los accesorios obligatorios del glamour. Los guantes eran de la misma tela que el vestido y acompañaban cualquier atuendo de día o de noche, variando sólo su largo que podía llegar al antebrazo en los vestidos de fiesta y sin mangas. Las gafas eran muy grandes, oscuras y con marcos coloreados, tapando casi todo el pómulo.

Las divas de Hollywood fueron íconos de moda y femineidad seguidos con fruición. Así, podemos ver en los distintos estilos de Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Grace Kelly Briggitte Bardot marcaron las principales tendencias de aquellos años.
Los diseñadores de ropa y de joyas contaron con ellas para difundir sus creaciones, que luego reproducían y vendían al por mayor.


En esta tapa de revista, una reconocida actriz de cine: Sofía Loren. Su brillante bijou combinan el color esmeralda con blanco y negro. Pero lleva un turbante, ícono de glamour de ese tiempo y accesorio indispensable para ocultar cabellos maltratados por la falta de productos. Pese a la industria de posguerra diezmada, primaron la elegancia, el buen gusto y un retorno al lujo traducido en un avance de la bijouterie hasta el momento sin precedentes, y el comienzo de un intenso uso .

jueves, 17 de marzo de 2011

¿Bijou retro, vintage o shabby chic?


Vintage proviene del vocablo francés "vingt age", que significa veinteañero. Se utiliza habitualmente para hablar de cosechas y vinos con esos años de antigüedad o añejamiento y ahora se ha hecho extensivo al mundo de la moda y la decoración. Pero vintage no es retro. Para que un  accesorio sea vintage basta que haya sido concebido y elaborado varias décadas atrás. También se llaman vintage aquellas piezas que incluyen en su confección partes elaboradas mucho tiempo atrás, como esta gargantilla de strass resuelta en base a dos aros de los ´50. 


Retro en cambio, viene de retroceso o retroceder, y alude simplemente a un "estilo", la imagen de antigüedad que tenga un producto actualmente fabricado, de modo que se lo vea como de otra época sin serlo. Aquí vemos un camafeo, muy de moda actualmente, cuyo "engarce" tejido al crochet completa el aire de otra época propio de la pieza central.

Shabby proviene del inglés y significa raído, desgastado. Chic proviene del francés y se utiliza para lo que es a la moda, elegante sin estridencias. En realidad, el Shabby Chic es un estilo cottage inglés reactualizado, partiendo de una estética artesanal que taparía lo vetusto con pinturas claras o materiales y apliques delicados: cristales, porcelanas, flores y estampados campestres, tonos pasteles y decapados o rebordados suaves de aire decadente pero jamás sucio o triste.  En esta muñequera, por ejemplo, siendo un accesorio muy actual, estan presentes todos esos elementos de los que hablabamos: se trata de un reciclado en colores claros y tornasolados, de distintos materiales que juntos dan sensación de haber rescatado en el desván algo valioso y adaptable al vestuario de moda.

lunes, 7 de marzo de 2011

¡Oh, Chanel! Pasión de bijoux

Fotografía de 1906, donde Coco todavía no es la famosa Mme.Chanel

El secreto de Chanel fue simplificar el vestuario. Ropas sencillas de corte masculino fueron feminizadas gracias al uso generoso de la joyería y la bijouterie. En la fotografía que sigue, vemos una de las transgresiones de esta verdadera perturbadora del status quo que revolucionó el mundo de la moda: un conjunto de calle confeccionado con tejido de punto, hasta entonces utilizado en ropa interior y en pijamas,  adornado con incontables vueltas de perlas falsas... ¡Oh, querida Chanel! 


En estas fotos donde ella misma es quien posa, vemos que nunca el toque de glamour depende solo de la prenda, sino de la combinación entre ésta y los accesorios. En la imagen lograda, los accesorios juegan un rol determinante.


Como estas fotos testimonian, en el transcurso de los años Coco conservó su estilo lineal y absolutamente simple, pero se hizo cada vez más elegante y atractiva.


Coco vistió con sumo acierto muchas versiones de su recomendado "vestidito negro"






Aquí vemos a Coco en su estudio


Su amigo Cecil Beaton, en la segunda foto más abajo, fue quien hizo algunos de estos magníficos retratos.





Aquí arriba la vemos con su amigo Salvador Dali. Sin miedo para agregar detalles donde se requiere una nota de contraste y distinción, Coco da caracter y estilo a su atuendo con cantidad de accesorios que complementan su ya clásico "tallieur": collares de perlas, collar al cuello, moño, flores en el hombro...

Según van pasando los años, la vemos consecuente con el estilo que creó.







En sus últimos años, más Chanel que nunca, posando en su fabulosa mansión de Paris. Muchas gracias por todo, maravillosa Coco.