lunes, 13 de febrero de 2012

¿Pendientes XXL?: los famosos "chandelier"




Chandelier alude a un artefacto de múltiples luces.
Los pendientes actualmente llamados "chandelier" se popularizan durante la segunda mitad del sigloXVIII, con el nombre de "girandole", que en italiano significa candelabro. Cuando el uso de las velas se hace infaltable en las reuniones de sociedad, las damas comienzan a lucir unos pendientes muy grandes, hechos con piedras preciosas, sobre todo diamantes y esmeraldas traidas de las minas del Brasil recientemente descubiertas.
Pero los primeros "girandole" hicieron su aparición en 1663, de la mano de Giliés Legaré. El favoritismo de que gozaron luego, su agrandamiento y enriquecimiento progresivo, se debió a que a mediados del siglo XVIII los escotes bajan mientras los peinados se recogen hacia atrás, y el uso masivo de las velas hace muy atractivas esas piedras que ahora llegan a granel desde América.
Los girandole entonces crecen en uso y se transformarán en una verdadera tortura por su enorme peso, pero iluminarán estratégicamente los rostros femeninos sumergidos en la espesa semipenunbra de las velas.
El uso se extiende de tal modo que las mujeres comenzarán a tener varios pares, algunos más sencillos para el día, reservando los de mayor tamaño y cantidad de piedras preciosas para la noche.


Hermosos girandole victorianos enteramente realizados en oro, en delicada y discreta versión diurna. Estos otros, también victorianos de alrededor 1880, reproducen en filigrana de oro un modelo belga.


Los girandole se popularizarán al punto de formar parte del atuendo popular en las fiestas españolas: de allí derivan los "catalanes" y los "aragoneses" o "baturros", que incorporan motivos vegetales estilizándose hasta hacerse fusiformes.
Las variantes más próximas al siglo XIX toman elementos neoclásicos, como los pabellones.

1930

El lujo del art-decó (siglo XX) los despliega con elegantísimas formas geométricas. Se aplacará su furor durante los años ´40 y ´50, en que los aros no se despegan de los lóbulos de las orejas, y volverán a reaparecer durante los fantásticos ´60s.


Esta tapa de Vogue los preanuncia. Es de 1955, donde los vemos ya llamados chandelier y acompañados por un collar que por su diseño en gotas colgantes, llevaría el mismo nombre.
En la segunda mitad del siglo XX, con la fabulosa revolución estética generada por la cultura de los años sesenta, vuelven a "encenderse" con versiones de bijouterie mucho más portátiles, accesibles y divertidas, llamandose "chandelier", y relanzados con el entusiasmo de la revista Vogue.


Candice Bergen, 1967


¿Cómo es un chandelier?
Actualmente las variaciones son muchísimas. Vayamos entonces al "girandole" tradicional, que consta de tres partes. Un pequeño broquel o botón de agarre a la oreja formado por un disco engastado en pedrería, o una sola piedra circular o con forma de flor. El segundo cuerpo o entrecuerpo es un lazo que luego, hacia mitad del siglo XVIII fue sustituido por un motivo floral. Por último, tres colgantes almendrados, el central más grande que los laterales.


Estilizados "chandeliers" victorianos en diamantes y oro platino, de 1830


Copia italiana de unos girandole típicos de mediados o fines del 1700, con lazo y corales, datada en 1940.


Innovadores chandelier de borlas y alfileres de ganchos: refinado cuño punk al estilo "chic-urbano".


Simplificados y llevados al máximo de su abstracción, estos pendientes chandeliers son de Oscar de La Renta, 2010

2 comentarios:

  1. Hay que atreverse, no dejarlos sólo para las ocasiones. Yo los llevo hasta con vaqueros, pero falsos, por supuesto!!!!

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  2. que buena onda, me encantaron los collares y pendientes de famosos.

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