miércoles, 6 de abril de 2011

Aros suaves en tus delicadas orejas

¿Nunca viste esas orejas larguísimas, cuyos lóbulos bamboleantes parecen aletas ajadas y para colmo tienen una ranura alargada como un tajo si su dueña osó colgar de allí un aro? Horribles, ¿no?
Pertenecen a mujeres que han usado y abusado de los aros pesados o muy apretados, castigando a sus lóbulos día tras día durante años.
Lo que sigue es preventivo: son consejos para que al comprar o usar aros, no cometas el error de que sometan a tus orejas con espantosas torturas que resultan en un look aún más terrible.
1-Antes de llevar a tu casa un nuevo par, prueba los aros. Así sabrás cuan livianos son. A menor peso y  menor pendiente, tienen menos movimiento y arruinan menos tus lóbulos.
2- Miralos al trasluz. Cuanto más transparente sea su material, es más probable que sean plásticos y por lo tanto livianos. Si te quedan bien no importa que el material del que estan hechos no sea tan valioso. Finalmente, en el aro lo primero que llama la atención es el movimiento, luego el brillo, y por último la calidad y el color.
3- Si un aro que prende con clip detrás del lóbulo te aprieta demasiado al ponertelo, antes de salir del negocio pedile al vendedor que lo afloje y vuelve a probarlo, salvo que tengas un joyero o armador de bijouterie amigo a quien puedas encomendarle la tarea es preferible dejar el aro donde estaba. ya encontrarás otros que te gusten.

4- Existen actualmente abalorios y materiales metálicos muy livianos. No tienes porque comprar aros pesados. Si aún así, un aro te resulta muy incómodo, no lo lleves. El dolor de orejas se refleja en la cara tanto como el de los pies. Y la belleza del aro quedará oculta por tu mal gesto.
5-No uses aros largos o pendientes más tiempo del que sea necesario. Cuanto menos tiempo los tengas puestos, causarán menos tensión al agujero del que penden y por lo tanto lo estirarán menos. Los preparas sobre la mesa al lado de la puerta y te los colocas justo antes de salir y retiras tus aros de las orejas inmediatamente a tu regreso.



6- Si un par de aros muy largos o pesados te gusta demasiado y deseas comprarlos de todos modos, trata de reservarlos para ocasiones especiales. El agujero del que penden se estira temporariamente, pero si esta situación se prolonga, el resultado será permanente.
7-Existen topecitos de silicona móviles, que se insertan en el alambre del aro, detrás del hoyo. Así fijas el aro y evitas que pase una y otra vez hacia atrás y adelante del hoyo con tu movimiento, disminuyendo de esa forma su tensión sobre la oreja.
8-Todos los aros que tienen un clip para cerrar en la parte posterior del lóbulo, deben apoyar suavemente, sin apretar ni causar dolor. Para evitar esto existen almohadillas de siliconas, que atenúan el estiramiento de tus lóbulos por aplastamiento. Antes de salir del comercio donde los adquiriste, solicita estas almohadillas al vendedor.
9-Jamás tengas los aros puestos si te acuestas. Evitarás tironeos y enganches en las sábanas que solo maltratarían tus lóbulos un poco más.

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