sábado, 5 de noviembre de 2011

Diseño identitario: la orfebrería en plata de los Mapuche


"Los plateros hacían pequeños crisoles de piedra ücu y los templaban en el fuego. Adentro de esos vasos se echaban puñados de pesos y chauchas de plata y los asentaban sobre el carbón encendido de la forja. Además aplicaban el fuelle, por medio del cual atizaban las brazas alrededor del crisol lleno de plata. El vaso se acaloraba hasta ponerse candente y la plata del crisol se fundía, también arreglaban un cajoncito que contenía arena. En ella modelaban cualquier artefacto que quisieran fabricar. En la arena se imprimía la forma del modelo, se tapaba el cajón y por un orificio vertían la plata derretida. Cuando calculaban que se hubiera enfriado, desmontaban el cajón y aparecía la plata cuajada, teniendo la misma forma que el modelo. Lo quitaban del molde y lo perfeccionaban con lima y martillo sobre el yunque."
Pascual Coña, "Memorias de un cacique mapuche" 


Repujada, recortada, calada, grabada, cincelada, fundida para soldar apliques... por cierto, la platería es una de las manifestaciones culturales que mejor representa al pueblo Mapuche.


Actual puesto callejero de Temuco, en la república hermana de Chile.

Con diferentes técnicas, los plateros mapuches hicieron dibujos geométricos y figurativos que dan cuenta de una apreciación estética, pero además, de su cosmogonía:  la plata representa para ellos las lágrimas de la luna. Todo su mundo simbólico se expresa en las formas, en los grabados de las planchas de plata, en las figuraciones y en el uso que dan a las joyas. En varias de ellas —que las mujeres usaban todas juntas—, hay elementos importantes hacia la nuca o la parte posterior de la cintura o del cuello: a diferencia de la cultura europea elaborada frente al espejo, la mapuche también valora la espalda.




Si bien se ha descubierto una reducida cantidad de piezas metálicas, principalmente de cobre, plata y poquísimas de oro, correspondientes a épocas prehispánicas, fue por los españoles con conocimientos de orfebrería y por la disponibilidad del material a través de monedas de circulación, junto a la bonanza económica de las comunidades Mapuche -por venta de su ganado en la línea de la Frontera-, que la platería mapuche tuvo su esplendor desde mediados del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX. La plata se utilizó para joyas femeninas y en una diversidad de complementos ecuestres como estribos, espuelas, taleros y otros de largo detalle. Por eso hay quienes consideran a la cultura mapuche como poscolombina: "… los hombres ponían su orgullo en el arreglo de sus cabalgaduras. Tenían espuelas y estribos de plata y adornos de plata en las acciones; además cabezadas ataviadas de plata, provistas de colgantes del mismo metal. También tenían incrustaciones de plata en las barbadas y adornados los bocados en ambos lados con unos discos de plata. Las riendas eran targeadas con plata. Así relumbraban sus caballos cuando se dirigían a sus reuniones festivas. Todos estos adornos eran obra de los joyeros indígenas."
Pascual Coña "Memorias de un Cacique Mapuche"



A medida que se difundió el manejo del metal surgió una variedad de piezas donde la plata española no fue más que su materia prima. Los Mapuche incorporaron con maestría y creatividad los elementos foráneos haciendolos propios: hoy nos conmueve su identitaria "orfebrería en plata".
Durante el siglo XIX, la sociedad Mapuche de las pampas lucía una notable diferenciación social y económica y el uso de la plata fue signo de prestigio y poderío. Confeccionaron gran variedad de joyas para las mujeres de la alta jerarquía.
Las grandes familias poseían las joyas que el retafe (orfebre) les creaba especialmente, constituyendo un legado simbólico cuyo traspaso se hacía de generación a generación y de madres a hijas.



La mayoría de los adornos termina en campanillas o en dijes livianos que tintinean al menor movimiento. Las vinchas y largas cintas con las que aseguraban sus trenzas o envolvían los mechones de pelo destacaban sus complicados peinados. Los viajeros dieron testimonio de esta debilidad por emanar delicados sonidos metálicos que al caminar hacía menearse a las mapuche más de lo necesario.





Con el transcurso del tiempo estas joyas fueron el adorno y protección de todas las mujeres Mapuche, sin importar edad ni clase social.
Piezas de plata combinadas con las chaquiras de vidrio que los conquistadores sembraron a lo largo de todos sus territorios conquistados: pendientes labrados y repujados a veces tan enormes que colgaban del cabello... gargantillas y pectorales repletos de pequeñas piezas móviles... cadenas que provenían de diferentes tipos de pinches con los que sujetaban sus ropas...cada uno con un nombre distinto según el diseño... anchísimos cinturones bordados con casquetes de plata como si fueran mostacillas... C




El cintillo, trrilonko, concentra el pensamiento y la lucidez; los pectorales femeninos expresan su condición de casada o soltera, representan su ascendencia e invocan a la fecundidad. Pero el significado más profundo a través de sus diseños e iconografía, es su conexión con el mundo celestial y con el mundo natural.
Figuras antropomorfas, zoomorfas y símbolos geométricos dan cuenta de su cosmovisión: sirven de protección contra los espíritus malignos o conectan con Ngenechen (el dios). Algunas hacen referencia a la luna y se relacionan con la fertilidad y la mujer... otras al sol, antu, que representa la fuerza masculina. 


La platería mapuche incluye magníficos objetos de uso ceremonial como insignias de mando, máscaras e instrumentos, y tocados utilizados en el nguillatun, la principal ceremonia religiosa.



Así, esta orfebrería dió cuenta de la habilidad de los Mapuche para el mestizaje, a la vez que muestra su linaje aborígen y su invalorable legado cultural.

jueves, 3 de noviembre de 2011

¡Airosa, caminabas, la flor...!



Jazmines en el pelo, y rosas en la cara.... aroma de mixtura que en el pecho llevabas! Son las maravillosas estrofas de Chabuca Granda que homenajean a nuestras aliadas naturales, las flores, junto a quien sepa llevarlas con gracia.




Se usaron siempre, se siguen usando mucho. Y muchas.



Oscuras flores gigantes bordean la abotonadura del sweter con gigante devoción.



O éstas pequeñas, espolvoreadas igual que las estrellas, preciosas rositas rococó más hippies que románticas y viceversa.

Así es que esta temporada, como una lluvia cósmica enviada para masiva seducción, las flores vienen recargadas: de colores intensos, con diseños exóticos, en agrupaciones copiosas o en tamaño desmesurado.


¿Que no tienes donde llevar una flor? Pues mujer, ¡puedes llevarla en el dedo!



El poder del glamour, según Steven Meisel. Gigante flor en la nuca, sosteniendo el escote Halter, en el mismo tono que la blusa. Otra a juego en la muñeca y otra en el dedo

E  igual que en la canción de Chabuca "la flor de la canela", la figura femenina entera luce mejor impregnada con la hermosura y la sutileza de las flores. He aquí algunas ideas interesantes para seguir causando admiración.




Dos fantásticos ramos de flores hechos bib, uno en versión color shocking  y el de abajo mucho más suave, con pétalos de nácar y centros perlados.


Una flor verdaderamente strong: cristales y cadenitas en plata vieja

                                                           
Claro que hay flores heavy-metal. ¿Porqué no?
Como este collar de varias vueltas en latón dorado

Más discreta, esta gargantilla de perlas en forma de V rompe la monotonía combinando en su caída pétalos y flores de filigranas doradas y plateadas.


Brillantes en el cabello, de tela en la solapa, como anillos o pulsera, esta fan de las flores... ¿no será la flor de la canela?

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Lenguaje del color: una forma importante de decir


La idea que la gente se hace de vos comienza por los ojos: está comprobado que la imagen se recuerda más que las palabras.
¿Qué acciones ejerce el color? Impresiona, porque llama la atención; tiene capacidad de expresión, porque expresa un significado y provoca una reacción y una emoción; tiene el valor de un símbolo capaz de expresar una idea.
 Frecuentemente, los colores se asocian a emociones o estados de ánimo. Nos afectan psicológicamente y producen sensaciones. Por eso la ropa y los accesorios son una forma insustituible de trasmitir un significado. 

El color es  determinante en el significado de lo visual, condicionado por el conocimiento previo. Y nuestro cerebro tiene la tendencia a ubicar las cosas dentro de categorías previas, que ya hemos construido o incorporado.
 Los siguientes tres son los colores de la lógica y lo esencial, la forma.
BLANCO: Se asocia a la pureza, fé, paz, alegría y pulcritud. En las culturas orientales representa la otra vida, el amor divino, la humildad y la imaginación creativa. Tiene un valor neutro, capaz de potenciar los colores vecinos, como aquí vemos. 


NEGRO: tradicionalmente se relaciona con la oscuridad, la tristeza; lo que esta escondido y vedado. Tambien denota poder, misterio y estilo. Confiere nobleza y elegancia, sobre todo cuando es brillante.



GRIS: es el centro de todo, pero un centro neutro y pasivo, que iguala todas las cosas y no influye en otros colores. Expresa elegancia, desconsuelo, aburrimiento, respeto, vejez. Es un color neutro y un poco sombrío. Enfatiza valores espirituales e intelectuales.

 
El blanco y el negro, junto al oro y la plata, otorgan prestigio. 
Los colores metálicos tienen una imagen lustrosa, adoptando la imagen del color que representan. Dan impresión de lujo, elegancia, se asocian a la opulencia y los metales preciosos.  Una imitación debe evocar una imagen de valor, de lo contrario hará el efecto contraproducente y dará la impresión de falsificación, de baratija.


AMARILLO: en muchas culturas es el símbolo de la deidad. Se lo relaciona con la naturaleza. Es ardiente, brillante, luminoso, expresivo, el color de la luz del sol. Provoca buen humor y alegría. Estimula la vista y el sistema nervioso. Esta vinculado a la actividad mental, el intelecto,  la creatividad, es antifatiga.


NARANJA: representa la alegría, juventud, calor, el verano; comparte con el rojo ser ardiente y brillante. Aumenta el optimismo, la seguridad, la confianza, el equilibrio.


ROJO: símbolo de la pasión ardiente y desbordada, del erotismo y del peligro. Es el más caliente de los colores cálidos. Color del fuego y de la sangre, de la vitalidad y de la acción, ejerce poderosa influencia en el humor y en los impulsos. En general es percibido como osado, sociable, excitante, potente y protector.
AZUL: símbolo de reposo y profundidad, es el más sobrio e inmaterial de los colores fríos. Da sensación de  reserva y calma. Se asocia al cielo, el mar y el aire. Cuanto más se aclara más pierde poder de atracción, más oscuro atrae hacia el infinito.Trasmite seriedad, confianza y tranquilidad. Favorece la paciencia, amabilidad y serenidad, aunque puede producir un poco de depresión. Equilibra a los cálidos.

VIOLETA: misterio, misticismo, templanza, lucidez y reflexión. Más claro pierde estas propiedades. Hacia el púrpura adquiere sensación de majestad. Representa la intuición y espiritualidad, influenciando humores y emociones. Es algo hipnótico, disminuye miedos y angustias. Por su precio elevado es el color de la realeza.

 

VERDE: simboliza la esperanza, la fecundidad, los bienes que han de venir, el deseo de vida eterna. Es el color sedativo, hipnótico, anodino. Calmante y relajante, Se utiliza para neutralizar colores cálidos. Evoca la frescura y la naturaleza. Si predomina el azul, es más sobrio y sofisticado.