martes, 10 de mayo de 2011

Bijoux: la adelantada del Pop

El subfijo "POP" viene de popular y se utilizó durante la segunda mitad del siglo pasado -se sigue utilizando- para denominar innovadoras manifestaciones provenientes de una revolución cultural que pretendió democratizar el arte y la cultura, añadirle diversidad y heterogeneidad. Eran pop lo que hoy se llaman "intervenciones", "performances", "graffittis" y todas aquellas expresiones artísticas que no entraban en los catálogos de museo.
La bijouterie es una de esas actividades super difundidas que más de un crítico estricto llamaría "menor" pero que por su popularidad y por pertenecer al mundo de la estética y la plástica, sería ampliamente merecedora del apelativo "arte pop". Coincidentemente, su importancia como industria comenzó a mediados del siglo XX, casi junto al auge del denominado Arte Pop.



La bijouterie nació lentamente, al ritmo de gestación de la clase media e imitando con precios menores la joyería. Eran piezas que no se fabricaban en metales preciosos y se utilizaban de igual forma que las joyas, en el adorno corporal o en el de algunas prendas. Pero ya no pretende solo eso.
La bijouterie, desde siempre, formó parte de expresiones culturales performativas. El teatro, las fiestas populares y todo tipo de espectáculo son impensables sin el color, el movimiento y el brillo de adornos y materiales diversos formando piezas llamativas.



Los decorados y la decoración cuentan con la ayuda de piezas de bijouterie para lograr sus resultados impactantes a bajo costo, que pueden ir desde gigantescas lámparas de techo armadas con las técnicas y materiales no "preciosos" hasta pequeños objetos de uso cotidiano, como artículos para la mesa, el tocador o el escritorio.



Cada vez más, la bijouterie se impone por su audacia, su función comunicativa y estética. Se observa hoy un cambio en sus formas y significados, así como en el uso de los materiales, que van desde unos valiosos y usados en la joyería hasta los más inesperados, como fieltro o papel.
Formatos y modalidades de uso colocan a la bijouterie como arte pop al servicio de la necesaria dosis de poesía para hacer de cualquier experiencia humana algo un poco más bello.


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