martes, 15 de noviembre de 2011

La elegancia del color negro vuelve a la bijou.





Quizás porque tiene la onda "chic" de los ´60s como este fabuloso collar hecho en lucita... quizás porque de los lutos victorianos pasó a los góticos glamourosos de hoy... o porque no hace ostentación junto a la estilizante ropa oscura siempre de moda, el color negro vuelve a estar presente en la joyería y la bijou.



De su impacto en el siglo XX, cuando comienza a usarse para toda ocasión, hasta hoy, este color ha recorrido todos los estilos y accesorios, logrando afianzarse cada vez mejor. Ahora, desde hace dos o tres años se viene imponiendo en la siempre vigente combinación de blanco y negro, solo que el blanco ha pasado de la bijou a la ropa y de la ropa a la bijou ¡para las novias también!


El color negro invade ciertos detalles en estos vestidos de novia, como el broche que sujeta una flor de tela o el galón que marca el talle princesa...¡incluso el ramo!


Collar de Cartier en circonitas, los falsos diamantes que popularizaron a esta joyería, ahora en negro. 


Gran efecto: color negro junto a netos y vigorosos cálidos. Discreto, elegante y de alto glamour, con los colores shocking hace contraste a la vez que añade formalidad. Abajo, Michel Obama de rigurosa moda con collar negro de perlas barrocas para un vestido púrpura:

¿Cuales son los materiales que nos brindan con toda su nobleza esta tonalidad? Hay perlas negras, ónix  ( un cuarzo sin transparencia), cristales de Checoslovaquia, strass, ébano, zafiro y todo aquello que lo imite, baños metálicos color "peltre" o directamente negros opacos, e incluso la cerámica negra sin brillo, pisan cada vez más fuerte. Bibs, gargantillas, broches, chandeliers y brazaletes son sus must.

Interesantes pendientes cableados en oro trafilado y ónix negro

Un novísimo Chirtian Dior, con perlas, terciopelo, plumitas...


Maravilloso "duo" Chanel, con este bib en perlas y metales esmaltados.

"Perla negra" no solo es el nombre del barco deseado del Capitán Sparrow. También es el color de unas perlas exóticas que no todos los mares dan, como las de este brazalete de varias vueltas que glamouriza un sencillísimo outfit.


Es que, con su toque de chic, la bijou negra equilibra mucho un look donde este color es la única clave de refinamiento.



Lanvin lo ha utilizado muchísimo en estos últimos años y en todo tipo de accesorios, como el bib y la original gargantilla metálica color "peltre" que ves aquí.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Brutal: uno de los nombres de la joyería actual.


Quizás para estar a tono con el revival de mediados de siglo XX o porque domina a la perfección el estilo, la diseñadora de ambientes Kelly Wearstler ha lanzado este año una línea propia de moda y de joyería "brutal", estilo que hacia mediados del siglo 20 supo anticiparse a tiempos de crisis. Pero no es la única. En su momento de auge Dior y Chanel produjeron joyas con este estilo, y hace unos años se lo ve en muchas piezas de Cristian Lacroix (como este collar con turquesas) y en muchas de Roberto Cavalli.
Oro y esmeraldas, anillo de Cavalli


Oro y amatistas, anillo de Wearstler

El "brutalista" fue a contrapelo de la vacuidad del modernismo de post guerra haciendo gala de un lenguaje sólido y auténtico. En francés, "brut" significa "crudo".
Primero en arquitectura, y luego en otros ámbitos del diseño, el brutalismo puso en evidencia uno de los mayores conflictos del diseño: funcionalidad versus ornamentación y convencionalismo.                          


Colgante brutalista de Dior, oro y esmeraldas. Década del ´50.

Entre las décadas de 1950 y 1970 se impusieron las obras toscas y desaliñadas que mostraban los materiales y las técnicas constructivas sin delizadezas ni elegancia en un nuevo. Con materiales rústicos, texturas naturales y dominio de las formas volumétricas y monumentales, el brutalismo expresó su desprecio por la pulcritud y los acabados. Los elementos estructurales se hicieron visibles generando una estética muy austera y de apariencia áspera.
La joyería no quedó excenta de este movimiento, tomando su principal inspiración de la naturaleza: metales sin pulir, gemas cristalizadas y piedras en estado natural.

Pendientes de Christian Lacroix



    Una de las emblaméticas cruzes del mismo diseñador



Tampoco Chanel estuvo excenta. Cruz de su joyería, de los años ´50.

Otro anillo de Cavalli

                     
 
Super masculinos y elegantes, gemelos de oro blanco y dos trozos de pirita de gran tamaño, fuerza expresiva y marcada personalidad.

Anillo, clutch, pulsera y alhajero. Por Kelly Wearstler.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Tips para una Misión Imposible: organizar tu necesser de viaje.


Cualquier viaje pone a prueba nuestra capacidad de previsión, pero... ¿quien planifica qué accesorios llevar? Generalmente el espacio escasea y echamos mano a lo que encontremos a último momento. El neceser es esa pequeña caja o contenedor de artículos de tocador y accesorios que podrías llevar para mantener en orden todos esos pequeños artículos que no parecen imprescindibles aunque luego los extrañemos demasiado. ¿Cómo saber de antemano qué usarás para no arrastrarnos con el consabido ineficaz "peso extra"?


Aquí van algunos tips que te ayudarán en esta Misión Imposible:


      1- Hacé una lista de las actividades que tenés previstas. Incluí en ella los viajes de ida y de vuelta.
      2- Seleccioná  un vestuario básico y lo más completo posible con piezas combinables e intercambiables entre tus distintos outfits.
      3- Ahora sí, pensá que en tu neceser el lugar es escaso y andá haciendo otra lista.
¿Con qué color has de combinar la mayor parte de lo que llevas? ¿Cual será el estilo de tus accesorios que combine con la mayoría de esas cosas? ¿Deportivo, gitano, sofisticado, urbano, chic...?


4- Elegí algo que combine con todo, pueden ser cadenas, por ejemplo. Armá así un equipo versátil de collares, aros y pulseras metálicas en dorado o plateado. 
5- Elegí también otro color básico dentro de los que te quedan bien, el más "neutral" respecto del vestuario que llevarás. Eso te permitirá seleccionar las prendas y accesorios con mucha precisión y economía.
6- Seguí un estilo. No mezcles marinero con hippie o lujoso porque entonces deberás cargar muchas más piezas. El urbano funciona bastante bien ya que vayas donde vayas pasarás por ciudades o poblados importantes. Tu neceser podrá completarse con accesorios en otro estilo menos controlado, como el bohemio, por ejemplo. Entre ambos equipos llegarás a interesantes composiciones, cuidando de no caer en el ridículo o en la mezclas  incoherentes.



7- Yendo por partes, los aros para el día serán sencillitos y super combinables, para la noche otros más importantes, con brillo de cristales o perlas.
      8- Un broche llamativo te salvará: lo usarás para sujetar tu pañuelo, tu chaqueta, tu cinto o tu cartera. En el pelo sujetado a una vincha servirá también.
      9- El reloj pulsera puede ser también un accesorio interesante, si su muñequera es bella.
      10 - no ser que quieras gastar dinero desde el comienzo de tu viaje, las gafas para el sol son indispensables
      11- Un gran pañuelo multiuso será de gran utilidad para el viento, el frío o dar colorido y textura a un outfit por falta de espacio necesariamente austero.
     12- Guantes y medias, si vas a un lugar donde hace frío.
     13- Un collar vistoso e importante para una cena o baile de fiesta. Las perlas son ideales. Te salvarán también en oportunidades menos pomposas.
     14- Además de tu bolso de mano, que si puede colgarse al hombro mejor, llevá una cartera pequeña, en cuero plateado o dorado se presta a varios usos: también podrá acompañar perfectamente un blue jean o tu pequeño vestidito negro de cocktail.
     15- Un cinturón metálico siempre es super combinable y le dará glamour a cualquier vestuario.
     16- Y por último: jamás lleves de viaje algo que tenga para vos valor sentimental. Cualquier pequeño olvido o distracción podría ser fatal.


¡Ahora sí, estas lista!

sábado, 5 de noviembre de 2011

Diseño identitario: la orfebrería en plata de los Mapuche


"Los plateros hacían pequeños crisoles de piedra ücu y los templaban en el fuego. Adentro de esos vasos se echaban puñados de pesos y chauchas de plata y los asentaban sobre el carbón encendido de la forja. Además aplicaban el fuelle, por medio del cual atizaban las brazas alrededor del crisol lleno de plata. El vaso se acaloraba hasta ponerse candente y la plata del crisol se fundía, también arreglaban un cajoncito que contenía arena. En ella modelaban cualquier artefacto que quisieran fabricar. En la arena se imprimía la forma del modelo, se tapaba el cajón y por un orificio vertían la plata derretida. Cuando calculaban que se hubiera enfriado, desmontaban el cajón y aparecía la plata cuajada, teniendo la misma forma que el modelo. Lo quitaban del molde y lo perfeccionaban con lima y martillo sobre el yunque."
Pascual Coña, "Memorias de un cacique mapuche" 


Repujada, recortada, calada, grabada, cincelada, fundida para soldar apliques... por cierto, la platería es una de las manifestaciones culturales que mejor representa al pueblo Mapuche.


Actual puesto callejero de Temuco, en la república hermana de Chile.

Con diferentes técnicas, los plateros mapuches hicieron dibujos geométricos y figurativos que dan cuenta de una apreciación estética, pero además, de su cosmogonía:  la plata representa para ellos las lágrimas de la luna. Todo su mundo simbólico se expresa en las formas, en los grabados de las planchas de plata, en las figuraciones y en el uso que dan a las joyas. En varias de ellas —que las mujeres usaban todas juntas—, hay elementos importantes hacia la nuca o la parte posterior de la cintura o del cuello: a diferencia de la cultura europea elaborada frente al espejo, la mapuche también valora la espalda.




Si bien se ha descubierto una reducida cantidad de piezas metálicas, principalmente de cobre, plata y poquísimas de oro, correspondientes a épocas prehispánicas, fue por los españoles con conocimientos de orfebrería y por la disponibilidad del material a través de monedas de circulación, junto a la bonanza económica de las comunidades Mapuche -por venta de su ganado en la línea de la Frontera-, que la platería mapuche tuvo su esplendor desde mediados del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX. La plata se utilizó para joyas femeninas y en una diversidad de complementos ecuestres como estribos, espuelas, taleros y otros de largo detalle. Por eso hay quienes consideran a la cultura mapuche como poscolombina: "… los hombres ponían su orgullo en el arreglo de sus cabalgaduras. Tenían espuelas y estribos de plata y adornos de plata en las acciones; además cabezadas ataviadas de plata, provistas de colgantes del mismo metal. También tenían incrustaciones de plata en las barbadas y adornados los bocados en ambos lados con unos discos de plata. Las riendas eran targeadas con plata. Así relumbraban sus caballos cuando se dirigían a sus reuniones festivas. Todos estos adornos eran obra de los joyeros indígenas."
Pascual Coña "Memorias de un Cacique Mapuche"



A medida que se difundió el manejo del metal surgió una variedad de piezas donde la plata española no fue más que su materia prima. Los Mapuche incorporaron con maestría y creatividad los elementos foráneos haciendolos propios: hoy nos conmueve su identitaria "orfebrería en plata".
Durante el siglo XIX, la sociedad Mapuche de las pampas lucía una notable diferenciación social y económica y el uso de la plata fue signo de prestigio y poderío. Confeccionaron gran variedad de joyas para las mujeres de la alta jerarquía.
Las grandes familias poseían las joyas que el retafe (orfebre) les creaba especialmente, constituyendo un legado simbólico cuyo traspaso se hacía de generación a generación y de madres a hijas.



La mayoría de los adornos termina en campanillas o en dijes livianos que tintinean al menor movimiento. Las vinchas y largas cintas con las que aseguraban sus trenzas o envolvían los mechones de pelo destacaban sus complicados peinados. Los viajeros dieron testimonio de esta debilidad por emanar delicados sonidos metálicos que al caminar hacía menearse a las mapuche más de lo necesario.





Con el transcurso del tiempo estas joyas fueron el adorno y protección de todas las mujeres Mapuche, sin importar edad ni clase social.
Piezas de plata combinadas con las chaquiras de vidrio que los conquistadores sembraron a lo largo de todos sus territorios conquistados: pendientes labrados y repujados a veces tan enormes que colgaban del cabello... gargantillas y pectorales repletos de pequeñas piezas móviles... cadenas que provenían de diferentes tipos de pinches con los que sujetaban sus ropas...cada uno con un nombre distinto según el diseño... anchísimos cinturones bordados con casquetes de plata como si fueran mostacillas... C




El cintillo, trrilonko, concentra el pensamiento y la lucidez; los pectorales femeninos expresan su condición de casada o soltera, representan su ascendencia e invocan a la fecundidad. Pero el significado más profundo a través de sus diseños e iconografía, es su conexión con el mundo celestial y con el mundo natural.
Figuras antropomorfas, zoomorfas y símbolos geométricos dan cuenta de su cosmovisión: sirven de protección contra los espíritus malignos o conectan con Ngenechen (el dios). Algunas hacen referencia a la luna y se relacionan con la fertilidad y la mujer... otras al sol, antu, que representa la fuerza masculina. 


La platería mapuche incluye magníficos objetos de uso ceremonial como insignias de mando, máscaras e instrumentos, y tocados utilizados en el nguillatun, la principal ceremonia religiosa.



Así, esta orfebrería dió cuenta de la habilidad de los Mapuche para el mestizaje, a la vez que muestra su linaje aborígen y su invalorable legado cultural.

jueves, 3 de noviembre de 2011

¡Airosa, caminabas, la flor...!



Jazmines en el pelo, y rosas en la cara.... aroma de mixtura que en el pecho llevabas! Son las maravillosas estrofas de Chabuca Granda que homenajean a nuestras aliadas naturales, las flores, junto a quien sepa llevarlas con gracia.




Se usaron siempre, se siguen usando mucho. Y muchas.



Oscuras flores gigantes bordean la abotonadura del sweter con gigante devoción.



O éstas pequeñas, espolvoreadas igual que las estrellas, preciosas rositas rococó más hippies que románticas y viceversa.

Así es que esta temporada, como una lluvia cósmica enviada para masiva seducción, las flores vienen recargadas: de colores intensos, con diseños exóticos, en agrupaciones copiosas o en tamaño desmesurado.


¿Que no tienes donde llevar una flor? Pues mujer, ¡puedes llevarla en el dedo!



El poder del glamour, según Steven Meisel. Gigante flor en la nuca, sosteniendo el escote Halter, en el mismo tono que la blusa. Otra a juego en la muñeca y otra en el dedo

E  igual que en la canción de Chabuca "la flor de la canela", la figura femenina entera luce mejor impregnada con la hermosura y la sutileza de las flores. He aquí algunas ideas interesantes para seguir causando admiración.




Dos fantásticos ramos de flores hechos bib, uno en versión color shocking  y el de abajo mucho más suave, con pétalos de nácar y centros perlados.


Una flor verdaderamente strong: cristales y cadenitas en plata vieja

                                                           
Claro que hay flores heavy-metal. ¿Porqué no?
Como este collar de varias vueltas en latón dorado

Más discreta, esta gargantilla de perlas en forma de V rompe la monotonía combinando en su caída pétalos y flores de filigranas doradas y plateadas.


Brillantes en el cabello, de tela en la solapa, como anillos o pulsera, esta fan de las flores... ¿no será la flor de la canela?