miércoles, 6 de junio de 2012

Genio y figura, Frida enjoyada


Acostumbraba llevar las manos cargadas de anillos. Jamás olvidaba sus pendientes.
Para esta mujer de alto perfil  las joyas fueron tan fundamentales como el tocado y sus vestidos de oaxaqueña.


Frida Kalho era nieta de un joyero alemán y usó adornos europeos y autóctonos con la misma pasión y cuidado: sus cadenas, sus medallones, sus rústicos collares precolombinos en piedras semipreciosas, hueso o lava, así como las perlas, sus tocados con ristras de lustrosas cuentas...


Este era uno de los collares preferidos de Frida, de jade verde y origen precolombino. Además de su raro tocado simétrico, suma aros, anillo y reloj.


Un collar de similar factura y en piedras rosa, actualmente propiedad de una coleccionista.



Collar y aros de factura precolombina



collar de trozos de nácar



Un larguísimo collar de mostacillas tejidas como flores



En otro estilo: unas cuantas vueltas de cadenas al cuello con un pendiente que apunta hacia el centro del pecho y grandes argollas en las orejas que enmarcan su rostro descubierto: Frida componía su atuendo como a un cuadro. 


Otro ejemplo de las composiciones de Frida es esta fotografía tan conocida... ¡Pero vean la gracia con que acomodaba el medallón de esta gruesa cadena! Vista de frente, con ella remarca la simetría de los bordados de su blusa y de la caída del rebozo, así como de su peinado partido al medio.
Y ahora abajo, unas maravillosas fotos del alemán Fritz Henle, quien la retratara en muchísimas oportunidades de su vida cotidiana.


Frida durante un paseo en Xochimilco (miren esos pendientes con animalitos!)


pulseras, pendientes y ... ¡cervatillo!


...otros de los muchos pendientes de Frida...



¡y estos! dos manitos pequeñas esculturas que le regaló Pablo Picasso, hechas por él y que eran de los preferidos por Frida.

domingo, 3 de junio de 2012

De las pashminas al rebozo hay apenas un siglo



Aquí los llamamos mantas, chales, y pashminas en los años de auge importador. Pero su costumbre asienta sobre una manufactura textil que usaron las mujeres en toda Latinoamérica, y que aún sigue usandose.
En el Río de La Plata fue abrigo para las mujeres pobres, pero a lo largo de la Cordillera fué prenda de elegancia y sensualidad femenina: se lo conoce como rebozo. La palabra no aparece en la lengua española hasta 1582.


Rebozo significa cubrir, rodear, ocultar, secreto, recato... Desde el autóctono telar de cintura hasta el sentido que esta prenda adquiere según la educación y personalidad de la mujer que la lleve, su urdimbre y trama no sólo son las del entralazado de los hilos y el movimiento de las tejedoras, sino las del mestizaje cultural con los españoles. Y se traduce claramente en la forma de envolver con él el cuerpo y en la forma de moverse que acompaña.


Pintura mexicana que nos muestra una típica belleza criolla, con un rebozo que se desliza sensualmente de la espalda, y la "balaca" de trenzas cruzadas sobre las sienes.
México tiene una larga tradición en rebozos: su tejido es una industria indisoluble de su cultura y hay quienes los coleccionan, ya que su color, técnica de teñido, entretejido de los hilos y flecos dependen de la etnia que los confecciona. Los hay de muchos tipos, y una variedad notable de efectos, desde lo más sencillo hasta lo extraordinariamente elaborado.

Antigua fotografía de una mexicana con new-look a lo Christian Dior y rebozo.

Frida Kahlo era una maestra en el arte de llevar con seducción el rebozo.
Esta pieza rectangular de hasta tres metros de largo, no importa si de algodón, lana, seda o articela, forma parte de la vida de las mujeres: en él se acurrucan cuando sueñan, él sustituye el velo de la novia, él sujeta el bebé y lo abriga contra el cuerpo de su madre, y él es arma de coqueteo y seducción que no ofende la "decencia".



El bebé de Dolores Fonzi y Gael García Bernal
sujetado por adelante con el rebozo.


Esta mochila reinterpreta en clave contemporánea el modo de llevar la carga
atada a la espalda con un rebozo.

En la campaña publicitaria, Calvin Klein destaca un awayo boliviano sobre una sencilla blusa y un jean. El awayo es una prenda de lana que en el norte argentino a menudo sustituyó y tuvo exactamente los mismos usos que el rebozo, aunque su forma es menos alargada y no es de una pieza, sino dos unidas por un borde.
Sobre un jean, tradicional rebozo de la etnia Zotzil, Chiapas, actualizado
con un ancho ribete de cuero a modo de solapa.


viernes, 1 de junio de 2012

Exóticos eran los "bandore" de Sylvia Hobé.


Hacia 1920, William Hobé, hijo de un orfebre francés, vende accesorios teatrales en New York. Corre 1927  cuando funda Hobé Cie Limited en dicha ciudad. El y su hermano crean las joyas y accesorios, incluso botones que comercializan.
A partir de 1930 la compañía provee a las tiendas de departamentos cada vez más populares en Estados Unidos y a boutiques. Su década más brillante fue de 1950 a 1960, diseñando para actrices de Hollywood y de Broadway que además participan en sus campañas publicitarias bajo el slogan " Jewels of Legendary Splendor".



La compañía Hobé cerró recién en 1995. El secreto de su larga historia fue su adaptabilidad y la variedad de productos que ofreció, desde joyas hasta finísimas bijoux siguiendo los caprichos de la moda.
El asunto es que uno de esos "caprichos" fueron los temas orientales, que invadieron la década del cincuenta cuando Estados Unidos afirma su supremacía mediante una visión romántica de lo otro, extraño o extranjero, revisitando el exotismo de los orígenes del cine. Con tono oriental, el nuevo imperio reproduce y comercializa los más ingenuos restos del desmembramiento de las colonias europeas.
Dentro de la producción Hobé, es absolutamente rara la única serie firmada por Sylvia, esposa de William, compuesta por veinte figuras, cabezas y cuerpos a imitación de las tallas tibetanas conocidas como "bandore". En ellos, madera, marfil, esmaltes de vidrio y plástico se adaptan para lograr esa opulencia exótica y evanescente de los antiguos y diezmados imperios.




 
Los diseños patentados por Sylvia Hobé...



... y algunas de sus exóticas joyas.