jueves, 16 de febrero de 2012

Siete postulados científicos para comprar bijoux de calidad

¿Qué te pasa que cuando unos aros te calzaron bien no te los sacás ni para hacerte una tomografía axial de cerebro, y a duras penas la primavera te obliga a no quedar out? ¿O sos de esas que teniendo una buena colección de bijoux durmiente en su tocador, queda a la espera de vaya a saber qué acontecimiento especial que jamás llega? ¡Es hora de adaptar un vestuario que se va desluciendo, sin que los dioses te inspiren para dar ese salto!


Los accesorios son como flores que crecen en los aleros de tu alma: refrescan, actualizan, dan importancia, suman estilo, interés... y no son sólo un toquecito: van desde los anteojos hasta el estuche de tu celular, el sombrero, un cinturón, tu pañuelo, los guantes, el bolso, las medias, el reloj, los zapatos, broches, billeteras, hebillas y vinchas, paraguas... ¡todo lo que nos pongamos equilibra o desequilibra nuestra imagen!
Inspirate en las tiendas de tu agrado, aunque allí no pudieras comprar nada. Te darán una idea sobre las combinaciones de moda. Las películas ambientadas en el momento actual tienen gran cuidado en el vestuario. Internet es otra buena fuente. Alguna mujer que admires puede ser muy inspiradora...
Pero para "lucir con todas las luces" comprá científicamente:
Postulado 1- Evitá lo que todas usan. ¡Sé original! Sin gastar fortunas podés pasar por ferias de artesanos y pequeños negocios que no pertenezcan a una cadena: allí encontrarás piezas diferentes de diseñadores independientes y a precios accesibles.
Postulado 2- Cuando te tientes por un precio bajo, cuidado!!!!!!!!!!! Evitá lo más que puedas comprar bijouterie fabricada a granel. ¡Nada se vé más y peor que una bijou de mala calidad! Los aros latosos, los dorados y plateados fulgurantes, los broches para el pelo en estridentes colores metalizados y llenos de falso brillo se ven terribles. Si el accesorio luce muy barato, dejalo donde está. Jamás agregarás nivel a tu vestuario con esa cosa horrible formando parte de tu look.

Postulado 3- Los brillos no son solo para la noche. Podés gastar tranquila en esa pulsera que tanto te gustó. El brillo "controlado" puede levantar con gracia un atuendo diurno. Pero no exageres colgandote encima todo lo demás que tengas, por mejor y más caro que sea.


El maximalismo es un estilo, no mera exageración. Deja la exuberancia para la selva, que en ella es suntuosidad mayúscula. Mantené un equilibrio "ecológico" y un sistema de autolimpieza para que el brillo sea eso: tu toque chic.
Postulado 4- Las argollas y cadenas sirven a toda hora, combinan fácilmente, quedan super y jamás parecen pesadas. Buenos dorados y plateados son de gran ayuda en cualquier look. Ah! Y jamás pasan de moda: son una gran inversión.

Postulado 5 - Huí del plástico cuando imita piedras o brillantes. Algunas piezas de plástico son verdaderamente lindas. A muy bajos costos las piezas tienen maravillosos colores, diseños novedosos o complejos, son muy livianos y fáciles de llevar. Pero... el roce continuo lo daña, disminuye su brillo y le otorga un "esmerilado" que lo afea y deteriora demasiado pronto. Conseguí los colores de las piedras semipreciosas, que son accesibles, vistosas y mucho más nobles como material.

Postulado 6- ¿Te gusta el negro? ¡Pero no sos una viuda!!!!!!! Cortalo con pashminas, bijoux, zapatos y cartera en otro tono, cintos y medias.El negro en exceso apaga tu look.


Postulado 7- El diseño es muy valorado y siempre visible: revela gusto, calidad, sofisticación. Si tenés algo que reúne estas características usalo sin restricción. Pero si has de llevar un accesorio que se destaca, cuidá de no recargar. No dejes que nada arruine esa pieza encantadora que debe lucirse perfecta y sin competencia que la opaque.


Si al elegir tus accesorios cumplís con estos postulados probadamente "científicos", jamás te equivocarás. Y lo mejor: ¡podrás gastar sin remordimientos!

lunes, 13 de febrero de 2012

¿Pendientes XXL?: los famosos "chandelier"




Chandelier alude a un artefacto de múltiples luces.
Los pendientes actualmente llamados "chandelier" se popularizan durante la segunda mitad del sigloXVIII, con el nombre de "girandole", que en italiano significa candelabro. Cuando el uso de las velas se hace infaltable en las reuniones de sociedad, las damas comienzan a lucir unos pendientes muy grandes, hechos con piedras preciosas, sobre todo diamantes y esmeraldas traidas de las minas del Brasil recientemente descubiertas.
Pero los primeros "girandole" hicieron su aparición en 1663, de la mano de Giliés Legaré. El favoritismo de que gozaron luego, su agrandamiento y enriquecimiento progresivo, se debió a que a mediados del siglo XVIII los escotes bajan mientras los peinados se recogen hacia atrás, y el uso masivo de las velas hace muy atractivas esas piedras que ahora llegan a granel desde América.
Los girandole entonces crecen en uso y se transformarán en una verdadera tortura por su enorme peso, pero iluminarán estratégicamente los rostros femeninos sumergidos en la espesa semipenunbra de las velas.
El uso se extiende de tal modo que las mujeres comenzarán a tener varios pares, algunos más sencillos para el día, reservando los de mayor tamaño y cantidad de piedras preciosas para la noche.


Hermosos girandole victorianos enteramente realizados en oro, en delicada y discreta versión diurna. Estos otros, también victorianos de alrededor 1880, reproducen en filigrana de oro un modelo belga.


Los girandole se popularizarán al punto de formar parte del atuendo popular en las fiestas españolas: de allí derivan los "catalanes" y los "aragoneses" o "baturros", que incorporan motivos vegetales estilizándose hasta hacerse fusiformes.
Las variantes más próximas al siglo XIX toman elementos neoclásicos, como los pabellones.

1930

El lujo del art-decó (siglo XX) los despliega con elegantísimas formas geométricas. Se aplacará su furor durante los años ´40 y ´50, en que los aros no se despegan de los lóbulos de las orejas, y volverán a reaparecer durante los fantásticos ´60s.


Esta tapa de Vogue los preanuncia. Es de 1955, donde los vemos ya llamados chandelier y acompañados por un collar que por su diseño en gotas colgantes, llevaría el mismo nombre.
En la segunda mitad del siglo XX, con la fabulosa revolución estética generada por la cultura de los años sesenta, vuelven a "encenderse" con versiones de bijouterie mucho más portátiles, accesibles y divertidas, llamandose "chandelier", y relanzados con el entusiasmo de la revista Vogue.


Candice Bergen, 1967


¿Cómo es un chandelier?
Actualmente las variaciones son muchísimas. Vayamos entonces al "girandole" tradicional, que consta de tres partes. Un pequeño broquel o botón de agarre a la oreja formado por un disco engastado en pedrería, o una sola piedra circular o con forma de flor. El segundo cuerpo o entrecuerpo es un lazo que luego, hacia mitad del siglo XVIII fue sustituido por un motivo floral. Por último, tres colgantes almendrados, el central más grande que los laterales.


Estilizados "chandeliers" victorianos en diamantes y oro platino, de 1830


Copia italiana de unos girandole típicos de mediados o fines del 1700, con lazo y corales, datada en 1940.


Innovadores chandelier de borlas y alfileres de ganchos: refinado cuño punk al estilo "chic-urbano".


Simplificados y llevados al máximo de su abstracción, estos pendientes chandeliers son de Oscar de La Renta, 2010

domingo, 12 de febrero de 2012

La imaginación llegó a tus pies.

Ultima hora: los caprichos de la imaginación llegaron a tus pies.
Antiguos depositarios del deseo erótico, fetiches por excelencia, el zapato y su majestad el pie son objeto de las más arriesgadas maniobras del diseño vanguardista. Plataformas esculpidas y capelladas llenas de apliques, bordadas... con lana, cuero, o de plástico, de cartón piedra, de tweed, de malla de alambre y abalorios, todos los materiales y técnicas son preciosos para rebelarse contra el status quo. O sea: libres o calzadas, las piernas de las mujeres ya no estan solo para ser miradas. Ahora sirven para demostrar que el arte y la moda no se incomodan... ¡sino todo lo contrario!


Stilletto y plataforma transparente y vuelos de plata, sujetos al tobillo por un pañuelo al tono. Art-shoe de Dalila Puzzovio


La alianza pies-bijoux tiene notables antecedentes que se expresan en toda clase de invenciones, transformaciones e intervenciones. Ya no se trata de un simple anillito con strass en el dedo "gordo" o de una tobillera pretenciosa. Los más inocentes de estos adornos se superan con sencillos broches de clips lisos, que puedes ir poniendo sobre los distintos pares que anhelan un poco de glamour: los compras en zapaterías o tiendas de bijoux y pueden servir también para adornar una cartera, solapa, sombrero o bretel....


A propósito, lindísimas y sobrias ballerinas de Kate Spade. Y abajo otra brillante versión de la misma diseñadora: broche con flores y un par de moños en la combinación de colores top.


Moños con strass sobre gamuza negra: superfrancés y ¡muy chic!


Sobre moños podría seguir escribiendose mucho. Aquí van en el talón y el efecto es fácil de lograr: tiene la combinación super chic de camel y negro


Moños... y algo más esta vez por Fendi: envolvente lazo camel para estas plataformas sexies en acrílico transparente color uva


Profusión de abalorios y lentejuelas bordadas sobre este zapato con mínimo moñito.


Aquí los bordados de lentejuelas y cristales
forman contrastes que dotan a tus pies
de una gran personalidad:


Las sandalias se embellecen con perlas y strass acompañando los adornos que serán parte en el peinado


Bien retro: broche de falsos diamantes redondo y plataforma discreta


Así como se aplican los broches, he aquí las clásicas camelias blancas de Chanel en este par de ojotas plásticas.


Otro Chanel en tweed crudo con aplique de moño negro

Seda y cinta de organza en la flor que adorna estas capelladas

La tendencia zapato-bijoux se extrema bajo el sol estival: polainas tejidas con canutillos y escallas en forma de red, sin zapatos. Una alhaja que destella al compás del paseo.


Tampoco el invierno atempera la moda de los zapatos- bijoux, solo que ahora se trata de botas "reforzadas" con una redecilla tejida en perlitas al tono.


En materia de capelladas y polainas nada mejor que cuero, plumas, muselina... el resulltado justifica la mezcla en este artístico stilletto de Valentino


Y por último, estos increíbles zapatos de Valentino despliegan al paso su vuelo de "alas" de organza artesanalmente bordada