jueves, 28 de julio de 2011

Diferencias entre estilo, carisma, identidad y elegancia



¿Tenemos carisma pero nuestro estilo es pésimo? ¿Nuestro estilo es un poco difuso pero nos salva una fuerte identidad? ¿Somos aburridamente elegantes y "sin estilo"?
Hay personas que no se desarrollan porque no se aceptan, quieren ser otro. Pero... ¿cómo somos?
El estilo es algo así como la coincidencia entre lo que "somos" y lo que mostramos. Es algo cultural, un poco aprendido en nuestro entorno y otro poco seleccionado de otros contextos que hemos adoptado como propio.
La elegancia es algo que se aprende: es cierta armonía entre tus movimientos y lo que te pusiste para ello. Ejemplo: si vestís como una cantante de rock, ¡no seas ridícula caminando con cuidado y a pasos cortitos como lo hacía tu abuela! Por supuesto que aunque no estes impecable, una persona con buenos modales, que saluda y come con la boca cerrada, siempre es mucho más elegante que la que no lo hace.
Es distinta la persona carismática, que emana de sus actos y conducta un raro poder de atracción y mantiene a los otros en torno suyo. Algunos lo llaman simpatía, pero es una especie de convicción que se exhala, una seguridad interna, un poder de convocatoria ejercido como seducción no necesariamente erótica ni conciente. El carisma es lo más difícil de adquirir. Si no se tiene, no se imposta.
La identidad en cambio, permite que los otros te encuadren en alguno de los miles de casilleros que se encuentran a disposición en toda sociedad. En realidad, sería casi lo opuesto del estilo, si no fuera porque a veces contribuye a él o lo define.

Frida Kahlo tenía de los tres: su estilo era elegante y muy creativo, con fuertísimos rasgos de la identidad originaria mexicana. En cuanto a su carisma, lo sigue ejerciendo pese a su desaparición física. Hace unos años caímos subyugados al descubrir su obra y su personalidad.


Aquí vemos a Frida: vistió preferencialmente el tradicional huipil mexicano con grandes collares de las piedras y formas que gustaron a las culturas antiguas de su tierra. No solo le ponía así muchos colores a su ropaje, sino ese toque identitario que tanto distinguió a Frida en su imagen pública.

lunes, 18 de julio de 2011

Mary Tapia inventó el "chic latinoamericano"



Con su habitual sentido del humor, cuando vió por tevé la asunción de Evo Morales dijo: "Parece vestido por mí". En las crónicas del diario la Opinión, Felisa Pinto la llamó "Antropóloga de la moda".
Pero...¿quién fue Mary Tapia?
A los 15 años llegó a Buenos Aires desde la provincia argentina de Tucumán. Sus comienzos se vieron en 1966 en la galería Laberinto, mezclando audazmente tejidos del norte argentino con puntillas europeas.
Chica rebelde pero muy chic, Mary Tapia hizo su entrada triunfal al escenario pop del mítico Instituto Di Tella dirigido por Romero Brest. Estamos hablando de un espacio y laboratorio de arte ultravanguardista en Buenos Aires, que fue el trampolín de muchos artistas que aún hoy dan que hablar, como Liliana Porter, Griselda Gambaro y muchísimos otros.
Corría 1969 y Mary se lanzó dentro de ese contexto con una exposición en los baños turcos del gimnasio Colmegna: el Pachamama Pret-a-porter.
En la invitación confesaba una realidad asumida por ella como por nadie: “En Buenos Aires la última moda no llega nunca, porque recién seis meses después hay que ponerse lo mismo que usan las europeas. En cambio, qué bárbaro lo que hacen nuestras collas, o las mujeres del Paraguay o las indias de Zuleta en barracanes, ponchos, tapices y guardas bordadas. En esta colección se mezclan esas texturas con tejidos de otavalo y bayetas a mano, por lugares de Cuenca, en Ecuador o tapetes de Quito. Por todo eso, crear una moda argentina se convirtió en mi obsesión.”

Esta declaración de principios se reflejó en un desfile de aguayos, picotes, barracanes y chaguares, guardas precolombinas y bordados coloniales, sus cortes que recordaban a los ponchos y huipiles; sus tejidos en lana cruda hilada a mano, sus botones de asta y madera, sus broches de plata baja y alpaca... Sobre todo las culturas colla y wichí, pero también muchas otras artesanías de distintos lugares de Latinoamérica pasaron bajo su fino ojo y diseño yse reciclaron con sus puntadas vistiendo a Marta Minujin, Mercedes Sosa, Suna Rocha... a las más exigentes y progresistas mujeres de la cultura de su país.


Esta pionera, no siempre valorada y últimamente rescatada como una representante digna de la cultura de los ´60, acaba de dejarnos este 11 de junio.
Mary, te vamos a extrañar mucho.


Más información en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-2928-2006-10-12.html

La muestra que estaba preparando: Mary Tapia en el Malba

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sábado, 16 de julio de 2011

La bijouterie-extrema llegó a la moda.



Todo va y viene, la moda se retira por oleadas... y nunca deja de retornar.
Este año acomodado a la crisis económica mundial y la imposibilidad de renovar todo el guardarropas, la bijoux crece de tamaño, junto a la vieja e infalible estrategia de actualizar el estilo con accesorios.
Si te gustan las bijoux aprovechá: rebuscá en tu tocador, como para empezar.
¿Qué es lo que se usa?
Lo recargado, lo enorme, los colores shocking o los pálidos casi invisibles, el brillo, el super elegante y glamouroso estilo retro pero agigantado -por supuesto-, y los accesorios sin discreción.
Empecemos por las pulseras, que retoman un protagonismo un poco olvidado. Usa una muy ancha o muchas delgadas y agrupadas por colores y en estilos conjugados; que no parezca que te pusiste encima todo lo que tenías guardado. Esta que ves son las de la colección Chanel 2011.

Este año además viene de... perlas, perlas y más perlas.
Grandes, chicas, gigantes, lisas, porosas, brillantes, mate, de colores, de cultivo o de coral, o de roca volcánica... Collares cortos de una vuelta, bien retro, como en los años ´50, con o sin un broche con piedras brillantes colocado en forma asimétrica, tomando todas las vueltas o a un costado.

Mezcla tus collares de perlas, anudá uno a otro, superponelos o enroscalos juntos. Lo último son las perlas crema, negras o rosadas.
Aros larguísimos, lo más que puedas, sobre todo para el after office, si tienen perlas y te llegan al hombro, mejor.
Bijouterie oscura, piedras similares a los productos de la tierra, o de tipo volcánico... ónix y cristales brillantes negros, incluso perlas de río negras.

Oro y metales rosa, como tu abuela los usó.
El rosa también vuelve a los accesorios en todas sus tonalidades, fucsia inclusive, sin vergüenza para las más jóvenes o para las maduras que quieran "levantar" un atuendo que puede ir del azul al negro, o por todos los violetas, desde los más azules a los más rosados.
El naranja también empieza a verse en accesorios que le dan vida al camel.
Bijouterie inspirada en la naturaleza: con formas alegóricas, como hojas, flores o insectos en aros, collares y broches. Las mariposas y libélulas, en la cúspide.
Eco-bijoux, o bijouterie hechas con gemas naturales, semillas, hilos y todo tipo de material noble. Quedan afuera los tóxicos de ciertos metales de la industria masiva: cadmio y níquel en primer lugar, que al contacto con la piel son absorbidos en pequeñas pero permanentes dosis.
Cadenas tipo Chanel, solas, agrupadas o con tiras de cuero pasadas entre sus eslabones. En gargantillas, pulseras, cintos, carteras, solapas, zapatos ¡y en todo lo que se te ocurra!


Alto brillo para elevar tu glamour: cristales tipo Swaroski, vidrios tallados y piedras facetadas muy muy pulidas en todo tipo de accesorio, desde gargantillas a hebillas para el pelo, desde broches de carteras hasta adornos para los zapatos, y en muchos detalles de la ropa también.


¡Wowwww!