domingo, 12 de febrero de 2012

Cuellos refinados con brillo y bijoux

En la época victoriana los cuellos cobraron una importancia superlativa y se transformaron radicalmente: de ser apenas un borde del vestido pasaron a ser protagonistas principales en el atuendo elegante de cualquier mujer. Cada tanto se reinventan las formas de avivarlos y los trucos para destacarlos. Junto a los collares bib y los XXL, gargantillas, colliers estilo victoriano y pañuelos, ahora los cuellos recobran su viejo esplendor.



¿Qué te parecen para el after office? Seis opciones que Vogue sugirió para una insulsa camisa blanca.



Cuello tejido al crochet, bordado por encima con perlitas y lentejuelas: ideal para mejorar los escotes al ras de prendas sencillas.

Una bijou que funciona como un cuello postizo, creación de Cocó Chanel (1950)


Fabuloso cuello de joyería, en falsos diamantes y aguamarinas. Muy, muy bello.


Cuello-gargantilla super romántico, de muselina plisada, puntillas de encaje con apliques dorados y camafeo central.


Otro en la línea: un chabot de encaje negro sujetado por un broche de camafeo completa esta camisa de romántico look.


Infalible truco para destacar el pecho e iluminar el rostro: atar o abrochar un pañuelo de gasa ( también puede ser una puntilla ancha) a modo de importante solapa .



Esta capa con pasamanería gigante y broche a juego cubre un escote generoso. A la vez que hace de cuello o de solapa sugiere más de lo que muestra... 


Para climas destemplados: no son bufandas sino dos abrigados cuellos cuya pasamanería, puntilla y borde de piel les añaden el encanto especial que el frío parece negar.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Navidad "made in home" con restos de bijoux


En Argentina la tradición es que el arbolito de Navidad se arme el 8 de diciembre, día de Asunción de la Virgen. Entonces, como faltan unos días para ese momento donde toda la familia coopera con su trabajo y sus ideas, me dí un paseíto por la web a modo de inspiración -hasta que tengas las fotografías de mi propio árbol-.
Por supuesto, todo lo que seleccioné, destella con restitos de bijoux, como esta alegre y rutilante tarjeta cuyo dibujo se forma enteramente con piedritas y fornituras vintage.
Verás en estos que la monocromía es una regla de oro para que las mezclas, aunque arriesgadas, resulten suaves y agradables.


Muy shabby chic, esta tarjeta envuelta en una blonda de papel calado para tortas, moño de muselina y hebilla con strass. Para entregar en mano.

Arbolitos super vintage: restos de papel de pared, etiquetas y fornituras con brillantes pegados sobre dos conos de cartón para dos sobre candelabros. ¿Ingeniosos no? 


¿Y esta glamorosa corona de collares de perlas, aros, broches y hebillas con strass?


Un original candelabro improvisado sobre una copa de postre.


En el borde de la chimenea brilla una guirnalda de collares y aros mezclados y combinados entre sí.
¿Y sobre la chimenea?

Podrían ir unas botellas así...¡shabby, shabby, chic chic chic!


...o este angelito reinventado en base a algun a muñeca de porcelana o papel maché...

...o este arreglo de estrellas y marco tejido en alambre y mostacillas...



...o estrellas de alambre tejido con perlitas mezcladas con bolas de navidad y otros tesoros de la naturaleza...   

... o esta composición de distintos objetos y adornos donde las estrellas realizadas a mano con una cinta de pepel enrollada con forma de pétalos sobre las que se pegan los abalorios... 


...o una vaporosa lluvia de estrellas de papel recortado a tijera...


... o una sola e importante estrella armada con alambre y tus más preciosos abalorios...


... y en un árbol made in home ocupando un lugar mucho más tracicional...


¡Para finalizar, animate a un centro de mesa que tenga como base tu gran imaginación! 

Las rosas de piedra del Inca


El soberano vivía entre los muros de las montañas de su imperio; de allí la extraía para atesorarla. Pero luego de la conquista la piedra natural se convirtió en leyenda y sangre de aquellos pueblos del extremo sur del imperio inca. Es una de las analogías que esta roca de quieto y rubicundo corazón ostenta: la dura y dolorosa memoria de la conquista de América.
Más tarde, la rodocrosita entró en la literatura universal debido a Roger Caillois, quien fue a buscar lo que él denominó “piedra rosa viva” a su guarida de Andalgalá (Catamarca), mientras intentaba refrescar su pasión por Victoria Ocampo.
Victoria Ocampo,
escritora y gran promotora de la difusión y edición de literatura universal en Argentina

María Moreno, intensa periodista y escritora contemporánea, relata la aventura del francés que llegó a la ciudad por una ruta flanqueada con mojones de paja brava, remolinos de viento y cactus candelabro: -¿Qué demencia me impulsa a querer buscar en la galería misma de la mina una muestra, que podría procurarme fácilmente en cualquier tienda especializada de Londres o París? Lo sé: la recompensa está en el recorrido, él escribió en su libro Intenciones.
Y quizás el más interesante de esos recorridos  sea el que nos conduce a los tiempos precolombinos, cuando el Noroeste argentino formaba el extremo sur del imperio inca y la región era de tan vasta riqueza mineral de oro, cobre y plata, que era impensable no fuera avasallada.

En la ladera oriental de la Sierra de Capillitas, Catamarca, la rodocrosita emergía de las entrañas de la tierra con generosa abundancia: el interior de la parte erosionada del volcán atesoraba las costras cristalizadas hoy denominadas Veta Ortiz, la más hermosa y apreciada del mundo. El pueblo inca la tomaba de allí, sin lastimar a la montaña.


Rodocrosita variedad Ortiz

En realidad, esta piedra semipreciosa es bastante llamativa: coágulos o rosas, sus círculos concéntricos se enlazan con otros formando lágrimas, vibrantes y espigados ríos, o estalactitas cuyo centro se ha fibrosado. Costras, cúmulos o pétalos superpuestos, la analogía con los sentimientos está siempre allí, reforzada por sus colores que van del rosado al rojo intenso (variedad Ortiz) o al naranja, con estupendas aureolas de vetas blancas. 
En 1938, el alemán Franz Mansfeld redescubrió la antigua mina inca de Capillitas, y muy cerca, una tumba conteniendo joyas funerarias hechas con esta piedra.

Entonces la leyenda incaica: la gema se formó de tres gotas de sangre petrificadas que brotaron como tres rosas en la tumba de una virgen sobre la que lloró un guerrero. Por eso, la piedra solía adornar los cuellos de las princesas del Tiahuanaco, como símbolo de fidelidad y amor eternos.

Una doncella inca y su collar, pintada en tiempos de la colonia española con los vestidos mestizados entonces en uso.

La rodocrosita, Rosa del Inca, o Rosainca se encuentra en poquísimos lugares del mundo, y sus minas más bellas y prolíficas se encuentran en la provincia argentina de Catamarca.

Es un carbonato de manganeso de color rosado con distintas tonalidades. Se presenta en cristales pequeños, redondeados, en drusas, en masas granulosas, espáticas, en agregados compactos, botroidales o estalactíticos. Clivaje perfecto. Frágil. Dureza: 4. Peso Específico: 3,3 - 3,6.
Puede tener bandas de pirita bien diseminadas. En el pais se vende a valor dolar, y sus principales compradores, son los turistas, ya que por su abundancia, no son tantos los nativos que conocen su valor en el mercado.
Rodocrosita, variedad "Capillita"

Una pequeña parte de ese valor esta cimentado en su significado emocional, el más rico que tiene: dicen que la piedra cura los males de amor.