lunes, 5 de septiembre de 2011

Bib, collar antiguo y siempre de moda

 


El Bib es un collar grande y espectacular, que viste con glamour los atuendos más escotados. Las divas del cine le han tenido y le tienen gran afección.

He aquí una versión "triangular" de Giorgio Armani en piedras semipreciosas.
Hay gran variedad de bibs, pero sus dos variantes más tradicionales son la que asemeja un tejido o membrana circular o triangular; y la forma de cuerda con múltiples tallos pendientes hacia abajo, de los que se desprenden piedras o brillantes que cuelgan regularmente.
Algunos bib caen irregulares y un poco superpuestos, logrando un maravilloso efecto de cascada.
Con el tiempo se ha ido creando una gran variedad de bibs, que han ido recibiendo distintos nombres: se lo llama collarete, collar de correa, collar-franja o collar cascada.
He aquí un ejemplo del llamado collar-franja:
El origen de este collar es antiquísimo. Se han encontrado del año 700, pertenecientes a miembros del Imperio Romano. En Grecia también se usaron muchísimo, pues los toques de distinción en las damas de la nobleza pasaban sólo por los peinados y las joyas.
En los años ´50, el gran diseñador de joyas Tony Duquette, los realizó en toda clase de piedras preciosas y semipreciosas, y las divas de Hollywood les tuvieron gran afección.
Modelo de mediados del siglo XX, del gran diseñador de joyas Tony Duquette, confeccionado en multiturmalinas.
Los bib se reeditan periódicamente para acompañar sobre todo trajes de noche. Pero en estos últimos años las grandes casas de moda lo han editado en materiales inusuales incluso para el día: las fornituras metálicas son reemplazadas muchas veces por cintas o cadenas, y las piedras pueden faltar.

Un bib en cadenas, by Oscar de la Renta.


Un sauvage-bib,esta cascada de sogas. By Roberto Cavalli

Modelo de Lanvin, 2011
Un collar bib de Karl Langerfeld para Chanel, 2010.

Otras versiones ya no forman una malla metálica, sino un babero, de ahí el nombre de muchos de estos bib “diurnos”.
¿un bib o un babero de fiesta?

viernes, 2 de septiembre de 2011

Glamour para todas, ¡viva CHANEL!

La historia parece de Perogrullo pero ocurrió en la Europa de entre guerras. Apenas salida de la adolescencia, del orfelinato, Gabrielle Chanel se tenía a sí misma, con sus dos manos y algunos conocimientos de costura impartidos por las monjas. Comenzó a hacer sombreros y al poco tiempo sus clientas eran las más adineradas. Por necesidad, por instinto y quizás porque sabía lo que era estar desamparada, fue inventando una moda acorde a las nuevas necesidades sociales de sus congéneres: mujeres que de buenas a primeras y casi sin pensarlo salían del claustro doméstico a trabajar, a reparar motores y fábricas porque los hombres o no habían vuelto de la guerra o iban de nuevo hacia ella.
Cocó les dió las alas que necesitaban: las liberó de la ropa ajustada, les puso lo que había de cómodo en el ropero, camisa, traje sastre, pantalones... dejó sus manos libres colgando sus carteras a los hombros, y por sobre todo, las hizo sentir bellas y seguras.
Gabrielle Chanel, la huerfanita que mendigaba cariño, la última entre todas, en vez de legitimar la pobreza y la dependencia, puso sobre esas ropas masculinas y económicas las joyas que ellas jamás habían soñado.
Brillantes, elegantes, principescas, legitimó sus perlas falsas y cadenas doradas y con poco las vistió de alta moda. La "bijouterie" de Cocó completó un atuendo por demás sencillo e incoloro y democratizó la aristocracia, colocando a las mujeres en el mejor lugar: ahora todas eran tan femeninas como siempre pero sorprendentemente poderosas.

lunes, 29 de agosto de 2011

Las increibles perlas combinadas de Miriam Haskell

 


Miriam Haskell cableó y bordó manualmente todo lo que puede cablearse y bordarse en bijouterie junto a las perlas de río: cristales y mostacillas austríacos, vidrios de Murano, metales antiguos y nácar. Su influencia primera y directa fue el art-nouveau, con sus formas y materiales orgánicos.


Jamás tuvo dificultades en mezclar lo que estuviera disponible para hacer más atractivo un collar, o un broche o unos aros: fué la reina de las combinaciones desprejuiciadas y de la bijouterie asimétrica y floral. La elegancia estaba dada por el flujo visual creado por el minucioso ocultamiento de las uniones.





Gracias a su originalidad, su técnica impecable y su audacia, la empresa de Miriam Haskell no necesitó seguir estrictamente la moda: marcó tendencia en los ´40s y los ´50s. Hizo furor con sus detalladas y coloridas piezas de plástico y baquelita, aunque luego fue volcandose hacia materiales más costosos.



Gustó diseñar conjuntos que a menudo incluían brazalete, collar, pendientes y broche haciendo juego, con motivos vegetales y curvilíneos, destacándose por su delicadeza y exquisitos detalles.



Aros y brazalete tejido en fornituras metálicas y perlas de plástico turquesa


Interesante bib confeccionado con mostacillas tejidas.

Las características distintivas de sus piezas son las siguientes:
uso de perlas de río
perlas barrocas grises
metales antiguos
superposición de fornituras filigranadas
oro ruso
vidrios de alta calidad y cristales austriacos
terminaciones con toques muy finos
bases de bronce estampado
consistencia en el color
asimetría
broches muy detallados
vidrios prensados livianos
primaverales anillos y pulseras sólo en sogas y cuerdas con enganches metálicos












Verdaderamente audaz en sus mezclas, podría decirse que
mucho de lo que se usa ahora proviene de la creatividad mágica de Miriam Haskell.


Sus joyas acompañaron a la perfección la prosperidad norteamericana de post-guerra. Entre sus clientas más famosas estaban la Duquesa de Windsor, Lucille Ball, Joan Crawford. Abajo, un collar de cristales diseñado a pedido de Paul Getty:

Miriam Haskell, hija de inmigrantes rusos, nació en Indiana en 1989 y en 1924 abrió su primer local: "Le bijou de l´heure", en el Mc Alpine Hotel (New York), el más grande del mundo en ese momento.


Detalle de un pendiente de plástico, años ´50, en el que se observa la cuidadosa factura en base a varias técnicas (enhebrado, bordado y cableado)




Dos años después estaba lista par fabricar en gran escala. No obstante, nunca produjo demasiadas piezas; sino que las cobró muy caras. Para ese entonces, Frank Hess era el diseñador, pero las piezas siguieron llevando el nombre de la emprendedora.


En 1951 se retiró por problemas de salud pero continuó su hermano. Pese a que pasó por varias manos, su empresa opera actualmente con el nombre de Haskell Jewells Ltd.

Abajo, dos collares torsade, de diseño muy actual:



Las bellas piezas atestiguan la simple y suntuosa forma de hacer marketing de Haskell y de su gran talento de empresaria: hacer piezas de alta calidad para un público de alto poder adquisitivo.