martes, 2 de agosto de 2011

Prendas intervenidas con alfileres, pins... e imaginación!

 

De los tradicionales broches a la alta costura los pins y las tachas han recorrido una larga historia... que va desde la calle y la vida cotidiana hasta la alta costura y las ocasiones especiales. Prendedores de múltiples variantes y usos atestiguan que la moda es patrimonio de todas y todos y que su pulso responde al gusto y las necesidades populares tanto o igual que a los caprichos de algún diseñador. Aquí algunas fotos para que estimules tu creatividad.

 
Un abrigo de "etiqueta" versión Lanvin, gracias a un broche con pendiente que se luce muy bien ¡sobre un bolsillo!


 
Este gracioso traje de etiqueta está adornado con unos cuantos y populares pins junto a condecoraciones militares. Todo un "aviso" de democratización.


Igual estrategia para un conjunto casual, en busca del ahora en alza estilo militar.


Otro conjunto casual re-loockeado con tachas y alfileres de gancho.


Y otra vez tachas, pasadores y alfileres de gancho para formar un dibujo digno de una estrella de rock.


 
Suntuosísimo vestido estilo francés bordado sobre terciopelo negro... con ¡pins y tachas!


 
Para contribuir a las tradiciones... o alterarlas. Increíble vestido de novia (casa Chanel) intervenido con tachas y pins en plateado y en ¡negro! Super super chic.

viernes, 29 de julio de 2011

Los accesorios perfectos según tu peinado


Si tu elegancia y sofisticación estan en juego, no dudes en seguir ciertas reglas. Esta comprobado que la primera impresión es tan importante que rige de modo inconciente la manera en que luego nos han de considerar.
Pocas veces prestamos atención a la armonía del peinado con la imagen que queremos dar: pero estar arreglada no solo significa ponerse aquí y allá un detalle que te haga ver aggiornada. Para atrapar las miradas hacen falta balance, gusto, el toque personal y distintivo de tu creatividad... y entender que sea como sea, las miradas, desde el principio o al final, irán hacia tu rostro. Allí irán también los objetivos de las cámaras fotográficas cuando de fijar recuerdos se trate. Entonces: ¡adivinaste!: tu tocado, o como quieras llamar a todo aderezo estético de tu cabeza, es lo más importante en tu outfit.
Veamos cómo el accesorio adecuado a tu peinado cerrará tu estilo de manera perfecta:

1- Cabellos largos sueltos.
 Dejan ver muy poco los aros, salvo que estos sean de gran tamaño, los tipo chandelier o las argollas gruesas. Si has de llevar una gargantilla o collar, debe ser llamativo, dramático; aros muy pequeños lo pueden acompañar. Si son a juego quedan perfectos.
La modelo de la  izquierda lleva un collar en contraste. La otra tiene un collar de perlas tan importante que aunque sin colorido destaca por su maravillosa textura. En todo caso, es preferible que domine el look uno de los dos accesorios: o el collar, o los aros.
¡Ahhhh! Y para este peinado, el maquillaje en los ojos es fundamental.
Sin algo al cuello, la opción será unas preciosas orquillas o peineta de costado, o vincha, que hagan eco de la bijou que hayas elegido para tus orejas y manos. Así serás delicada y a la vez sensual.

2-  Cabellos medianos.
Este largo es ideal para todo tipo de accesorios, sobre todo collares con pequeños aretes.
Para estilizar tu rostro son recomendables los collares largos o aros pendientes. Leíste bien: en este caso, collares ó pendientes notorios. Las dos cosas muy vistosas son incompatibles.
En la foto de abajo vemos que los aros son bastante visibles, aunque mucho más discretos que el collar.



3- Cabellos cortos o recogidos.
En este caso, tus rasgos serán lo más destacado. Los accesorios que uses adquirirán una importancia superlativa. Así que como premisa, deben verse muy bonitos y finos. Descarta la bijouterie a granel o de mala calidad.
Si el accesorio que llevas, sea por su tamaño, color o diseño es impresionante a moderado, debes saber que influirá definitivamente en tu look final. Cobra igual importancia si te ayuda a destacar algún rasgo que te embellezca, en este caso, el color de los ojos.



4- El color es un detalle a tener muy en cuenta. Los accesorios irán en armonía o en contraste con tu tono de piel y cabellos.
El color es esencial para que se vea bien lo que te pongas. Ningún accesorio es bello cuando su color crea  tensión en el conjunto total, salvo que sea una forma premeditada de quebrar una armonía tendiente a aburrida.


Si sos rubia y de tez clara, lo mejor serán las perlas naturales ( alta elegancia) y los brillantes blancos de imitación. Salvo que quieras poner todo el acento con tus accesorios: entonces elegí colores muy oscuros, que se verán imponentes, como en la foto de arriba.
En este sentido, podemos aprovechar los colores que marcan tendencia. Actualmente son las bijoux de color negro o índigo.
No obstante, para el cabello oscuro sólo son indispensables los tonos claros: es imposible que se vean bien unos aros o collares oscuros.
A las pelirrojas les quedan bien las piedras verdes, del tipo de las aguamarinas y turquesas.



Sugerencias:
No dudes en elegir las joyas que acompañen el color de tus ojos. Harán que estos resalten mucho más.
¡Y cuidado con los collares gordos y gruesos! Crean volumen y redondeces que se "contaminan" tu rostro con volumen y pesadez.  

jueves, 28 de julio de 2011

Diferencias entre estilo, carisma, identidad y elegancia



¿Tenemos carisma pero nuestro estilo es pésimo? ¿Nuestro estilo es un poco difuso pero nos salva una fuerte identidad? ¿Somos aburridamente elegantes y "sin estilo"?
Hay personas que no se desarrollan porque no se aceptan, quieren ser otro. Pero... ¿cómo somos?
El estilo es algo así como la coincidencia entre lo que "somos" y lo que mostramos. Es algo cultural, un poco aprendido en nuestro entorno y otro poco seleccionado de otros contextos que hemos adoptado como propio.
La elegancia es algo que se aprende: es cierta armonía entre tus movimientos y lo que te pusiste para ello. Ejemplo: si vestís como una cantante de rock, ¡no seas ridícula caminando con cuidado y a pasos cortitos como lo hacía tu abuela! Por supuesto que aunque no estes impecable, una persona con buenos modales, que saluda y come con la boca cerrada, siempre es mucho más elegante que la que no lo hace.
Es distinta la persona carismática, que emana de sus actos y conducta un raro poder de atracción y mantiene a los otros en torno suyo. Algunos lo llaman simpatía, pero es una especie de convicción que se exhala, una seguridad interna, un poder de convocatoria ejercido como seducción no necesariamente erótica ni conciente. El carisma es lo más difícil de adquirir. Si no se tiene, no se imposta.
La identidad en cambio, permite que los otros te encuadren en alguno de los miles de casilleros que se encuentran a disposición en toda sociedad. En realidad, sería casi lo opuesto del estilo, si no fuera porque a veces contribuye a él o lo define.

Frida Kahlo tenía de los tres: su estilo era elegante y muy creativo, con fuertísimos rasgos de la identidad originaria mexicana. En cuanto a su carisma, lo sigue ejerciendo pese a su desaparición física. Hace unos años caímos subyugados al descubrir su obra y su personalidad.


Aquí vemos a Frida: vistió preferencialmente el tradicional huipil mexicano con grandes collares de las piedras y formas que gustaron a las culturas antiguas de su tierra. No solo le ponía así muchos colores a su ropaje, sino ese toque identitario que tanto distinguió a Frida en su imagen pública.