jueves, 11 de agosto de 2011

Si no puedes ser elegante... sé al menos extravagante!

 


Extravagante significa vagar, andar sin rumbo fijo, errar no por equivocarse sino por desatino. Extraordinario e irracional a la vez, lo extravagante habita el mundo como un elefante que anda graciosamente por los bordes de lo excesivo, de lo absurdo, de lo irregular y retorcido... justo antes de caerse del sentido.
Casi al mismo tiempo en que Valentino afirmaba que "el negocio de la moda es enemigo de la industria", Moschino decía "si no puedes ser elegante sé al menos extravagante". La frase sintetizaba el problema que acosa al diseñador: crear, competir y ganarle al negocio de la moda ya no desde la alta costura (imposible a escalas populares) sino desde una anti-moda.


"Stop the fashion system", otra frase célebre de Moschino, funcionó como un manifiesto por la espontaneidad y por el riesgo, como una invitación a abandonar los convencionalismos para deambular por el diseño sin rumbo fijo. Moschino intuyó que ese era el abismo de una moda demasiado remanida y que hacia allí había que rumbear para investigar; lo experimentó y fue un maestro de lo provocador y lo divertido sin vulgaridad. Pero murió en 1994.


Hoy lo extravagante es moda, pero una moda que no ocupa las pasarelas. Es una moda difusa, heterogénea y subversiva. Las mezclas, las distorsiones, las desproporciones, lo que está sucio, viejo, roto o remendado, lo antiguo que adquiere un uso totalmente nuevo... la moda hoy es ese nuevo orden donde nada quede en su lugar.
Se acabaron los estilos puros, los "juegos" de varias piezas acordes en detalles y color, los materiales "nobles", las piezas auténticas, las falsas y las denigradas imitaciones... las diferencias sexuales, las ropas privativas de determinadas actividades, las prendas "de vestir" y "de entrecasa", las divisiones rígidas y los casilleros siempre llenos a la misma hora, con la misma cosa, en el mismo lugar. Y no es la pasarela sino la calle esa vidriera que mejor "desnuda" este nuevo modo de "vestir" creativo y recreativo.
La bijou va por la misma senda: nada está proscripto, solo lo que ya es seguro.


Y toda esa extravagancia que nos maravilla cae perfectamente ahora.
Porque en tiempos de crisis, la extravagancia es una toma de posición sin dependencia del sentido común, tu envoltorio corporal es tu forma declarativa personal. Que no es frivolidad, sino política; no es varieté, sino arte; no es superficie, sino profundidad que declama, declara, empodera, refugia, convierte, habilita y sublima. La extravagancia nunca es absurda porque expresa tu pequeña o grande, inofensiva u ofensiva, divertida o aburrida y aliviante libertad.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Coppola e Toppo: bijouterie de colección

 


Les presento a estos dos maestros italianos de los cuales no tengo por referencia más datos que sus obras, maravillosas. Diseñadores y armadores de bijouterie, hoy son considerados de colección. Se trata de quienes firmaron como Coppola e Toppo, y cotizan en el mercado de antigüedades.
Su acción se desplegó aproximadamente entre 1940 y 1980, y acompañó los modelos de grandes diseñadores italianos, como Emilio Pucci, Giorgio Armani o Valentino.


Este raro y bello collar fue diseñado para Valentino,
alrededor de los ´60.

Con preciosos cristales y vidrios de Murano o austríacos, hicieron maravillas de collares, pulseras y aros a juego. La factura de sus piezas es exquisita y su belleza sorprendente.
Idearon y realizaron increíbles variaciones sobre las técnicas del enhebrado y el tejido de mostacillas y cuentas con un armado casi único pero sumamente versátil.
Sus combinaciones de colores fueron arriesgadas y espléndidas, ideando collares y pulseras inigualables.
El collar torsade fue su fuerte y el modo de expresión privilegiado de su prolífica creatividad.



He aquí un ejemplo de lo que eran capaces de hacer solo con cuentas de colores: exquisita combinación en un degradeé de clarísimos a oscuros que pasa por unos pocos tonos de rosa para llegar al granate casi negro, y broche como centro de impecable factura.


Como cierre siempre utilizaban apenas dos o tres sencillas fornituras metálicas que revestían con cuentas y mostacillas acordes a la pieza que se tratara, dandole tanta importancia como al resto. Muchas veces el cierre se convertía en el gran detalle del collar.


Lograda síntesis de alto impacto y sencillez absoluta en este voluminoso torsade de mostacillas: los hilos estan reunidos en dos grupos de tres calotas enfrentadas en torno a un broche también trabajado con mostacillas y una gran piedra central:


Una pieza casi típica, de alrededor de 1950. Con moño bordado en cuentas y para el cierre la clásica fornitura metálica bordada que empleaban Coppola y Toppo.




Cinco vueltas para otro exquisito degradeé que vuelve a centrar su detalle en el cierre.


Otro degradeé que es la clave del collar:

Ingenioso diseño floral realizado apenas con la distribución del color. El cierre es la clásica fornitura triangular bordada a juego.


Otro collar de 1960. Va de a poco, porque es de una factura increíble: empecemos por lo más "esperable", este primer plano que permite observar en detalle el cierre.


Reverso del mismo collar, que muestra el tejido que hará de base a la torsade:


Y ahora... el collar en su esplendor!!!


Como vimos, no se trata de unas vueltas enroscadas o trenzadas que se mezclan aleatoriamente, sino de un tejido que sostiene ondas que caen formando las perfectas volutas de este collar "fumé".


Ingenio al máximo: en este adorable y romántico torsade a juego con sus aros, con el mismo tipo de armado.


Otro tierno torsade cuyas vueltas han sido tejidas, cerca de 1950


Aquí vemos una gargantilla ( 1970) de enhebrado tubular y delantera en caída de muchas vueltas cuya distribución de colores genera un interesante efecto destacando la parte frontal de la pieza.


Sesentista también , este torzade rojo y blanco que parece un racimo, como se ve en los aros del juego. Su factura también es tejida.


Dos niveles de tejido superpuestos para este collier con flores de cristal. Alrededor de 1960.


Este collier esta armado con filas de cuentas enhebradas vinculadas entre sí por un trabajo muy laborioso de cadenas doradas que va ensanchandose hacia el borde inferior para darle forma al collar.


El detalle de las cadenas y el cierre que acompaña es realmente ingenioso:


Un raro y original bib tejido en cristales grises; aros haciendo juego.

Pendientes en "racimo" (1950) con su broche bordado sobre metal como corresponde:


Seguiría mostrando las muchas variaciones sobre las vueltas de un collar que inventaron Coppola y Toppo. Elijo para cerrar uno antiguo, que en su extrema sencillez pero gran efecto hace honor al talento y la maestría que ya se anunciaba en sus diseños:

miércoles, 3 de agosto de 2011

Coppola eToppo. Parte II

Hacia el fin de la guerra, año 1946, Lyda y Bruno Coppola fundaron Coppola e Toppo Company, ubicada en Via Manzoni 24, Milan. Lyda era hermana de Bruno, el apellido Toppo lo tomó de su marido .

Lyda había comenzado armando bijouterie para Jack Fath y Elsa Schiaparelli, siguiendo sus modelos y bajo la supervisión de la mismísima Elsa. Pero una vez al frente de su negocio, fue elegida por las casas de alta costura de Molineux, Robert Piquet, Pierre Balmain, Balenciaga y Christian Dior. Luego se sumaron Pucci, Valentino y Armani.

En esta fotografía de Gian Paolo Barbieri para la revista Vogue de Italia (1975), la famosa modelo Veruschka lleva un ornamento corporal de la compañía.


A partir de 1950 Lyda comenzó a fabricar su propia línea de bijouterie junto a su hermano. Utilizaba vistosos vidrios facetados y cristales, cuentas de plástico, perlas falsas y diamantes de imitación entrelazadas o bordadas con metal dorado y plateado y reunidas en ornamentales conjuntos.

Pin y aros diseñados para Armani.
Cada pieza llevaba la marca Made in Italy, by Coppola e Toppo. Los clips metálicos de los aros llevaban una estrella calada.

En 1962 fabricaban accesorios para los vestidos de Emilio Pucci.
Los objetos producidos y diseñados por la firma abarcan desde collares, aros y pulseras, hasta cinturones y carteras en cuentas y cristales tejidos, que fueron desde lo más simple a lo más intrincado, aunque tal simpleza era producto de una elaborada síntesis y no carente de sofisticación.
Bolsito de mostacillas en vidrio, tejidas

Puede afirmarse que Lyda era la creativa del dúo, su hermano se ocupaba de la administración y del personal (una docena de colaboradores dependientes). En 1968, Lyda realizó un foulard para su propia boutique. El testimonio viene en forma directa de Lele Taborgna, que en aquel año trabajaba como cadete de Lyda para el negocio y el taller, situado en Viale Maino, Porta Venezia. “En el verano del ´68 la señora Lyda me pidió que la ayudara a llevar al negocio algunos objetos. Cargamos en el auto algunas bolsas y yo tenía una treintena de foulards. La señora Toppo me dijo que había pasado noches enteras en esta invención veraniega suya, el foulard.
Y, como último hecho, dijo que ella había pintado el primero, el que estaba encima de todos. Cuerdas, que podían recordar el mar, sobre un rojo vivo, solar. Agregó también que se había dedicado de tal modo a ese trabajo que las cuerdas las diseñó casi para suicidarse, dijo para hacerla corta, bromeando. Los treinta foulard de seda pintados a mano de 1.60 por 40 cm. fueron puestos en venta y salieron en pocos días”.

Lyda se retiró de la compañía en 1972. Su hermano la continuó hasta 1986. El libro de Deana Farnetti Cera, Fashion Jewels Coppola e Toppo destaca el diseño minucioso y el trabajo refinado de sus creaciones .

Magistral bib, de intrincada y colorida factura (1958).

Perlas con estilo

 

Vuelven la perlas en todas las versiones que puedas imaginarte. Las hay de imitación, que no son una joya, pero son tan femeninas como las auténticas, y este año, además de estar en la cresta de la ola, llegan renovadas con color y diferentes grados de brillantez o más bien de opacidad y texturas. Las más impactantes son las negras y las rosa flúo. Se usan de varios colores en un collar, mezcladas con cadena, con cintas, con dijes de cristal o camafeos... Reinas indiscutibles de la bijouterie, ya no hay restricciones de uso para ellas.
Entonces, para evitar pedir socorro a último momento y llevarlas con estilo, hablemos de perlas tradicionales, de collares que te inspirarán a la hora de comprar y elegir las que mejor combinen con lo que llevarás puesto.
Las perlas simil naturales se adaptan muy bien a distintas formas de vestir, según como las combines. No son muy llamativas ni muy sencillas y su forma suave y luminosidad quedan bien al rostro. Por eso tienen un lugar preferencial en el atuendo femenino. Y por eso son un clásico que los diseñadores de alta costura jamás olvidan. A tal punto que los collares se han estandarizado teniendo los de perlas como patrón.
Los colores de moda: nude, grises, negro y camel van muy bien con las perlas de imitación en sus "naturales" tonos: blancos, cremas, agrisadas, beiges o rosadas.

¿Qué collar elegirás?
El collar corto, de Noche, tiene unos 40 centímetros. Si es de una vuelta va con prendas de sport y hasta con un traje de noche. De varias vueltas alrededor del cuello y no más largo que hasta su base, es ideal para un vestido escotado o un strapless, acompañado con unos pendientes pequeños. Te quedará bien si tu cara no es redonda y tu cuello es alargado. Evitalo con un cuello corto o regordete.
El Princesa es un poquito más largo: mide entre 43 y 48 cm. El más apropiado para cuellos redondos no escotados.
El Matineé, mide entre 50 y 60 cm. y llega hasta la entrada del pecho. Combina con ropa sport o profesional. Las perlas no estan hechas solo para los vestidos: quedan muy bien sobre la lana o bajo las camisas siempre que mantengan la armonía.


El Ópera mide entre 71 y 76 cm. Cae hasta el pecho y va muy bien con escotes redondos altos o con escotes marcados y en V. Aquí lo vemos sobre el vestido rojo. También hay un collar corto, de una vuelta y haciendo gala del gran vestido blanco de fiesta, una gargantilla de piedras.


El más sexy es el llamado Cuerda, y puede llegar a un metro catorce centímetros. Es muy elegante y te favorecerá mucho si tu cara es redonda y tu figura no muy delgada. Es una muy buena adquisición que te permite usarlo en una vuelta larga suelta, trabado con un nudo, una vuelta pegada a la base del cuello y el resto largo, tres vueltas o cuatro unidas por un broche tipo "Twist" o una cinta en el mismo tono o haciendo contraste y un moño a la vista como un adorno adicional.

La Gargantilla ( 41 cm.) rodea y se pega al cuello. Es ideal con vestidos sin breteles, a los cuales estiliza y da glamour.
El collar de Diamantes forma con las cuentas algunas caídas en su vuelta principal.
El Collar de Perro ( 30 cm.) es una correa provista de una joya en su centro., que en este caso puede ser una perla barroca, o sea de forma irregular.


Un detalle: las vueltas en cantidad o los collares de perlas grandes no te convienen si tu figura es más bien gruesa.

Si ya tenes un collar de estos y no le das uso, intentá colocarlo con otros y que se destaque lo que quieres combinar.

martes, 2 de agosto de 2011

Prendas intervenidas con alfileres, pins... e imaginación!

 

De los tradicionales broches a la alta costura los pins y las tachas han recorrido una larga historia... que va desde la calle y la vida cotidiana hasta la alta costura y las ocasiones especiales. Prendedores de múltiples variantes y usos atestiguan que la moda es patrimonio de todas y todos y que su pulso responde al gusto y las necesidades populares tanto o igual que a los caprichos de algún diseñador. Aquí algunas fotos para que estimules tu creatividad.

 
Un abrigo de "etiqueta" versión Lanvin, gracias a un broche con pendiente que se luce muy bien ¡sobre un bolsillo!


 
Este gracioso traje de etiqueta está adornado con unos cuantos y populares pins junto a condecoraciones militares. Todo un "aviso" de democratización.


Igual estrategia para un conjunto casual, en busca del ahora en alza estilo militar.


Otro conjunto casual re-loockeado con tachas y alfileres de gancho.


Y otra vez tachas, pasadores y alfileres de gancho para formar un dibujo digno de una estrella de rock.


 
Suntuosísimo vestido estilo francés bordado sobre terciopelo negro... con ¡pins y tachas!


 
Para contribuir a las tradiciones... o alterarlas. Increíble vestido de novia (casa Chanel) intervenido con tachas y pins en plateado y en ¡negro! Super super chic.