domingo, 15 de abril de 2012

Sensual y extravagante


Investigando arreglos para el pelo pueden encontrarse montones de inventos.
Hoy mismo, hay diseñadores que echan sobre las cabezas de sus modelos increíbles volúmenes y objetos con creatividad inexcusable. Pero de esta fotografía, hecha en 1922 y cuyo autor desconozco ¿qué más que elogios puede decirse?  
En realidad no sé cual se ve aquí más sensual y extravagante: si ella, Dolores del Río, esta hermosísima actriz mexicana que filmó en Hollywood treinta y pico de películas y murió en los ochenta... o su tocado seudojaponés, que se luce como una verdadera obra de arte gracias a su belleza.

viernes, 13 de abril de 2012

Extraordinarios accesorios "express" de los años 20




Quizás porque durante los locos años 20 la famosa pregunta de ¿qué me pongo? obtuvo nuevas respuestas, suntuosas y sugestivamente femeninas pero muy prácticas, vuelve su onda en los peinados.
En esa época los vestidos se acortaron, simplificaron y alivianaron, dejando ver partes del cuerpo antes prohibidas; y el cabello siguió la misma tónica, mostrando el cuello y la nuca con ayuda de los joyeros, quienes supieron adaptarse estratégicamente a los cambios que imponía la época y diseñaron bellísimas tiaras, horquillas y peinetas siguiendo lo que empezaba a ser "la moda".
Fouquet fué quien llamó Bijouterie a esas joyas atentas al diseño y la belleza más que al valor económico de los materiales empleados. Así llevó la artesanía, o sea la capacidad de alterar el aspecto de los materiales, a la categoría de arte. El período art nouveau de Fouquet fue glorioso gracias a la belleza extraña que destiló.

Fouquet: peineta en caparazón tallado de tortuga con ópalos y esmaltes.


René Lalique,como se ve en la peineta que abre este post, fue el pionero e inventor del estilo art-nouveau, además de revolucionar el mundo de la joyería con el uso de materiales más baratos, como la pasta de vidrio, los esmaltes, el marfil, el asta y otros que combinaba con diamantes o piedras semipreciosas.

Lalique:pasta de vidrio


Una horquilla de Lalique con estilizadas golondrinas en asta teñida.

René Lalique, Lucien Gaillard, Fouquet y Vever son los nombres de esos joyeros que hicieron con sus estilizadas versiones de la naturaleza en materiales no preciosos maravillosas joyas que mantenían recogidos los cabellos femeninos.
A instancias de su amigo René Lalique, Lucien Gaillard -tercera generación de una familia de joyeros parisinos- realizó sus mejores piezas de joyería en sus horquillas, pinches y peinetas de clara inspiración japonesa.

Asta pintada y tallada con ramas y flores de cerezo de tamaño natural, en un claro homenaje a los maestros japoneses. Gaillard


El marfil tallado o el carey fueron los materiales preferidos, que dieron a estos accesorios la transparencia y levedad propias de sus figuras naturales: flores, ramas, hojas, libélulas, pájaros e insectos fueron sus temas recurrentes.



Dos libélulas en vuelo se entrelazan en esta horquilla de asta con delicadas labores de esmalte. Lucien Gaillard.



Peineta de asta con un orientalísimo tallado de crisantemos. Gaillard



Las hojas de Ginkgo fueron otro motivo recurrente. Aquí un conjunto de horquillas en pasta de vidrio con diamantes y cabouchon de vidrio verde. Gaillard.


Abejas libando la flor del cardo. Gaillard.



Tres gráciles ramas de cerezo con sus frutos tallados en marfil, por Lalique.


Maravillosa peineta con una gran orquídea en oro, diamantes, asta y pasta de vidrio. Las orquídeas son una flor característica de la joyería Lalique






martes, 10 de abril de 2012

El fileteado porteño se sube al cuerpo


En la ciudad de Buenos Aires hay un arte popular nacido de la mágica e intensa fusión de culturas que se dió y tuvo su mayor logro en el tango. De la misma época y la misma extraña y generosa mixtura está hecho el "filete porteño".



Su nombre habla de un hilo, filo o filete, posiblemente copiado de los "carretos" sicilianos, que decoró y fijó para la memoria esperanzas y logros en textos con rima o los mitos de esta tierra, enmarcados todos por alegres líneas curvadas, enroscadas, entrelazadas y sombreadas.
A medida que los filetes se fueron incorporando a los carros tirados por caballos o a los transportes colectivos que se empezaban a fabricar aquí, el fileteado de las carrocerías se afianzó e incorporó muchos más elementos decorativos.

Este "escarabajo" de Wolkswagen "vive" en Buenos Aires.

De las fachadas art-nouveau que por los años 20 comenzaban a embellecer la ciudad vinieron los motivos vegetales y flores de cinco o cuatro pétalos. Y también hubo letras cursivas o góticas, que todo el mundo leía, porque su caligrafía ornamentada era conocida y jugaba bien con el llenado excesivo de las superficies. Hubo filetes engrosados que terminaban siendo banderines, banderas o cintas argentinas. Y hubo símbolos de la fuerza masculina, como caballos o dragones -que parece fueron tomados del friso superior del teatro Cervantes-.



Y hubo hojas de acanto, cornupias y diamantes. Y hubo vivos colores sicilianos con mucho dorado y el celeste y blanco argentino... bandoneones y retratos de Gardel... o de santitos autóctonos como la virgen María, la difunta Correa o el gauchito gil.

Isabel Sarli, actriz argentina y musa de las fantasías sexuales de toda Latinoamérica

Todo eso hubo, inmerso en una tiránica y ordenadora simetría.
El apogeo fué un poco antes de que en 1970 la escultora Esther Barugel y su marido el pintor Nicolás Rubió organizaran en la galería Wildenstein una muestra con los paneles que habían sido parte de esos primeros carros tirados por caballos. La exposición fué un éxito, e hizo que aquello que estaba incorporado al paisaje cotidiano de los porteños empezara a ser mirado como un valioso producto cultural.

Botellitas que fueron obsequio durante una convención internacional de ejecutivos de la bebida.


En 1975 una disposición municipal prohibió los fileteados en las carrocerías y luego cerraron o casi las fábricas de colectivos, el pueblo no tuvo dinero para comprar camiones, y el filete fué desdibujándose en la ciudad. Sólo perduró en la cartelería de bares y almacenes.
No obstante, una generación de artistas pop ya había tomado nota y el fileteado se incorporó a numerosas obras.




El auge actual del tango y quizás también de los tatoo y el body painting, pone ahora en la calle y en los escenarios un fileteado menos rígido y más sensual, un fileteado que se transforma en memoria en movimiento, hecho en el cuerpo. Encarnado.




Artistas populares con sus cuerpos "fileteados"


Filete de Bicentenario.

En un desfile realizado con ocasión del Bicentenario