jueves, 5 de enero de 2012

¿Qué le falta al viejo estilo hippie para ser chic?



Eran rebeldes. Vestían con la ropa traída de sus viajes de iniciación a la India y algo que perduraba de la vieja vida "occidental": un jean. Parecían realmente no necesitar nada más.
Los megastars de estos tiempos los copian furiosamente, aunque la música acústica ahora sea un lujo y desde los escenarios se cuestione poco o nada el poder real. Fruto de la globalización, las flores y el romanticismo se han marchitado bastante.
Los neo hippies no son una nueva contracultura: usufructan toda la tecnología mediática a su alcance y son mucho menos rebeldes que fashion. Pero quizás, el circuito de la moda retomó este estilo por su versatilidad , su falta de prejuicios y la libertad sin barreras que exhibe.

¡Oh, Cavalli! Superrockero, los flecos son hippies y el color punk 

Aunque nunca perdió totalmente su vigencia, la ropa étnica fue perdiendo actualidad a partir de los ´80s cuando los jóvenes volvieron al mercado del trabajo formal y esto hizo su pico en  los yuppísimos ´90s. Pues ahora viene en alza y las túnicas son un must del estilo. Los accesorios, grandes vistosos y coloridos suman al "new" en este look.

Artesanal, alegre y muy grande, una pulsera tejida a mano en tientos de cuero color fucsia, by Prada.

¿Qué otra cosa de esos viejos hippies queda en pie?
Son insignia del estilo los pantalones con pata de elefante, colores estridentes, y plataformas, por supuesto; vinchita cruzando la frente, flecos, collares artesanales ( o no...), pañuelos, jean y cuero, el uso de elementos rústico como parte o todo de accesorios y prendas..
Los elementos de otras culturas no son introducidos por sus originales sino como producción en serie: los estampados reproducen tramas y bordados hechos a mano y de culturas originarias... o motivos de la naturaleza.
Todo lo que de un  toque étnico, salvaje o de libertad, junto al brillo glamoroso del siglo XXI y la mezcla, heterodoxia e hibridez ( todos estos ítems de indiscutible posmodernidad).


Las blusas reincriben lo étnico en diseños de alta costura. Entre romana y griega, con dibujitos..¿rusos?... vincha y jean versión tercer milenio. Nada de volver a empezar.

La combinación pollera y pantalón es muy oriental, pero hizo furor en el futuro que ya llegó.



Estos grandes pendientes exhiben en su diseño motivos naturales
y valiosos materiales trabajados con gran refinamiento 


Un Gucci que de hippie tiene las mangas levemente fruncidas, la pollerita con vuelo. La pulsera dorada por supuesto es de ahora, ¿no?
Africa presente en esta cartera que alterna el negro y el beige en la reproducción del pelaje de distintos animales.








Bolsos cuyo diseño destaca los bordados, apliques, guardas. ¡Si tienen piedras o metales semipreciosos aplicados, tanto mejor!


Estampado con reminiscencia del norte de Africa. Las bijoux pueden ser artesanales, y aunque muy elaboradas, hasta sobrecargadas y bien barrocas...generalmente se resuelven en formas inusuales.


Este modelo respondería al estilo hippie más romántico. La gargantilla recuerda ciertos adornos navajos.


Dentro de esta tendencia vuelve el torque, collar rígido y abierto por detrás que se coloca en la base del cuello. Este es una versión actual de Christian Lacroix. 

Otro torque que conserva muchos rasgos de la década del ´70, aunque innovador y muy original con una gama de colores absolutamente actual.

Actualmente se usan "toques", accesorios de este estilo para cortar la atildada elegancia de un outfit o la uniformidad de un equipo demasiado previsible. El look hippie total no se usa. Se trata de evocarlo en sus objetos de mayor belleza y calidad.
Al contrario del primero, a mí este nuevo estilo hippie me parece muy estudiado y cuidadoso. Una nueva forma de vestir casual muy, muy chic 

El glamour de mi abuela






Entre el didáctico afiche de arriba y el de abajo, que propone repensar las bijoux como objetos de diseño, hay un abismo. Los primeros afiches referidos a las bijoux eran lecciones de glamour. Y a falta de asesores de imagen y de estilo, mi abuela Galatea los recopiló con avidez.
Luego que se extendiera el uso de joyas falsas durante la década del 30, la marcas pioneras en bijouterie comenzaron a publicitarse mostrando más que las bijoux, mujeres hermoseadas con ellas. Sus avisos impresos resultaron ser lecciones universales en cuestiones de elegancia, encanto, estilo y gusto, que los fabricantes comenzaron a dedicar a las mujeres comunes. Hasta ahí las únicas glamorosas habían sido las aristócratas y alguna que otra desenfadada amante del arte.



La pulsera ancha sobre el puño del guante y el importante sautoir el dan aires de
¡verdadera diva!
Dibujo a mano alzada de los cartones con que Miriam Haskell ilustraba sobre cómo llevar dos importantes piezas de su producción. Aproximadamente 1930-1940. 

Cuando la prensa comenzó a ser el medio de llegada para las ascendentes masas populares, la belleza y glamour de las clases altas se convirtieron en objeto de consumo masivo. Y junto con esto, las bijoux.


¡Tan lánguida y hermosa como el glamour de la época requería!
Otro dibujo de Haskell, cerca 1935.

 

Página de revista femenina donde puede verse el detalle puesto especialmente en la bijoutería.


Miriam Haskell más profesionalizada en su publicidad: daquerrotipo de 1946. Hollywood mediante, el rostro aparece aquí en primer plano y ya no es tan importante cómo la bijoutería acompaña a la vestimenta, sino la belleza de las piezas, haciendo espejo a la belleza de la modelo.  




Glamour estilo Dior en estas propagandas de Kramer (alrededor 1950), un joyero que trabajó para varias marcas de bijoux (principalmente para Haskell y Dior) y para su propia marca.



Los medios de difusión tomaron también a la femineidad como causa, y la bijoutería fue adquiriendo cada vez más auge en la ostentación de esta nueva condición de la mujer,  menos reprimida, más autónoma y vistosa.

Las publicaciones femeninas hicieron lo suyo mientras mi abuela Galatea iba tomando nota, o más bien, guardó pacientemente en los cajones de su tocador las ilustraciones que le mostraban los usos de un arsenal de bijoux que se estaba produciendo cada vez más.


Graciosa ella, más decidida e independiente pero glamorosa por mil.
Coro, otro de los joyeros que por aquel entonces se hizo famoso trabajando para los modistos franceses en boga ( Chanel y Dior) también creó su propia marca.


 Una sugerente foto de alrededor 1960. La mujer se muestra muy suelta, más plástica y menos pudorosa, y adelanta su brazo escandalosamente cargado de pulseras que da pie a la irónica comparación con "un árbol de Navidad".  


Un capítulo aparte merece la estadounidense Sara Coventry, que llevó el sueño americano al interior de todos los hogares con un sistema de ventas "a domicilio" del estilo que en estos pagos conocimos con Avon. Todas, no importa donde se hallaran, podrían asesorarse, elegir y adquirir falsas joyas de bajo costo y alto impacto. He aquí una página de catálogo.



En materia de "formación" del gusto popular las revistas femeninas hicieron también lo suyo de manera impecable. Y en esto, los laureles se los lleva Vogue. Vogue fue un medio creado difundir la moda que se convirtió, como las leyes de la comunicación enuncian, en creadora universal de tendencia.  
Una tapa de la revista Vogue, decana de los medios de difusión femeninos y encargada de regir casi hasta hoy los dictámenes de la moda. 1957.


 Obsérvense en la ilustración el pendiente y la gargantilla ocupando el primer plano.
Mi abuela tenía muchas más ilustraciones guardadas, pero esto es un blog, claro. ¡Espero que te hayan gustado tanto como a mí! Y como bonus track va una ilustración que me encanta, que servirá para alimentar el amor vintage:

martes, 3 de enero de 2012

Las más soñadas joyas de autor también son plásticas

 

Hay quienes cuestionan que sean joyas. Pero como en las joyas tradicionales, los materiales y las técnicas son motivo de nuevas formas y efectos. Pertenecen a ese joven universo llamado "joyería de autor",
insólitas joyas elaboradas en plásticos de distinta composición química y colores inusitados que intentan descontracturar los conceptos de la joyería tradicional.
Para contextuar mejor estas creaciones, aclaremos que la joyería de autor se caracteriza por la producción firmada de piezas únicas que evitan los habituales circuitos de marketing y venta. Los nuevos diseñadores emprenden así la aventura de autogestionar sus creaciones: piezas cuyo sello personal es el principal valor económico aportado, posibilitando la democratización de las joyas.
Un collar babero de silicona, por Denise Julia Reytan  

Un sorprendente prendedor de la misma artista. 


Collar, por Ela Bauer (silicona) 


Un collar para tentar y tentarte, de Ineke Otte (nylon)

Otro collar de Denise Julia Reytan, en piedras semipreciosas y acrílico:
un verdadero laboratorio de formas y color

En cambio este es un sintético, elegante y hasta futurista anillo de Ela Bauer (plástico)


Un anillo de osadas formas y colores orgánicos, por Ela Bauer (plata y silicona)


Sofisticado, sólido y transparente broche de Tamara Gruner


A mí me parecen piezas de un arriesgada joyería que está adelantando el futuro. Y como me gusta la innovación, quise compartir estos sueños de plástico con vos.