jueves, 9 de junio de 2011

1950: el avance de la bijou. Moda retro.

La moda que hoy se conoce como retro abarca nuestro pasado inmediato, pero la palabra "retro" se utiliza sobre todo al referirse a la década del ´50. La época se caracterizó por una vuelta hacia la mujer con sus curvas y coquetería. Se trata del segundo período de auge de la bijouterie: las joyas se volvieron populares pues reproducían el clima distendido del momento y marcaban fuertemente el regreso a la femineidad.


Terminada la guerra, el estado de bienestar se generalizaba. Los gobiernos se ocuparon de atenuar las secuelas y de custodiar el retorno a los valores tradicionales: las mujeres dejaban felices el rigor de los años anteriores, los trajes masculinos y las fábricas para volver a sus hogares, tan valorados por quienes habían tenido a alguien fuera de casa, en "el frente". Había además muchos enfermos, mutilados, niños huérfanos que cuidar. Las mujeres retornaron así a su rol tradicional y se abocaron al cuidado del hogar, el marido y los hijos. Y a una vida que prometía ser menos estricta, más colorida y alegre.

Para cumplir a la perfección con su rol, ellas, que ya no desconocían los beneficios de la autonomía, resignaron independencia y se refugiaron en el placer sensual y la seducción, siempre con cierto recato. La elegancia y el embellecimiento dejaron de ser patrimonio de las frívolas y pasaron a ser un "deber" al servicio de la causa matrimonial. La provocación estaba prohibida: entonces primó la insinuación.

El arreglo enfatizó la belleza del cuerpo femenino. Para dar forma, las faldas cobraron volumen y se acortaron un poco, se impuso el corset bajo los vestidos, y el cinturón ancho, que había reinado por aproximadamente 10 años, cedió paso al angosto porque era un complemento clave de la nueva cintura extra small. Las mangas de desaparecieron y los brazos se cubrieron parcialmente con guantes. Los pantalones se feminizaron haciéndose muy anchos, fueron pollera-pantalón.
En estos años surgen con nombre propio los diseños de alta costura : Balenciaga, Balmain, Givenchy... Un ícono de esta nueva silueta es el vestido-camisa, camisero o chemisier, que ya había “inventado” en los ´40 Christian Dior, pero que ahora, por su corte sentador para cualquier silueta y por su practicidad, entraba en auge.

En esta versión actual pueden observarse el cuello de camisa, la abotonadura delantera y la cintura ajustada.

Las telas eran de suaves texturas y sutil transparencia: terciopelo, algodón, seda, satén, organza, encaje y tul. Los estampados, en blanco, negro y delicados tonos pasteles en las gamas otoñales y primaverales tuvieron dibujos absolutamente abstractos, o flores y mariposas. Dior hizo furor del color rosa en su famosísima versión: el Rosa Dior. En la reproducción de abajo vemos a Audrey Hepburn vistiendo por entero ese color.
Otra mujer- ícono de ese tiempo: Grace Kelly el día de su casamiento, llevó mucho encaje, cintura de tela con brillo muy marcada por ancha faja y maquillaje discreto, pero no invisible. Y elegantes perlas en los aros.

Para formatear el cuerpo de la mujer los bustos se hicieron prominentes, las piernas estilizadas con largos tacos “aguja” o stilletto y las pantorrillas visibles aunque cubiertas con medias transparentes fabricadas en un material innovador: el nylon.
Todo esto se completaba con infaltable maquillaje y abundantes bijoux brillantes aún para el día, de formas envolventes, estilizados lazos o agrupaciones florales.

He aquí dos pendientes componibles enun broche con forma de lazo.

En este tiempo hicieron su entrada triunfal los falsos diamantes hechos con cristales, las filigranas metálicas bordadas con materiales brillantes y un novedoso material plástico: el celuloide. Comienza a verse el brillo del cristal de roca en la bijouterie,y para la gala diamantes, esmeraldas y rubíes. Una cara bijou negra se llevó sobre todo para para el cocktail, en piedras de azabache.
Los aros y broches de fundición con cuentas de celuloide, cristales de Bohemia, marquesita (piedra que brilla) o strass coloridos fueron de rigor. Estaban en los peinados "colmena", recogidos sino totalmente hacia arriba o a un costado, para que las orejas quedaran libres. Así se lucían también aros grandes y brillantes incluso para el día.
Los broches no solo se usaron en los peinados o en las solapas: posaron en los bolsillos, los breteles, los guantes, las estolas, las carteras... He aquí un elaborado y alegre broche para el día de estilo campestre, con marquesitas y frutillitas de celuloide.

Los collares de perlas de una o dos vueltas, junto a las pulseras, terminaban el look. En esta época tuvieron su auge las perlas japonesas Akoya.
El plástico aportó muchísimo, puesto que no tenía límites en cuanto a color, peso ni matricería y llegó a ser bastante brillante. Se pusieron de moda livianos collares de muchas vueltas retorcidas llamadas “torzade”. Aquí un torzade fabricado con cristales de Murano en 1950 por Coppola y Toppo , famosos joyeros de la Italia de esa época:


 
El brillo también vino de la mano de la pasamanería y los botones bordados con piedras, lentejuelas y cuentas de plástico.
Los pañuelos se hicieron fundamentales para ocultar el peinado y el pelo arruinado por la falta de cosméticos imperante en el tiempo de posguerra. También para que el viento los ondulara en torno al rostro, como se ve en muchas películas que reproducen la época, plenas de motonetas, autos descapotables y mujeres bellas. En la foto de abajo, la moda actual, que apela al mismo accesorio colocado del mismo modo en que se usó alrededor de 1950.
Los labios y uñas debían ser absolutamente rojos, y los ojos se destacaron con alargadas líneas negras estiradas hacia las sienes .

Un esquema típico de color fue blanco-negro: si la vestimenta era blanca los accesorios negros, y viceversa. Otros colores de la época fueron los pasteles en sus gamas otoñales y primaverales, y el amarillo o el rojo con a acentos blancos. En esta combinación "española" imperaron los sombreros de torero y los saquitos cortos o toreritas.


Gafas y guantes fueron los accesorios obligatorios del glamour. Los guantes eran de la misma tela que el vestido y acompañaban cualquier atuendo de día o de noche, variando sólo su largo que podía llegar al antebrazo en los vestidos de fiesta y sin mangas. Las gafas eran muy grandes, oscuras y con marcos coloreados, tapando casi todo el pómulo.

Las divas de Hollywood fueron íconos de moda y femineidad seguidos con fruición. Así, podemos ver en los distintos estilos de Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Grace Kelly Briggitte Bardot marcaron las principales tendencias de aquellos años.
Los diseñadores de ropa y de joyas contaron con ellas para difundir sus creaciones, que luego reproducían y vendían al por mayor.


En esta tapa de revista, una reconocida actriz de cine: Sofía Loren. Su brillante bijou combinan el color esmeralda con blanco y negro. Pero lleva un turbante, ícono de glamour de ese tiempo y accesorio indispensable para ocultar cabellos maltratados por la falta de productos. Pese a la industria de posguerra diezmada, primaron la elegancia, el buen gusto y un retorno al lujo traducido en un avance de la bijouterie hasta el momento sin precedentes, y el comienzo de un intenso uso .

Mary Tapia. Parte II: interesante reportaje audiovisual

Transcripción de un reportaje aparecido en la página web de Artelatina.net. http://artelatina.net/kunstsp/tapia.html

También podés seguirlo a través de los videos editados en los links indicados bajo cada título.

Entrada al taller

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La historia de su arte

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Cuando empecé a hacer arte? No lo sé si lo hago todavía. Empecé a trabajar con las manos casi desde siempre. Trabajé muchos años como diseñadora de ropa, de chica jugaba, hacía cosas. Vivía en un lugar muy amplio con mucho jardín y, en general, armaba muchas cosas pequeñas con barro y troncos. Después estudié diseño muchos años y trabajé como diseñadora de ropa, o sea, la tela tiene que ver con eso. Al fondo tengo un taller con las máquinas. En ese entonces yo estaba en realidad en una escuela de bellas artes pero estaba más metida en la parte de diseño. En ese entonces el diseño era una gran novedad en la Argentina. Al principio, mi abuela me decía: "¿Qué vas a estudiar eso?". Ella era una mujer que le gustaba la plata. Y luego ella misma me decía: "Me parece que eso es un buen camino, me parece que viene creciendo". En ese entonces como probablemente ahora también, lo que se discutía era si imitar o copiar modelos exteriores desde el diseño. Los pocos diseñadores que estaban empleados su tarea era copiar lo de afuera, en vez de reflexionar o pensar en algo que tuviera más que ver con lo local. Me parece que la posibilidad creativa debe ser desplegada en las circunstancias de cada lugar y no esta cosa de marcas. Trabajé por mi cuenta y para varias empresas hasta 1990 cuando se empezaron a fundir todas las empresas textiles. Ahí me enojé mucho. Aparte fui siempre muy mala comerciante. Primero pensaba que con la ropa se podía hacer algún cambio en la cabeza de la gente y romper algunos parámetros de la moda. En 1990 empecé a trabajar como encuestadora y todavía sigo trabajando de encuestadora. O sea, trabajo como docente, también como encuestadora y a veces vendo. Es una manera de ganarme el pan y de permitirme la libertad para hacer lo que quiero.

Militancia política

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El año pasado presenté un proyecto para unos planes que se llaman "INCLUIR" que es para adolescentes entre 18 y 25 años que no tengan estudio. Eso siempre me está dando vueltas en la cabeza. En realidad lo que yo hago como artista es lo que a mí me pasa: lo que me molesta, lo que no me molesta, lo que vivo. Es un grupo de gente que vamos fuera de toda línea política porque yo tuve militancia política en los años de 1970 y tengo un marido desaparecido y un montón de amigos desaparecidos. Creo que la militancia es algo como el hombre despierto ante lo que pasa. Yo no sé si estoy muy despierta. Por la militancia. Yo tenía 20 años cuando tuve esa pérdida tan grande. Y quizás el miedo sigue estando. Quizás fue demasiado fuerte. Este año se van a cumplir 30 años y yo todavía hablo con mucha emoción. Tan sólo hace poco yo pude volver a mirar esa historia y recuperar algunas cosas, fotos de casamiento. Yo me casé en una circunstancia muy particular y mi marido desapareció a la semana de casados. Teníamos 20 años. Demasiados jóvenes. Demasiada poca consciencia de lo que significaba nuestro "querer un mundo mejor" para todos. Esa era la única pretensión.

Arte

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Me parece que el arte en la Argentina está restringido a determinados sectores. Me parece que la Argentina está llena de artistas quizás más en teatro o arte callejero. Todo esto está germinando pero no llega a las galerías. No llega al circuito del arte. Por otro lado, está bien que pase así, que esté en la calle. De todas maneras, todavía falta.

Obras

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Estoy probando todavía. Estoy soldando con alambre de fardo que es muy delicado y estoy soldando con eléctrica. Es un poco absurdo este trabajo pero es lo que estoy haciendo. Yo hago escultura, a veces trabajo con cerámica pero trabajo con hierro soldado o con este tipo de cosas oxidadas que encuentro en la calle: a veces están aplastadas por los autos. A veces las consigo en ventas de hierro. Yo estoy juntando hace tiempo material de la calle y lo que quiero hacer es como unas joyas que sean invendibles que no sean objeto: unas joyas de chatarra. Es difícil de que se venda pero es lo que quiero hacer yo ahora. Por qué lo quiero hacer? Debe ser la locura que tenemos. Estos son más objetos decorativos: una serie de pescados que acompañan a los pájaros. Éstos son una serie de tipitos, una ridiculización de la sexualidad masculina y del macho argentino que se lleva todo por delante. Yo trabajo bastante con manos. Una vez alguien me dijo que le parecía que las manos eran como el contacto más cercano con el otro y lo último que uno da. La última percepción es la mano. Yo realmente no sé. Las manos me atraen mucho, es una de las cosas que me interesan, es mi herramienta de trabajo. Las cajas son toda una serie de trabajos del 2001 que fue una época dura aquí por cambio de políticas monetarias y estábamos así con el agua al cuello. Yo trabajo bastante con telas y tejidos. Tengo una serie de dibujos de cardos y una serie de objetos que son pescados que hacen al alimento.

Cuestiones filosóficas

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Me detengo a pensar en cuestiones plásticas o estéticas. Pero, en general, es tratar de "hacer" sin demasiado dolor porque a veces hay que superar el dolor o la angustia que provoca ser y ese pedacito de tranquilidad cuando se puede hacer algo. Todos tenemos angustias. Angustia de estar acá sin saber qué, sin encontrar un sentido, si es que lo tiene, si es que no lo hay. A lo mejor es por eso que ahora estoy haciendo esto que tal vez sea un sinsentido completo: que no se va a vender, que a lo mejor no me va a solucionar mi realidad económica. La cuestión es qué hacemos acá. Como los perros echados moviendo la cola. Tenemos una gran parte de la existencia dedicada a la supervivencia. Lo que -en teoría- calma esa angustia porque uno está concentrado en buscar el alimento. Por qué vivo? Ojalá pudiera encontrar respuestas. No hay respuesta en la religión. Creo que creo pero no sé en qué. Creo en el hombre con todo lo que eso implica. A veces me agarra unas depresiones horribles. Creo que creo. No podría vivir sin pensar que este mundo puede ser mejor y que el hombre tiene un montón de potencial para que vivamos todos mejor.

Tejido social

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Mi historia en particular tiene que ver con el golpe de estado. Es como una fractura en lo que es la construcción social y a lo mejor esto es ese tejer inconsciente, volver a recuperar algo que liga. Es un tejido incompleto. En general, todas mis cosas están como rotas, inconclusa, sin terminar o que empiezan con determinado orden y después ingresa a algo que es incontrolado.

Cardos

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Muchos dicen que este trabajo es agresivo. Me parece que es más defensivo y del dolor que yo sentía en ese momento. Tiene que ver con toda una etapa que trabajé con cardos. Pensaba que el cardo es algo que nace sin cuidado y que Argentina está sembrada de eso y que no hay quien are esta tierra. Es algo que está ahí, una riqueza del hombre que no se ha trabajado y eso produce dolor y miseria. En ese sentido el cardo tiene algo de agresividad si se toma como maleza y yo no creo que sea maleza sino por el contrario es ese juego de lo rico de este país y de la gente que lo puebla. El peligro es no darle bolillo, no atenderlo y los gobernantes que se están enriqueciendo y haciendo negociados y los chicos... Aquí hay trabajos de los chicos. Hicimos una muestra de dibujo con un hogar de niños al que voy a colaborar. Los niños que hicieron estos dibujos viven en un lugar sumamente empobrecido: Tenían agua a cuatro cuadras. No puede ser que esto pase en pleno siglo XX. No puede ser que se mueran chicos de hambre.

Otros dibujos

Video en http://artelatina.net/film/tapia/otrosdibujos.swf


Generalmente en los dibujos que yo siento más míos aparece el tejido. Creo que tiene que ver, como dije antes, con el tejido social, con la actividad de tejer que no la hago bien porque los tejidos están rotos. Tiene que ver con algo de ligar, de unir, de recomponer algo que está roto.

sábado, 4 de junio de 2011

El toque de chic que cambia tu look.

Nunca esta de más la bijouterie cuando esta bien usada: aporta  gracia, movimiento, color, añade equilibrio a tu vestimenta, luz y ese necesario toque que te hace única. Sï, es tan sencillo como eso. Según combines tu bijoux, podrás cambiar, reforzar o completar tu estilo.
Todas las posibilidades están al alcance de tu mano, pues cualquier prenda básica muta de personalidad y modifica su "peso" en tu look, destacada por un punto de atracción a partir de una pieza de bijouterie bien seleccionada.
Uno de los efectos más fáciles de lograr con la bijouterie es "ajustar" el colorido de tu vestuario. Logralo llevando sobre los tonos de tu ropa collares, aros, cartera, cinto, tocado, guantes, etc. en la gama de moda. Vemos cómo en este vestido multicolor queda privilegiada la combinación del camel y el negro,  acentuado gracias a los accesorios.



 Si tus ropas son estrictas y sencillas, dales interés y complejidad creandoles un poco de movimiento. Dado que el ojo tiende a "rellenar" los espacios vacíos, el agregado de piezas móviles brinda a tu imagen mayor interés y presencia. Aros, collares, broches y pulseras destellan a tu cambiante paso, generan un flujo ininterrumpido en torno a vos. He aquí unas ropas básicas en un arreglo donde la sofisticación queda enteramente a cargo de los accesorios.




En cuanto al equilibrio, una pieza de bijouterie puede actuar como "puente" al unificar dos prendas diferentes, creando un "camino intermedio" entre ambas: para eso elegí una pieza que actúe como unión entre colores, formas, texturas, o caracteres que aparezcan disociados en tu arreglo. En la fotografía de abajo vemos armonizar lo que en principio parecía inconciliable: el cinto y la bijou blanca "repartida" en cuentas, une las "pecas" del animal-print con una pollera estampada sobre un fondo claro.



La bijouterie también coopera con transformaciones que de otro modo serían imposibles: un vestido de buen corte o buena tela se ve perfectamente "otro" en una fiesta, si le agregás un pectoral brillante, colorido o monocromático, que destaque de manera diferente lo que llevás. Un pectoral, por ejemplo, hará de canesú jerarquizando el original, menos lujoso y más funcional.



¿Y qué hay de una camisa blanca super casual? Resulta muy elegante con un buen collar al cuello o una cadena que caiga por dentro de su abertura, cargada de dijes o perlas en un tono que combine con el resto de tu vestuario.



Igualmente, pollera o pantalón sin pretensiones junto a un brazo desnudo, se sofistican por el contraste con una pulsera ancha y trabajada con pasamanería o piedras.



No olvides nunca las reglas del arte en el momento de vestirte. Ellas no viven encerradas en los museos. Siempre han hecho más bello y soportable al mundo, las reconocés sin saberlo cuando quedas contemplando algo que te resulta agradable y atrae tu atención sin agotarla. ¿Embellecernos no es acaso engalanar lo que natura nos dió?
La bijoux es la mejor aliada para esto: con escaso tiempo y dinero "reanima" todo tu guardarropas. Sería muy difícil de otro modo estar siempre radiante y tener el look deseado para cada momento y necesidad