viernes, 8 de abril de 2011

Redecorá el tocador con tus bijoux

El plato portable de tres pisos que tenía la abuela, de esos que se usan para servir los budincitos y masitas del té, queda muy cómodo, colorido, original...


Una pared enfiestada con abalorios, abalorios, abalorios..... y abalorios


Un guante con soporte y relleno, para vestirlo mejor:  

 

Cualquier canasto, fuente, caja bonita o bandeja es buena para tener la bijouterie a la vista: esta es la de la torta de cumpleaños. ¡Felicidades!


Una práctica mesa carrito en desuso. La llevas a tu lado para ensayar diferentes looks. Tiene a veces varios pisos y puede sostener unos cuantos bowls, soperas y contenedores que tu cocina proveerá


Rescatando la vieja caramelera para usos menos calóricos y más fashion


Expositores y adornos de alambre y soldadura ofrecen múltiples apéndices donde enganchar tus bijoux


¡O el último oso de Taiwan que te regaló tu amorcito! ¿Por qué no?

jueves, 7 de abril de 2011

Ordena el tocador de acuerdo a tus necesidades

Hagamos una auditoría de tu tocador.
Vamos a revisar, analizar y organizar su contenido  teniendo en cuenta cuales son tus necesidades y cómo podrías sacar el jugo de tu tocador al máximo. Las preguntas que intentaremos responder son:
1-¿Tu  tocador guarda armonía con tu estilo de vida?
2- ¿No hay más lugar en él pero  jamás  te ves bien arrglada ni tenés qué ponerte?
3- ¿Ponés empeño y gastás mucho en accesorios pero no lucís acorde al esfuerzo ?

Si la respuesta de la pregunta 1 es SI, vale que igual respondas las dos siguientes. Tal vez descubras que todavía hay mucho por ver y organizar dentro de tu tocador para mejorar tu imagen y ahorrar tu tiempo y dinero.
La segunda  pregunta  te concierne si aún estando llena de recursos  tardás mucho en vestirte, o  no podés crear conjuntos realmente atractivos …  En estos casos, la solución va por el lado de la organización de tu tocador.  



Solo la organización nos llevará a resolver la tercera pregunta, que esta relacionada con tu estilo de vida. Para saber qué necesitas, y sobre esta base cómo le das cabida a la vida que llevas, debes saber en base a tus actividades, que  hacés en tu vida cotidiana.
Distribuyamos las tareas que nos ayudarán a encontrar estas respuestas en varios días.
Día 1- Poniendo orden en tu tocador
Vacía todos los cajones y puertitas de tu tocador. Limpiá a fondo con un trapo húmedo y detergente o jabón blanco sus paredes, los fondos, y dejalo abierto para que se airee y seque bien. Mientras tanto, teniendo en cuenta que no tenés lugar y que no podés conservar nada que te sea superfluo,  revisá todos tus accesorios.

Separá  tres montones:
Uno con  lo que hace más de un año no usás.
Otro con lo que usás una vez al año.
Otro con todo lo demás. 
No te preocupes por los estilos de esas cosas, el color, etc. Eso lo dejarás para la segunda parte.
Accesorios especiales: los usas una vez al año. Estan desgastados, desteñidos o muy pasados de moda? ¿Los usarás alguna vez más? Si pensás que te serán útiles y son adaptable a los nuevos tiempos, conservalos. Si no, habiendo cumplido ya su misión bien podrían pasar a la historia. Dejalos en una bolsa.
Lo que no usaste en el año, ¿es un clásico que podrías aggiornar  o que por su  gran calidad merece el adjetivo de “vintage”? ¿Puede formar parte de algún nuevo equipo para completar inteligentemente tu vestuario? Si cumple con alguna de estas opciones, ¿está limpio y en buen estado?
Lo que has de limpiar o reparar, lo pondrás aparte para después encargarte de ello.
Los accesorios que conservarás, revisalos y devolvelos al tocador luego de ponerlos en perfecto estado.




Día 2- Reconociendo cómo es tu vida
Ahora organizarás tooooodo el contenido de tu tocador: echarpes, anteojos, bijouterie, bolsos, adornos para el celular, paraguas, sombreros… separando por “rubros” y dentro de cada rubro, por estilos.
 Al final repasa: ¿viste muchos accesorios deportivos pero la mayor parte de tu tiempo se va dentro de la oficina? Error solucionable. Necesitás ropa que te siente bien y te guste, que puedas lavar con facilidad y te permita moverte en libertad, pero que te haga ver más clásica y urbana.
Entonces, lo que harás ahora es examinar cómo está armada tu vida. Para eso esta semana harás una lista: a cada cambio de actividad, anotarás la hora, qué hiciste, incluyendo durante el fin de semana, y qué llevabas puesto. Pero  TODO lo que llevabas puesto: desde la ropa interior hasta los aros y el paraguas. Es un trabajito tedioso pero muy rendidor.


Día 3- Buscando tu estilo
Tomá un respiro, lo mereces. Cuando te sientas repuesta, pensá en tu próxima tarde libre, y si te acompaña alguna amiga o amigo que sea objetivo, tanto mejor.
Prepararás un té o un refresco, ambiente agradable, con buena luz y espejo, porque esta vez pondrás manos a la obra: vas a “estudiar” muy detenidamente  el contenido de tu tocador... con las tres "bolsas" de todo lo que separaste el día 1 a la vista.


Irás al placard. Empezá por ponerte esa blusa o camiseta que te queda bien ( posiblemente su color sea uno de los que armonizan con vos) Ahora combinala con polleras y pantalones, y para completar el look, abrigos tejidos, bleisers, saco o sacón, y... ¡los accesorios! incluida la bijoux.
Mirate al espejo. ¿Te queda bien? ¿Qué dice tu amiga?¿Es necesario algún cambio? Bien: ahora que sí te gusta, anotalo.
Probá otra camisa, vas cambiando de a poco el conjunto, siempre empezá por la pieza de arriba y luego abajo, abrigo, accesorios hasta quedar enteramente vestida. Cuando  te guste el equipo logrado lo anotarás para no olvidarlo y seguirás así con todo tu vestuario. Entre los dos primeros conjuntos es muy posible que ya tengas armada tu paleta de colores.
Recordá que no a todo el mundo le quedan bien los mismos tonos y que un guardarropas con mayoría de neutros es muuuy aburrido. ¡Tratá de dar colorido sobre todo con los accesorios de tu tocador!



Seguramente tendrás prendas en tonos neutros que combinan con los colores surtidos de tu abultado tocador y ¡listo! Las “cartas” básicas para arreglar tu tocador ya estan echadas.
Ahora notarás mucho mejor qué necesitás agregar o quitar de tu tocador para reforzar el estilo.
Puede haber accesorios que te gusten, pero que estan un poco solos. ¿Qué deberías agregar para completar el look?
Revisá la bolsa donde habías apartado lo que no te interesaba conservar. ¿Es realmente así?¿ Nada de lo que hay allí combinaría bien con tu “estilo”?
Esta vez sí es definitivo: lo que ya no funciona, ¡FUERA!
Día 4- Configurando el tocador “ideal”…
¿Cómo organizarás todo lo que redescubriste, revaloraste y quisiste conservar o “enriquecer” acompañado con nuevas adquisiciones?

Orden, orden y más orden. Orden es igual a espacio. No permitas que tu armario sea un agujero negro… del que no se sabe qué nueva “estrella” surgirá..!
Sé selectiva ya que nunca hay demasiado lugar:  “lo cortés no quita lo valiente” y conservá SOLO AQUELLO QUE TE QUEDA BIEN.
Primero por color y dentro del color por estilo, agruparás collares, aros, pulseras, anillos, guantes, echarpes y chalinas, anteojos, bolsos, etc., etc.
 Así, cada vez que surja un acontecimiento y tengas que rearmar esos equipos que tanto estudiaste y ahora tenés en mente, encontrarás sin dificultad las piezas necesarias.
Entonces, aquello que no tiene que ver con nada de tu guardarropas, ¡AFUERA! Lo mismo con lo que esperas que en 15 años vuelva la moda: si no es de calidad, parecerá anticuado. Sólo lo de muy buena calidad puede seguir siendo usado como “vintage”.
Merecés un tocador de diva”, entonces vas a acomodar solo aquellos accesorios que realmente  te sirvan porque completan un vestuario que ya pensaste, además de ser de tu gusto, tu estilo y quedarte muy bien.  

Día 5- ¡Socorro! ¿Cómo almacenaré todo esto?
Bien, esta parte parece engorrosa pero ´puede ser divertida: vas a acomodar todo lo que separaste y decidiste conservar…



Es bueno tener siempre a mano y listo lo que gustes ponerte, de manera que el almacenamiento se vuelve un punto estratégico para tu vestimenta .
Fundamental: la adecuada conservación de sus piezas, sin amontonamientos que puedan romperlas o rayarlas.

Lo que se capta a primera vista es lo que más se recuerda, y que tu imagen es tu “logo” , el objeto privilegiado del marketing. Pulir tu estilo está enteramente en tus manos, de manera que cómo conserves y dispongas de todo esto que le da a tu arreglo el toque de chic que te hace diferente no puede estar en tercer, cuarto, o décimo plano. Pero no desesperes: cuando estén juntos tus aros, carteras, echarpes, pulseras, etc. Etc., ¡verás cuanto más provecho les sacarás!
Ahora... sentate a pensar, toma un tecito y en vez de usar el cuerpo, poné el ingenio en acción.



Empecemos por la bijoux y joyería que suele estar desperdigada por toda la casa, anudada, sucia y rota, mezclada con otras cosas… Si te esmerás, verás en cuantos lugares conservabas cosas que tenías totalmente olvidadas.
Seguramente tenés una colección de pequeñas cajitas o canastos, que fuiste dejando por ahí porque te gustaban. ¡Ese galimatías de objetos puede ser el comienzo de tu nuevo e inteligente tocador!

Por supuesto, el comercio te ofrece otras opciones: desde arbolitos de alambre hasta pequeños maniquíes, pero estudiá un poco cómo almacenan los comercios dedicados a la venta de accesorios. Descubrirás “novedosas” y económicas formas de conservar en buena forma tus bijoux sin gastar demasiado.



Este es demasiado espacioso para ser real, ¿no es cierto? 
Dejemos de soñar: aquí van algunas sugerencias de almacenamiento y perfecta conservación para esos detalles del vestir que nunca tenemos a la vista.
En principio, una pequeña bandejita o plato al lado del lavabo o sobre tu mesita de noche, recogerá hasta la mañana siguiente la bijoux que te sacás al regresar a casa.

Los cajones de algún mueble son utilísimos para guardar tus delicadas bijoux, siempre y cuando el vaivén de abrirlos y cerrarlos no raye las cosas que contiene. Para eso colocá adentro divisiones, hay envases maravillosos para esto. Por ejemplo, la parte inferior y compartimentada de las cajas de bombones, o en su defecto… ¡de una huevera! Viejos corbateros o esos percheros de pared también pueden servir para guardar cinturones, cintas, foulards y bolsos. 

Si no tenés un mueble que haga las veces de tocador, muchas piezas de bijoux son excelentes adornos que no hay porqué esconder. Los broches luciendo como preciosas esculturas junto a tus guantes pueden componer pequeñas y decorativas escenas en un estante pequeño.

Al igual, los aros enganchados en un chal que haga las veces de tapiz o en una pequeña red o cinta tras la puerta de tu guardarropas pueden formar un bello "cuadro" con relieves. Los collares colgados sobre el espejo de tu tocador o de la cabecera de tu cama darán árboles de luz colorida a tu habitación. Los paraguas en el paragüero de la entrada, los sombreros en el perchero del pasillo o de la recepción, anillos, pulseras y otros enseres en pequeñas vasijas sobre la tapa de tu cómoda o chifonier. Las hebillas, peinetas y vinchas para el cabello pueden prenderse de una cinta que cuelgue dentro de una puerta del placard. Las gafas para el sol pueden estar enganchadas en el marco de un cuadro, en el borde de un florero…  

En la fotografía, un rincón de un living diseñado por el gran decorador inglés David hicks.

En fin ... verás que las posibilidades son muchas y bellas: ya inventarás la solución para poder decidir de una rápida mirada lo que ha de darte el look que buscás.

miércoles, 6 de abril de 2011

Aros suaves en tus delicadas orejas

¿Nunca viste esas orejas larguísimas, cuyos lóbulos bamboleantes parecen aletas ajadas y para colmo tienen una ranura alargada como un tajo si su dueña osó colgar de allí un aro? Horribles, ¿no?
Pertenecen a mujeres que han usado y abusado de los aros pesados o muy apretados, castigando a sus lóbulos día tras día durante años.
Lo que sigue es preventivo: son consejos para que al comprar o usar aros, no cometas el error de que sometan a tus orejas con espantosas torturas que resultan en un look aún más terrible.
1-Antes de llevar a tu casa un nuevo par, prueba los aros. Así sabrás cuan livianos son. A menor peso y  menor pendiente, tienen menos movimiento y arruinan menos tus lóbulos.
2- Miralos al trasluz. Cuanto más transparente sea su material, es más probable que sean plásticos y por lo tanto livianos. Si te quedan bien no importa que el material del que estan hechos no sea tan valioso. Finalmente, en el aro lo primero que llama la atención es el movimiento, luego el brillo, y por último la calidad y el color.
3- Si un aro que prende con clip detrás del lóbulo te aprieta demasiado al ponertelo, antes de salir del negocio pedile al vendedor que lo afloje y vuelve a probarlo, salvo que tengas un joyero o armador de bijouterie amigo a quien puedas encomendarle la tarea es preferible dejar el aro donde estaba. ya encontrarás otros que te gusten.

4- Existen actualmente abalorios y materiales metálicos muy livianos. No tienes porque comprar aros pesados. Si aún así, un aro te resulta muy incómodo, no lo lleves. El dolor de orejas se refleja en la cara tanto como el de los pies. Y la belleza del aro quedará oculta por tu mal gesto.
5-No uses aros largos o pendientes más tiempo del que sea necesario. Cuanto menos tiempo los tengas puestos, causarán menos tensión al agujero del que penden y por lo tanto lo estirarán menos. Los preparas sobre la mesa al lado de la puerta y te los colocas justo antes de salir y retiras tus aros de las orejas inmediatamente a tu regreso.



6- Si un par de aros muy largos o pesados te gusta demasiado y deseas comprarlos de todos modos, trata de reservarlos para ocasiones especiales. El agujero del que penden se estira temporariamente, pero si esta situación se prolonga, el resultado será permanente.
7-Existen topecitos de silicona móviles, que se insertan en el alambre del aro, detrás del hoyo. Así fijas el aro y evitas que pase una y otra vez hacia atrás y adelante del hoyo con tu movimiento, disminuyendo de esa forma su tensión sobre la oreja.
8-Todos los aros que tienen un clip para cerrar en la parte posterior del lóbulo, deben apoyar suavemente, sin apretar ni causar dolor. Para evitar esto existen almohadillas de siliconas, que atenúan el estiramiento de tus lóbulos por aplastamiento. Antes de salir del comercio donde los adquiriste, solicita estas almohadillas al vendedor.
9-Jamás tengas los aros puestos si te acuestas. Evitarás tironeos y enganches en las sábanas que solo maltratarían tus lóbulos un poco más.