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jueves, 29 de marzo de 2012

Broches que "cierran" en estilo retro









Detalles que "cierran" con un broche. Así muestran las fotografías esa onda cuarentosa que viene este año con fuerza. Y la verdad es que para un outfit de líneas netas y colores neutros, el broche es el toque de sofisticación por excelencia: es discreto, señala sutilmente un gesto o el corte perfecto de un escote, cuello o talle y en los últimos años su uso no se fue masivo.
Oscar de La Renta los pone en relieve ( foto superior) incluso en el estampado del vestido.
Ejemplos para encantarse.







Son glamorosos, agregan un punto brillante y lujoso a ropas que van de lo trendy a la fiesta. Resultado: una gran inversión





En solitario o con compañía, los broches son el accesorio indicado para lograr un acento retro sobre cualquiera de tus actuales prendas. 

lunes, 26 de marzo de 2012

Lo más vintage son los aretes pegados


Los aros pegados a las orejas suelen caer en desgracia: cada tanto pasan al olvido, bajo la forma de una bijoux demasiado retro... o peor, absolutamente decadente.
Pero son muy elegantes, se lucen muy bien con el cabello corto o recogido, y a la vez permiten ser combinados con otros accesorios: pañuelos al cuello, collares vistosos y cortos... Y lo principal: se dejan ver en invierno pese a la mucha ropa con que cubras tu cabeza.
Así que aprovechando que se usan muchos accesorios y la onda retro vuelve a esos años donde los aros pegados a las orejas hicieron furor, ahí van algunas fotografías inspiradoras


Un hermoso collar de baguettes azules y brillantes con aros a juego, de Boucheron.



Ves cómo resalta ese aro blanco calculado con femenina sugestión entre los cabellos, el cuello alto y la vincha de piel. ¡Unos pendientes habrían sido imposibles!



La gran Cocó Chanel, con sus aretes de Gripoix y collar de perlas en varias vueltas.


Dos clips a juego con el broche, otra de las variantes posibles para dar varios toques de luz con bijoux rodeando el rostro. 



  Este vestido de cuello Mao merece el peinado alto y elegante, y esos clips que combinan a la perfección con el medallón en piedras rojas, quebrando el rigor del black and white.

Dos pasantes de Pasquale Bruni formando un par donde el blanco y negro
se alternan formando una inquietante simetría. 
Fantasiosos, arriesgados, con tendencia vintage pero actualísimos clips de Iradj Moini, en piedras semipreciosas y cristales


La tendencia cuarentosa de lazos en el cuello  genera una vertical que se compensa hábilmente con los aros pegados.


Los clips no tienen porqué ser aburridas y redondas perlitas. Aquí tenés unos que combinan cristales multicolores en un diseño que se alarga hacia la boca subrayandola sutilmente.


Actualísima versión de clips Chanel, en oro blanco y rosa, con cristales y logo como pendiente.



 Diseño de Victoire de Castellbach para la Casa Dior. Si bien cada aro en sí mismo es muy original, por su motivo de voluptuosos coi que aún de diversa forma y color quedan emparentados, igual que por el cristal rubí que pende del mismo modo en ambos, forman un interesantísimo par.


Tradicionales clips para esta moderna novia que apenas recoge su pelo con un moño de costado.

sábado, 24 de marzo de 2012

Accesorios al estilo de los ´40s

La década entre guerra y guerra (1940 a 1950) produjo una moda estricta y a la vez contradictoria. ¿Cómo era ser trendy en aquella época donde la única y verdadera moda era la escasez?
Pocos metros de tela, tejidos más baratos -surgen con fuerza los sintéticos-, modelos austeros y, como siempre, para romper un poco esa rigurosidad, accesorios bastante profusos.

Un aggiornadísimo look años ´40 por Dior.
Por favor, no olvides tus sandalias de plataforma con gruesas medias.

Los zapatos y los sombreros crecieron en altura y visibilidad gracias a materiales poco convencionales y más baratos: plataformas de corcho o madera, tiras de tela en vez de cuero, grandes tocados armados con cualquier cosa -papel de periódico incluso-, flores de tela, de piedras, de madera, carteras y bolsos en tamaños insólitos y confeccionados por las creativas "fashionistas" de la época, infaltables guantes, textiles intervenidos por sus hábiles dueñas con apliques de tul, celofán, o lo que sea, bordados en hilos y piedras, frunces que forman dibujos, franjas, ondulaciones siguiendo las líneas del modelo en cuestión...


Estas mujeres parisinas durante los años de la ocupación alemana no resignaban estilo, look ni belleza.


Un Dior 2011 como los de aquellos tiempos.

El uso del dorado y los apliques o pequeños detalles de pieles casi fueron el único lujo posible, ideas venidas de Hollywood, que era cada vez más popular junto a sus "estrellas", que entonces marcan tendencia...
Precioso par de clips, datados de 1940

Marcaban tendencia también con sus pañuelos al viento, pero cosidos o abrochados a las prendas: otro modo de aflojar y glamourizar el rigor de esos duros tiempos.


El uso de la bijoux, ya impuesta durante la década anterior, se afianza y comienza a ser masivo, "el detalle" elegante que definirá el outfit y el estilo.
Debimos ya saber que a grandes crisis grandes invenciones y que los años 40 ahora vienen preformateados para aliviarnos un poco esta crítica década en curso, la del 2010.
Entonces, ahí vamos con las "novedades" para ir por el 2012 como si estuviéramos de paseo:


En esta fotografía de Oliver Stalman para Elle  Dinamarca (marzo 2012), ves un tailleur entre masculino y femenino con pocos metros de tela, como en los cuarenta, pero dulcificado pues le falta el toque militar de aquellos años. Deja ver por debajo la ya clásica blusa blanca ( un must de esos años creado por Givenchy), el gran collar bib de cadenas doradas, el sombrero, los guantes y pulseras.


Otra mujer que parecería ser militar si no llevara animal print. El corte estricto del traje está, pero hay mucho glamour en ese escueto birrete en piel sintética a juego con el echarpe sobre las solapas, en los bucles que destacan los aros pegados a las orejas y un reloj menos visible que su pulsera hecha con una larga correa.


Un tailleur by Casa Dior, con bolso en un blando tweed de lana, boina adornada con plumas, collar de varias vueltas y broche a la altura del primer botón, stilletos con glitter... ¿Qué más para destacarte en el montón?


  

viernes, 3 de febrero de 2012

Tropical: el gran estilo de una pequeña mujer


Su talla era pequeña, pero su creatividad enorme. Esta foto de Annemarie Heinrich testimonia lo hermosa y sugestiva que ella podía verse, aunque no fue precisamente así como la fama la consagró.
Carmen Miranda fue esa "bomba" inventora de la "música brasileña" de más de 1,80 m. que logró imponerse también en el mercado del cine. Pese a que no era brasileña sino portuguesa y no midió 1.80 sino 1.50 m.


Gracias al que fue su mayor acierto, el estilo "tropical" que ella misma inventó, fue escalando uno a uno los difíciles peldaños de Hollywood. Rodeada de bananas y todos los sustitutos simbólicos eficaces que les encontró se transformó en una adinerada artista ícono: sonrisa permanente, turbantes que sostenían torres de frutas, plumas, mariposas, cualquier cosa con brillo y color... ¡aún sombrillitas de copetín!, toneladas de bijoutería, zapatos con plataformas de corcho que la hacían crecer hasta 20 cm.... más metros y metros de volados y frunces con panza al aire fueron los elementos que sirvieron al imaginario tropical de la época. Su imagen despreocupada generaba la ilusión pasatista necesaria a ese mundo austero y recatado de la Segunda Gran Guerra, ese al que la industria cinematográfica norteamericana supo explotar tan bien.


Convengamos que la pequeña María do Carmo Miranda comenzó pronto a trabajar aprendiendo de su hermana Olinda a hacer sombreros. Eso le sirvió.
Desde jovencita Carmen era original: vestía sus propios modelitos y sus accesorios, y jamás pasaba desapercibida. Su primer sueldo lo cobró en el Atelier de sombreros de Madamme Anaïs Grandjean, una francesa para quien su madre lavaba ropa.


A través del vestuario que ella misma ideaba con gracia y confeccionaba diligente, Carmen fue adquiriendo una imagen inconfundible y estatura de artista única, identificada con un look en el que no tuvo competencia, ya que fue absoluta pionera.


La famosa tienda Macy´s le dedicó en 1943 sus vitrinas para exhibir la moda Carmen Miranda. Porque  alegría, color, naturaleza y exuberancia  fueron los ingredientes siempre identificables. Altos turbantes montados sobre su cabeza, mangas "globo" o abuchonadas, aretes , collares y pulseras XXL hasta el hartazgo,  frunces... formas, colores y elementos contrastantes "tomaron" el cuerpo de esta formidable inventora de la "alegría brasileña".

            

Aquí vemos uno de sus creativos tocados formado por un "centro" desplazado y doble, dos canastos con hojas y frutas afirmados sobre trenzas de seda que coronan un turbante bien apretado, aros gigantes, collares de abalorios más grandes aún y una rara mezcla de colores, sobrepuestos a un megavolado que forma el escote bote.


Si el encaje y la abundancia de collares no son suficientes para definir el tropical-look, este tocado lo logra. ¿A quien podría ocurrírsele un tocado con una planta completa de orquídeas sino a una gran sombrerera?



Aquí las mangas llamadas "globo o farolito" se transforman en canastos llenos de flores. El peinado tiene tres grandes torzadas que en vez de estar aplastadas sobre la cabeza se levantan por encima de una corona y nos reciben como centros florales... La gargantilla es una banda enrulada hasta decir basta...los aros ocupan la mitad del rostro...


Fabio Castro, curador del Museo Carmen Miranda, Río de Janeiro  que se ha montado en su honor y recorre tres décadas de su vida artística, no duda que el mayor impacto por ella generado fue en el mundo de la moda.


A modo de ejemplo vaya uno de sus históricos sombreros tutti-frutti


Y por último... ¡las prometidas insuperables sombrillitas! ¿Serán una alusión al ardiente sol de los trópicos?

lunes, 29 de agosto de 2011

Las increibles perlas combinadas de Miriam Haskell

 


Miriam Haskell cableó y bordó manualmente todo lo que puede cablearse y bordarse en bijouterie junto a las perlas de río: cristales y mostacillas austríacos, vidrios de Murano, metales antiguos y nácar. Su influencia primera y directa fue el art-nouveau, con sus formas y materiales orgánicos.


Jamás tuvo dificultades en mezclar lo que estuviera disponible para hacer más atractivo un collar, o un broche o unos aros: fué la reina de las combinaciones desprejuiciadas y de la bijouterie asimétrica y floral. La elegancia estaba dada por el flujo visual creado por el minucioso ocultamiento de las uniones.





Gracias a su originalidad, su técnica impecable y su audacia, la empresa de Miriam Haskell no necesitó seguir estrictamente la moda: marcó tendencia en los ´40s y los ´50s. Hizo furor con sus detalladas y coloridas piezas de plástico y baquelita, aunque luego fue volcandose hacia materiales más costosos.



Gustó diseñar conjuntos que a menudo incluían brazalete, collar, pendientes y broche haciendo juego, con motivos vegetales y curvilíneos, destacándose por su delicadeza y exquisitos detalles.



Aros y brazalete tejido en fornituras metálicas y perlas de plástico turquesa


Interesante bib confeccionado con mostacillas tejidas.

Las características distintivas de sus piezas son las siguientes:
uso de perlas de río
perlas barrocas grises
metales antiguos
superposición de fornituras filigranadas
oro ruso
vidrios de alta calidad y cristales austriacos
terminaciones con toques muy finos
bases de bronce estampado
consistencia en el color
asimetría
broches muy detallados
vidrios prensados livianos
primaverales anillos y pulseras sólo en sogas y cuerdas con enganches metálicos












Verdaderamente audaz en sus mezclas, podría decirse que
mucho de lo que se usa ahora proviene de la creatividad mágica de Miriam Haskell.


Sus joyas acompañaron a la perfección la prosperidad norteamericana de post-guerra. Entre sus clientas más famosas estaban la Duquesa de Windsor, Lucille Ball, Joan Crawford. Abajo, un collar de cristales diseñado a pedido de Paul Getty:

Miriam Haskell, hija de inmigrantes rusos, nació en Indiana en 1989 y en 1924 abrió su primer local: "Le bijou de l´heure", en el Mc Alpine Hotel (New York), el más grande del mundo en ese momento.


Detalle de un pendiente de plástico, años ´50, en el que se observa la cuidadosa factura en base a varias técnicas (enhebrado, bordado y cableado)




Dos años después estaba lista par fabricar en gran escala. No obstante, nunca produjo demasiadas piezas; sino que las cobró muy caras. Para ese entonces, Frank Hess era el diseñador, pero las piezas siguieron llevando el nombre de la emprendedora.


En 1951 se retiró por problemas de salud pero continuó su hermano. Pese a que pasó por varias manos, su empresa opera actualmente con el nombre de Haskell Jewells Ltd.

Abajo, dos collares torsade, de diseño muy actual:



Las bellas piezas atestiguan la simple y suntuosa forma de hacer marketing de Haskell y de su gran talento de empresaria: hacer piezas de alta calidad para un público de alto poder adquisitivo.